De Adicto a ADICTO
De Adicto a ADICTO
Caras vemos, emociones no sabemos
Clemente, un chavo de 28 años, alto, ni gordo ni flaco, triste, muy triste, viviendo en blanco y negro, vino a mí en busca de ayuda, llegó cabizbajo, el cielo se le había venido encima, lloraba con dolor, con mucha tristeza, no encontraba la salida, dejé que soltara todo ese nudo que lo atormentaba, sufría porque finalmente su novia lo había tronado y no podía aceptarlo, no quería hacerse a la idea de vivir sin ella, sin emitir juicios, le ofrecí ayuda y le advertí.- Nadie va a hacer por ti, lo que tú tienes que hacer por ti mismo. El caso de Clemente, víctima de una relación enfermiza, destructiva, de un noviazgo posesivo, codependencia pura, enamoramiento pasional, mal correspondido, el mal de amores en vivo y a todo color, víctima también de una pareja dispareja que lo trataba con la punta del pie, grosera, soberbia, arrogante, indiferente, lo usaba como chofer, como facilitador para resolver sus pequeños y grandes problemas, lo trató durante más de 4 años con la punta del pie y a pesar de todo, Clemente lloraba como si se le fuera a acabar el mundo.
Amar con demasía, con obsesión, es lo de hoy
Hoy sé que pesa más una pena o un dolor por alguna causa emocional, que una situación económica, duele hasta los huesos cuando sufres de desamor, cuando sientes que no te quieren, que te odian, te repudian y sin duda, te sientes abandonado, traicionado, duele que te manden a volar y que no te den la oportunidad de reconciliar. Clemente, le escribió una carta.- Hola amor. Te escribo para lo mismo que te he escrito y dicho durante estos últimos días que ya no he estado a tu lado, que te extraño mucho y me duele no estar contigo, me duele en lo más profundo de mi ser, lo que me dijiste ayer, lo cargo en el alma, si tú ya no querías esta relación desde tiempo atrás, por qué no me lo hiciste saber en su momento, por qué esperar tanto tiempo dándome falsas esperanzas y al contrario me decías que yo ya lo sabía por la forma en que te portabas, dabas por hecho sin saber lo que yo realmente pensaba, lo que sentía dentro de mí, porque tontamente justificaba tus actos con “tal vez tuvo mal día”, o “anda demasiado preocupada”, “trae mucha presión en sus actividades” en fin, solo justificaciones teniendo la esperanza de que en el fondo todavía existiera ese grande amor que un día nos unió, que todavía hubiera esa alegría de estar conmigo, que esos momentos tan felices que pasábamos juntos se volvieran a repetir.
No hay peor ciego, como el que no quiere ver
¿Pero por qué así?, no entiendo, no es la forma, yo pensé que estabas de sangrona o no eran tus días, no que ya no querías estar a mi lado, me dices que si pensaba que íbamos a durar juntos siempre y pues no, porque no somos eternos pero sí el tiempo que Dios nos dé de vida, yo pienso que para eso es una relación para estar juntos no para estar solo un rato y a ver quién se aburre y ya deja al otro, me hubieras dicho eso al principio de la relación no ahora, que ya me duele mucho estar sin ti, me dices que me tienes rencor por la forma en que me porté por ese problema que tenemos pero por qué? Si tanto te afectó al grado de repudiarme así, por qué no lo hablaste para haberlo detenido, todo tiene solución para qué lo dejaste crecer? Si bien sabes que siempre te pregunté si estabas a gusto o no. Me duele mucho que me digas que conmigo estabas mal, siempre te traté bien nunca te hice cosas malas, siempre estuve contigo en todos tus problemas y solo por detalles que estaban mal que sí tenían solución pero nunca quisiste arreglarlos ni hacerle la lucha por lo menos, me dices que la gente nunca cambia y te contradices, tú has cambiado ahora. Me duele mucho que me digas que cartas y fotos de la relación solo sean objetos sin valor o simples fotos en todos estos 4 años, solamente simples fotos. En verdad no sé qué te pasó por qué te hiciste de esa manera, tan insensible – Me dices que no te importa como esté en este momento, si tomo pastillas para la depresión y pues estoy mal.
Al buen entendedor, pocas palabras o atole con el dedo
Mi intención ya sabes cuál era, de volver a comenzar desde el principio para arreglar esos errores que cometimos los dos, porque en verdad yo sí creo que eres la mujer de mi vida, así con todo y tus defectos, yo te amo. Lo que me dijiste ayer, no sé si en verdad fue cierto o solo para dejarme de una manera cruel y así ya no hablarte. De hecho ya no sé qué escribir, solo sé que esta carta es como las tantas que te escribí en estos últimos días, que ni siquiera te molestaste en leer y quedan en la nada, las tiraste, rompiste, no sé qué hiciste con ellas, al igual que todos los emails que te envié, esperando una respuesta, la cual nunca llegó. Mi gran error fue depositar en ti todo mi amor, respeto, tiempo, sueños, ilusiones, felicidad, por eso ahora que tomaste la decisión de que tu vida tome otro camino, me dejaste completamente vacío, porque todo lo mejor de mí se fue junto contigo, siento que al perderte a ti me perdí yo mismo. Si en algún momento te hice daño perdóname, tú sabes que no fue mi intención lastimarte, no te tengo rencor ni odio, gracias por todo y que siempre te vaya bien. Te Amo. Felizmente y gracias a la capacitación emocional, Clemente salió adelante, su rostro cambió, reflejando brillo, la mirada triste caída, inexpresiva, igual cambió radicalmente, incluso su tono de voz, se tornó más firme, fuerte, claro, con alegría, vi grandes cambios, en su lenguaje facial y corporal, en sus actitudes, y ahora sé, que depende solamente de él y de nadie más, ya le compartí las herramientas y le di las claves de mi propia experiencia, ahora, solo depende de él y solo de él. Clemente, se hizo adicto al sufrimiento, adicto a la codependencia y al mal trato.
La recuperación sí es posible cuando hay fuerza interior
Caer en una adicción es muy fácil, el primer cigarro, la primera borrachera, las drogas, las pastillas por prescripción médica, a los casinos, hacerse adicto al trabajo, a la computadora, al sexo, a tantas cosas, sin duda, el inicio es sencillo, lo difícil es salir de ello, conozco a muchos adictos, alcohólicos, maniaco depresivos, víctimas de bulimia, anorexia, obesidad, infinidad de enfermos emocionales que no quieren dar el primer paso, que es aceptar su enfermedad, no tienen deseos de romper con su dependencia a las sustancias o a sus patrones de conducta equivocados, muchos alcohólicos entran en la abstinencia, pero caen en borrachera seca, otros tapan la botella y destapan el Tafil, muchos más sustituyen una adicción por otra y es el cuento de nunca acabar; cuando no se quiere, no hay poder humano que te saque de ahí, yo hablo de mi propia experiencia, me negué a mi alcoholismo, a que soy cocainómano, fármaco dependiente, fumador compulsivo, maniaco depresivo y tantas cosas más, he podido desprenderme de muchas de mis adicciones, gracias a mi fuerza interior, a mi constancia, a mi presencia en grupos de auto ayuda, en dar el mensaje en colonias, escuelas, auditorios, cárceles, teatros, en la televisión, y por supuesto en periódicos impresos y digitales, he podido porque sigo en la búsqueda de mí mismo, porque no quiero ser mediocre, no lo soy, y sé que hechos son amores y no buenas razones. Que te quede claro, esta enfermedad, es perra, una enfermedad perra, maldita perversa del alma, es genética, progresiva e incurable, no solo es alcohol y drogas.- Mis libros son muy útiles para informarte, orientarte y concientizarte Como siempre a tus órdenes ernestosalayandia@gmail.comBúscame en Facebook, en Twitter @teo_luna
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