HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Aunque sin llegar al nivel de excelencia que Alfonso Cuarón exhibiera en Gravity (2013) abordando la exploración del espacio, The Martian transita por un terreno parecido logrando un resultado visualmente impactante y suficientemente atractivo para mantener la atención permanente del público durante sus dos horas de duración.
Dirigido por Ridley Scott con un guión preparado por Drew Goddard, este relato de ciencia ficción comienza enfocando a un equipo de astronautas americanos que encontrándose en Marte debe abortar la misión al estar obligado a dejar precipitadamente el lugar a causa de una severa tormenta de viento; lamentablemente, el ingeniero Mark Watney (Matt Damon), uno de sus integrantes, no puede hacerlo y al quedar abandonado en la soledad del planeta visitado sus colegas lo dan por muerto. En realidad, aunque Mark ha quedado herido por una antena errante, logra recuperarse y al adquirir conciencia de la soledad en que se encuentra, comienza desde ese momento su lucha para poder sobrevivir. Como en el caso de situaciones desesperadas es necesario agudizar el ingenio, he aquí que este astronauta gracias a sus conocimientos de botánica logra salir del paso estableciendo un pequeño jardín para plantar papas para poder alimentarse. Eso es lo que le da esperanza de mantenerse con vida, al menos hasta que llegue otra misión tripulada a Marte, lo que podría demorar por lo menos un par de años. Cuando finalmente, Watney consigue efectuar contacto con el grupo de control del centro espacial en Houston, se comienza a desplegar todo tipo de esfuerzos para tratar de rescatarlo.
El film despierta considerable interés contemplando los diferentes recursos técnicos empleados para que el varado Mark pueda regresar a la Tierra; además, lo que se aprecia ofrece una sensación de considerable verosimilitud a pesar de tratarse de una mera fantasía. Damon se sumerge plenamente en la piel de Mark mostrando como este personaje procura mantener lúcido su estado mental evitando que la locura de la desesperación lo atrape frente a la problemática situación en que se encuentra. El elenco que lo acompaña, en especial Jeff Daniels y Chiwetel Ejiofor caracterizando a los científicos de la NASA y Jessica Chastain animando a una de las astronautas de la nave especial, se desempeña correctamente.
Finalmente, cabe destacar los aspectos técnicos que realmente deslumbran. Los excelentes diseños de producción de Arthur Max y la estupenda fotografía de Dariusz Wolski contribuyen a realzar los valores del film, resaltando el silencio y la inmensidad del espacio y el misterio que sugiere así como brindando una visión realista del árido planeta rojo.
Conclusión: Sin alcanzar el nivel de su obra maestra Blade Runner (1982, Ridley Scott demuestra su oficio con este film bien realizado y gratamente entretenido.
COMING HOME. China, 2014. Un film de Zhang Yimou
Zhang Yimou, sin duda uno de los más importantes realizadores de China, y Gong Li, la excelente y expresiva actriz que participó en varios filmes del director como Ju Dou (1990), Raise the Red Lanterns (1991) y To Live (1994), retornan con un muy emotivo melodrama que tiene como trasfondo la Revolución Cultural China (1966-1976). Al así hacerlo, Zhang además de rendir un tácito tributo a los intelectuales, campesinos y la clase obrera que sufrieron durante esa triste época, ofrece a las nuevas generaciones, que hoy están imbuidas en un marco cultural muy diferente, un retrato de lo que fue vivir en ese entonces.
Basado en una novela de Yan Gelilng y adaptado por Zou Jingzhi, Coming Home comienza en los primeros años de la década del 70, cuando Lu Yanshi (Chen Daoming) escondiéndose en un lugar próximo a la estación ferroviaria de Beijing trata de reencontrarse con su esposa Feng (Gong Li) después de haber escapado del campo de reeducación de trabajos forzados donde había sido enviado 10 años antes por ser considerado para el régimen un intelectual revisionista. Sin embargo ese intento se frustra cuando nuevamente es detenido en la estación ferroviaria de Beijing por haber sido denunciado a las autoridades por su hija Dandan (Zhang Huiwen); después del arresto de Lu, Feng sufre un fuerte golpe en su cabeza que le producirá amnesia.
Algunos años después, cuando la Revolución llega a su fin, también sobreviene la liberación de Lu y con ello el regreso al hogar. Lu está lejos de imaginar que al reencontrarse con su amada mujer, ella no llega a saber quién es él a pesar de admitir que recuerda tener un marido y que aguarda su pronto retorno. Es ahí, cuando con la ayuda de su hija -quien por su parte porta la enorme carga de culpa de haber producido la separación de sus padres, Lu se esfuerza por recurrir a todos los métodos posibles para lograr que Feng lo pueda reconocer; en tal sentido, uno de los momentos más tiernos del relato es cuando él se hace pasar como un afinador de piano tocando una canción que pueda reanimar la memoria de su esposa, como así apelando a la lectura de cartas que le había escrito cuando estuvo en prisión pero que no se las había hecho llegar. Puede que esta bella historia de amor que corona la parte final del film resulte demasiado sentimental para algunos espectadores; sin embargo, el realizador, que también había sido enviado al campo durante los años de dicha revolución, evita cualquier golpe bajo o efectista logrando que las emociones broten naturalmente.
Con respecto a las actuaciones, Gong en un rol duramente dramático que requiere de múltiples matices para llegar al espectador, logra su objetivo con la maestría que supo también exhibir en anteriores actuaciones; Chen también sale airoso brindando calidez y ternura a su personaje; por su parte, y a pesar de trabajar al lado de dos grandes actores, Zhang es muy convincente como la joven que ha logrado madurar como adulta y que aún sigue sufriendo los efectos del terrible golpe que ocasionó a sus padres en el pasado.
A pesar de la ausencia de despliegues visuales que caracterizaron a otros filmes del realizador, lo que aquí trasciende es el contenido y solidez del relato, donde algunos momentos del mismo, como el esfuerzo de reconexión de Lu con Feng, quedan grabados en la memoria del espectador mucho después de que concluya la proyección.
GRANDMA. Estados Unidos, 2015. Un film escrito y dirigido por Paul Weitz
Aunque el inexorable paso del tiempo pueda reflejarse físicamente en el rostro de Lily Tomlin lo cierto es que esta encantadora actriz luce magníficamente como la abuela que da título a este film. Ella despliega toda la fuerza de un personaje asumido con profundidad donde resulta difícil imaginar a otra actriz que pudiera caracterizarlo mejor.
En un rol que sorprende constantemente, Tomlin personifica a Elle, una septuagenaria poetisa lesbiana y muy feminista, que desde hace año y medio en que murió Violeta, su compañera durante 38 años, no ha sido capaz de volver a escribir. A todo ello, acaba de romper abruptamente su relación con Olivia (Judy Greer), su reciente y más joven pareja.
La tranquilidad, o mejor dicho la situación de encontrarse nuevamente sola, habrá de alterarse para esta mujer con la inesperada llegada en las primeras horas del día de Sage (Julia Garner), su nieta adolescente, quien le manifiesta estar embarazada. Por no atreverse a pedir a su madre Judy (Marcia Gay Harden) el dinero que necesita para proceder al aborto programado para el final de la jornada, la jovencita recurre a su abuela para que le facilite los 630 dólares necesarios. Como la abuela no dispone de esa suma, eso motiva a que ambas, valiéndose del Dodge Royal de la abuela, emprendan un viaje urgente para encontrar a alguien que facilite esa suma.
La primera de las visitas efectuadas es a la casa del amigo de Sage (Nat Wolff), co-responsable del embarazo- a quien Elle llega a dominarlo de manera contundente para llegar a obtener los primeros 50 dólares. Otra de las visitas se realiza a una especialista de tatuaje (Laverne Cox) transexual que se encuentra endeudada monetariamente con la anciana pero que no está en condiciones de devolver lo que le debe en forma inmediata.
Otras paradas se irán sucediendo con mayor o menor suerte, donde entre las mismas Elle reencontrará a Karl (excelente Sam Elliott), un hombre de edad madura con quien tiempo atrás ella vivió algunos de los episodios más importantes de su vida, y que dentro del marco de este relato origina una de las escenas más intensas y emotivas del mismo. La última etapa consiste en visitar a Judy, importante mujer de negocios, donde quedará en descubierto el modo en que su madre la concibió.
A través de una buena exposición de personajes, gracias al buen guión del director Paul Weitz, esta comedia dramática de modestos alcances está bien realizada y actuada, sobre todo si se tiene en cuenta, como se señaló previamente, la excelente interpretación de Tomlin; es ella quien virtualmente se roba la película en el personaje de la abuela agresiva, irritable y quejumbrosa, pero excéntricamente deliciosa, que tiene todavía algo que ofrecer y enseñar a su inmadura nieta.
VIDEO
MANGLEHORN. Estados Unidos, 2014. Dirección: David Gordon Green. Distribución; Mongrel/Métropole Films (2015)
Una vez más el gran actor Al Pacino impone su presencia en este modesto drama psicológico animando a A. J. Manglehorn, un cerrajero de edad madura viviendo en Texas que ve transcurrir sus días en forma solitaria y taciturna.
Aunque consciente que no hay arrepentimientos que valgan para enmendar los errores del pasado, este hombre retiene en su memoria la imagen de Clara, la mujer que ha sido el gran amor de su vida y cuyo vínculo quedó por él malogrado sin motivo justificado; en tal sentido, cobra relieve la ternura que siente por ella volcando sus sentimientos en las cartas sin destinatario que se escuchan a través de la voz en off. En el plano familiar tiene un hijo adulto, Jacob (Chris Messina), de buena posición económica con quien mantiene una dificultosa relación, y su nietita de 6 años (Skylar Gasper) con quien se encuentra semanalmente para pasar con ella algunos momentos gratificantes. Fuera de ese ámbito, su entorno social se circunscribe a Gary (Harmony Korine), un jugador de béisbol de quien fuera en otras épocas su entrenador deportivo, y con Dawn (Holly Hunter), la radiante cajera del banco con quien llega a flirtear platónicamente cada vez que se encuentra con ella en oportunidad de efectuar sus transacciones.
El director David Gordon Green, trata de que su cámara capte cuidadosamente los diferentes matices de los personajes involucrados y sobre todo el de Manglehorn. Sin embargo y a pesar de mantener cierta intriga, el relato de naturaleza episódica nunca alcanza a fructificar, en gran parte debido al flácido guión de Paul Logan sazonado con pedestres diálogos y en donde los incidentes que se producen no llegan a adquirir resonancia dramática.
A nivel de actuación, Pacino logra en parte superar las debilidades del libreto con una composición sobria de su persona, capaz de reflejar en sus expresiones la variada gama de sentimientos que lo embargan; a su lado se destaca Hunter quien expresa en su personaje una gran calidez volcada hacia Manglehorn.
El DVD está editado en su versión original con subtítulos optativos en francés; igualmente, se puede optar por la versión doblada en francés.
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