HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Un gran desencanto produce la visión de Aloft de la directora peruana Claudia Llosa. La cineasta que tan gratamente impresionara en Madeinusa (2006) y aún más en La Teta Asustada (2009) que le valió el Oso de Oro en el Festival de Berlín, experimenta un lamentable tropiezo. El clima de autenticidad, la atmósfera de mágico realismo y el lirismo que aquéllos dos títulos transmitían al público, aquí están irremediablemente ausentes. En parte el problema se debe a la falta de un foco preciso sobre lo que se pretendió alcanzar.
Esta vez el escenario del Perú quechua de La Teta Asustada es reemplazado por el panorama desolador del frío invierno del norte canadiense. En una granja ubicada en un paraje poco apacible vive Nana (Jennifer Connelly) que es una madre monoparental dedicada a la explotación de ganado y tiene dos hijos, donde Gully, el más pequeño, padece una seria enfermedad. Junto con él e Ivan, el hijo mayor, deciden efectuar una peregrinación para salir al encuentro de un extraño curandero conocido como el “Arquitecto” (William Shimell) que parece estar dotado de poderes extraordinarios y que podría llegar a curarlo.
De allí, en una caprichosa elipsis, el relato se adelanta varios años y vemos a Ivan ya adulto (Cillian Murphy) viviendo con su mujer (Oona Chaplin) y el bebé del matrimonio. Es entonces cuando recibe la visita de una periodista francófona (Mélanie Laurent) quien recurre a él para tratar de contactar a Nana. Abandonado por su madre por más de 20 años, Ivan es reluctante a prestar su colaboración, pero dejando de lado su rabia y frustración que siente por su progenitora, finalmente accede acompañar a la periodista hacia regiones salvajes más al norte del Círculo Polar Ártico donde presumiblemente se encuentra su madre.
A través de continuos desplazamientos entre presente y pasado se sabe que Gully murió en un lamentable accidente y eso creo un sentimiento de profundo dolor en Nana que la llevó a dejar el hogar. Pero todo ese fatigoso relato considerando los tópicos del dolor, la culpa, el abandono y el misticismo por la fe suena a falso sin que exista momento alguno que Llosa ofrezca una motivación razonable de la conducta de sus personajes; no hay nada que justifica el comportamiento completamente irracional de una madre que al perder a un hijo opte por dejar al otro. Menos aún se entiende qué es lo que representa dentro de la trama la pasión que Ivan siente por los halcones, pero lo más enervante es cuando se llega a saber que Nana también posee poderes mágicos para curar.
Aunque Connelly, Murphy y Laurent son buenos actores, al carecer de un guión satisfactorio no logran trasmitir emoción a sus respectivos personajes. En esencia, el público contempla un relato elusivo, ambiguo, difuso y nada claro que para peor está rematado con un desenlace frustrante. En suma, he aquí un film sin gratificación alguna que no justifica haber invertido casi dos horas de tiempo para su visión.
Conclusión: Un film pretenciosamente intelectual y totalmente insatisfactorio que se olvida tan pronto su proyección concluye.
I’LL SEE YOU IN MY DREAMS. Estados Unidos, 2015. Un film de Brett Haley
Una muy buena pintura de personajes, sobre todo el protagónico, y la sensibilidad de un joven director como Brett Haley para captar el mundo de los que atraviesan el otoño de sus vidas, permiten que este film trascienda a pesar de sus modestas ambiciones.
La veterana actriz Blythe Danner, posiblemente en uno de los mejores roles de su carrera, de manera tranquila, sin amaneramiento alguno pero con gran sutileza da vida a Carol. Habitando en Los Ángeles, esta agradable septuagenaria, viuda desde hace veinte años, integró en su juventud una banda musical en Nueva York para posteriormente trabajar como docente; en su retiro actual lleva una existencia reposada, manteniendo buenas relaciones con su hija adulta (Malin Akerman) que vive en el otro extremo del país, y teniendo como compañía un perro a quien quiere con devoción; cuando producto de una enfermedad el moribundo can es obligado a morir, el hecho le crea un gran dolor y vacío. Manteniendo su independencia, Carol trata de seguir adelante alternando con un grupo de amigas de edad similar (June Squibb, Rhea Perlman, Mary Kay Place) con quienes juega al bridge o bien practicando golf, así como también logra una buena comunicación afectiva con Lloyd (Martin Starr), un joven de unos 30 años de edad que se ocupa de limpiar la piscina de su casa, con quien mantiene en común el amor por la música y el gusto de compartir alguna bebida alcohólica.
Sentimentalmente, Carol no había logrado hasta el presente concretar una nueva relación hasta el día en que conoce a Bill (Sam Elliot), un elegante jubilado sureño de su misma edad y libre de compromisos con quien realmente estaría dispuesta a convivir, aunque lamentablemente el destino dispone algo diferente.
Lo dicho en palabras posiblemente no alcance a transcribir la riqueza de este film que demuestra cómo gente de la tercera edad puede disfrutar de la vida a pesar de que se atraviese la etapa crepuscular. Nuevamente cabe remarcar la pericia de Haley quien a pesar de su juventud supo radiografiar la mentalidad, estados anímicos y una mirada positiva de la gente de edad madura donde nunca es tarde para embarcarse en cosas nuevas para mantener firme el espíritu de vida. El resultado es una pequeña comedia agridulce de profunda melancolía construida a través de viñetas, situaciones anecdóticas y algunas situaciones que si bien no guardan gran relevancia dramática, llegan a trascender en el ánimo del espectador. Gran parte de ese logro es debido a la esmerada interpretación de Danner que es un poco el alma del relato infundiendo carisma, distinción e inteligencia al papel que interpreta.
El film también se beneficia con variadas escenas un poco alocadas que generan un humor que, guardando siempre el buen gusto, nunca desentona y resulta acorde con el estilo refinado de su realizador.
Conclusión: Aunque I’ll see you in my dreams tiene como especial destinataria una audiencia madura, su humanidad puede ser apreciada por todo tipo de público.
UNE NOUVELLE AMIE / THE NEW GIRLFRIEND. Francia, 2014. Un film escrito y dirigido por François Ozon
Después de su estreno en el TIFF del año pasado, con su estreno comercial el público tiene oportunidad de juzgar el último film de François Ozon que sin duda no habrá de defraudar a sus seguidores ni a quienes buscan filmes osados pero tratados con mesura y fineza. Ese es el caso de Une nouvelle amie donde el realizador aborda el tema del travestismo basándose en una obra de la autora inglesa Ruth Rendell, recientemente desaparecida, quien se caracterizó fundamentalmente por sus logradas novelas de misterio. En cierta forma, en este caso hay un aura de misterio pero no en la forma concebida tradicionalmente, aunque no excluye la nota de sorpresa y desconcierto.
En las primeras escenas se aprecia la gran amistad existente de Laura (Isilde Le Besco) y Claire (Anais Demoustier) que data de la infancia y curiosamente, ambas amigas se casaron prácticamente en forma simultánea. Cuando Laura se enferma gravemente, en su lecho de muerte le pide a su amiga que vele por su marido David (Romain Duris) y su bebé nacido hace poco tiempo a lo que Claire está completamente dispuesta a cumplir con la voluntad de esa persona tan querida. Cuando días después del sepelio, ella llega inesperadamente al hogar de David, descubre al desconsolado viudo vestido con ropas que pertenecieron a su difunta esposa mientras le ofrece el biberón a su hijita Lucie; allí él confiesa a Claire que siempre disfrutó de posar como mujer. De allí en más los acontecimientos se desenvuelven de tal manera haciendo que Claire se convierta en cómplice del travestismo de David que adopta la personalidad femenina de “Virginia” y que al propio tiempo la relación que se da entre ambos está lejos de ser sospechada por el marido de Claire (Raphael Personnaz).
Aunque el punto de partida resiste credibilidad, el encanto de este elegante film reside en el modo en que el relato está construido y la considerable mesura y aplomo que emplea Ozon al abordar el delicado tema del travestismo y las confusiones de identidad sexual que atraviesan los principales personajes de esta historia. Queda como balance una fina comedia de introspección psicológica que se adentra en las misteriosas ramificaciones adoptadas por el comportamiento sexual del ser humano.
Del breve elenco, por la dimensión de sus roles son Duris y Demoustier los que se destacan. Duris plenamente persuade animando el complejo personaje de un hombre que gustando del sexo opuesto se siente confortable actuando como mujer, en tanto que Demoustier es suficientemente convincente como la persona que se deja llevar en un juego perverso para finamente quedar atrapada en el mismo.
Conclusión: Resulta difícil categorizar a esta fantasía sexual pero en todo caso la combinación de comedia y melodrama confiere a este film un encanto especial.
VIDEO
STILL ALICE. Estados Unidos, 2014. Dirección y Guión de Richard Glatzer y Wash Westmoreland. Distribución: Sony Pictures Home Entertainment (2015)
En ocasión de la aparición del video de Still Alice, tanto en formato DVD como en Blu-Ray, se tiene la ocasión de apreciar nuevamente este notable melodrama que cuenta con la consagratoria interpretación de Julianne Moore quien obtuvo el Oscar a la Mejor Interpretación Femenina en febrero pasado. Tomando como referencia a Alice (Moore), una brillante experta en lingüística y catedrática de la Universidad de Columbia de 50 años de edad, felizmente casada y madre de 3 hijos adultos, el film minuciosamente describe sus primeros estadios de Alzheimer y cómo su condición va deteriorándose con el paso del tiempo.
En el proceso de valoración de este notable film no puede dejar de admitirse que su tema se presta al fácil sentimentalismo. Sin embargo, los realizadores han cuidado de que ello no ocurra prefiriendo que la audiencia siga el trayecto de Alice, la progresión de su enfermedad, su lucha para querer combatirla así como su enorme pena, a través de una narración sobria aunque decididamente realista. Si el guión ha logrado que el derrotero de su protagonista repercuta con innegable fuerza, eso puede en parte atribuirse a que Richard Glatzer -habiendo experimentado la esclerosis lateral amiotrófica (una enfermedad degenerativa de carácter neuromuscular)- haya captado en toda su dimensión el espíritu de la novela original.
Julianne Moore ofrece una interpretación descollante en la caracterización que realiza de Alice. Cuidando de no extralimitarse en su interpretación, deslumbra con los diferentes matices de su expresión facial dando vida a una mujer de gran inteligencia que como lingüista comprende todos los mecanismos inherentes al lenguaje; es por eso que es absolutamente consciente de que su deterioro va afectando su habilidad cuando las palabras van desapareciendo de su habla. Aunque trata desesperadamente de no rendirse a la inexorable enfermedad, sabe muy bien lo que habrá de aguardarla y es así que no puede ocultar su dolor al sentirse impotente de revertir y/o detener el proceso de su mal.
Acompañando a Moore, se encuentra la ponderable actuación de Alec Baldwin quien como el devoto y amante marido que siempre consideró a su cónyuge como la mujer más bella e inteligente del mundo, llega un momento en que a pesar del amor y apoyo que le brinda comprueba cómo lentamente su matrimonio va sufriendo también los embates del Alzheimer. El homogéneo elenco se completa con Kristen Stewart, Kate Bosworth y Hunter Parrish dando vida a los hijos del matrimonio quienes por razones genealógicas pueden ser hereditarios de la dramática dolencia.
La muy buena transposición al Blu-ray permite que los valores intrínsecos del film original no hayan sido devaluados. En el material adicional se incluye el corto “Directing Alice”, en donde los dos realizadores explican el proceso que conllevó la realización del film, pero donde se puede apreciar las dificultades con que lo hace Richard Glatzer, debido al dramático estado de su enfermedad que atravesaba y que finalmente lo abatió el 10 de marzo pasado. Otro corto de interés es “Finding Alice”, ofreciendo una semblanza global de la enfermedad, y explicando cómo Moore se preparó para el complejo rol contando con el valioso asesoramiento de Sandy Oltz, una paciente de Alzheimer de la vida real. Finalmente, se presenta una entrevista con el compositor Ilan Eshkeri quien discute la forma en que su partitura musical define la esencia del film.
La caja del Blu-ray contiene un vale de una copia digital en HD con ultravioleta.
Audio: Versión original inglesa o doblada al francés con subtítulos optativos en francés, inglés e inglés para espectadores con discapacidad auditiva.
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