HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Basado en la novela de Emma Donoghue (2010) y adaptada por su autora, llega a la pantalla Room, un cautivante drama psicológico capaz de motivar al espectador.
La acción que en sus primeros 50 minutos transcurre en un espacio sumamente reducido, a ratos se torna claustrofóbica, pero quizá ese efecto es el que el director irlandés Lenny Abrahamson haya querido lograr para transmitir la real sensación vivida por sus dos personajes principales.
En una pieza ubicada en un cobertizo de jardín que se encuentra en el patio trasero de una casa, habitan Joy Newsome (Brie Larson) y su hijito Jack que acaba de cumplir 5 años (Jacob Tremblay). Hace 7 años la chica, en ese entonces de 17 años, fue secuestrada por un hombre conocido como Viejo Nick (Sean Bridgers) quien además de haberla violado la mantuvo encerrada en ese lugar. Ese individuo es el padre de Jack quien nació en cautiverio e ignora dicho vínculo biológico. A través de un código especial, Nick regularmente se introduce al recinto para traer alimentación pero impidiendo que la madre y su hijo puedan salir del mismo cuando éste se retira.
Para quien no haya leído el libro resulta un poco difícil imaginar cómo se ha podido vivir en una forzada reclusión durante un período tan largo y de qué manera Joy y Jack lograron superar las contingencias naturales que durante ese lapso pudieron haberse presentado sin salir al exterior. Lo que queda claro es la forma en que la devota madre ha ido criando y educando al niño, ya sea jugando con él, leyéndole libros, captando lo que la pantalla de la televisión puede brindar, etc. Lo cierto es que Jack no se siente deprimido ni tampoco muestra síntoma alguno de perturbación emocional.
El film adquiere una dimensión diferente en su segunda parte cuando mediante una audaz táctica concebida por Joy, su hijito primero y ella después, logran escapar recobrando de este modo la libertad. Además del emotivo reencuentro de la joven con sus padres (Joan Allen, William H. Macy), quienes tienen oportunidad de conocer al nieto que nunca han visto, el relato se circunscribe a describir el modo en que Jack se amolda a un mundo completamente desconocido. Manifestándose al principio tímido y obviamente poco comunicativo al no estar preparado para relacionarse socialmente, gradualmente logra adaptarse al nuevo ambiente entrando en contacto con otros niños de su edad y viendo cómo puede desplazarse libremente en el espacio exterior. En lo que concierne a Joy, no le es nada fácil reintegrarse a la vida normal quien traumatizada por la experiencia vivida atraviesa un proceso de recuperación que la mantiene internada por cierto tiempo.
La vivencia emocional de estos dos seres es transmitida con bajo perfil por el realizador; con todo, sobresale el poderoso vínculo materno-filial gracias a las excelentes caracterizaciones de sus dos protagonistas. Así, Larson efectúa un gran trabajo reflejando la tragedia vivida del encierro que aún cuando todo haya retornado a los senderos normales le ha dejado una intensa marca difícil de borrar; en cuanto a Tremblay, es admirable ver la forma en qué comunica los sentimientos de un niño criado en cautiverio y transformado en otro que aprende a conocer lo que existe fuera de la habitación en que vivió hasta ese entonces.
Conclusión: Room es un humano y refinado drama de supervivencia reflejando el intenso e intenso lazo establecido entre una madre y su hijo y realzado con dos estupendas actuaciones.
TRUTH. Estados Unidos, 2014. Un film escrito y dirigido por James Vanderbilt
El periodismo ejercido a través de la televisión y las consecuencias que puede tener la transmisión de información no del todo autenticada es el tema central de Truth (Estados Unidos), ópera prima de James Vanderbilt. Basado en las memorias de Mary Mapes Truth and Duty: The Press, The President, and The Privilege of Power(2005), el guión del novel realizador James Vanderbilt enfoca un hecho que alcanzó amplia difusión pública; el mismo gira en torno del popular programa televisivo 60 minutes que se desarrolló en 2004, durante el período electoral en que el Presidente en ejercicio George W. Bush se aprestaba como candidato para ser reelegido.
El programa de la CBS que tenía como productora a Mary Mapes (Cate Blanchett) y como comentarista al prestigioso periodista Dan Rather (Robert Redford) difundió una historia vinculada con el Presidente donde se afirmaba que en sus años de juventud logró evitar ser enviado a Vietnam, ocupando en cambio un confortable puesto en el servicio de la Guardia Nacional Aérea de Texas. Si bien para la difusión de la noticia, que tuvo lugar en septiembre de 2004, Mapes y Rather contaron en su poder con documentos que ellos creyeron que eran completamente fehacientes, finalmente terminaron no siendo así. La inexacta información transmitida implicó la caída en desgracia de la brillante productora arrastrando a Rather quien se sintió forzado a renunciar poco tiempo después.
Lo que el film excelentemente plantea es hasta qué punto estos dos protagonistas adoptaron todos los recaudos precisos para asegurar la estricta verdad de lo que iban a difundir para que la historia relatada fuese fidedigna. Si el relato es apasionante por su contenido y la forma en que está estructurado, el interés se acreciente aún más por la extraordinaria interpretación de Blanchett; esta excelente actriz transmite intensamente la fragilidad que involucra a su personaje quien en principio segura de sí misma sobre la noticia que está contando ve cómo el desarrollo posterior de los acontecimientos la sume en un escándalo que la va desplomando al no poder revertir los hechos. A su lado, Redford infunde humanidad al rol desempeñado como presentador y conductor del programa televisivo, sobre todo en la emotiva alocución que realiza al despedirse del público televidente.
Conclusión: Truth es un film sólidamente realizado que desnuda los entretelones que se manejan en las trastiendas de las salas de noticias como así también la urgente necesidad de producir historias que lleguen a impactar al televidente.
THE SECOND MOTHER. Brasil, 2014. Un film escrito y dirigido por Anna Muylaert
Del mismo modo que Sebastián Silva logró con La Nana (2009) una muy buena pintura de la estratificación social existente en Chile a través de una criada trabajando por largo tiempo en el seno de una familia de clase media, la directora Anna Muylaert enfoca un tema parecido, saliendo igualmente airosa de la tarea emprendida.
Regina Case anima a Val, una agradable empleada doméstica que trabaja desde hace 13 años para una familia acomodada de Sao Paulo. Se sabe que ella está separada y que su hija que no vive en la misma ciudad quedó a cargo de otra persona a quien remite mensualmente la cuota necesaria para su mantenimiento y educación.
Los dueños de casa integrados por José Carlos (Lourenco Mutarelli), su mujer Bárbara (Karine Teles) y el mimado hijo Fabinho (Michel Joelsas) nada tienen que objetar del excelente desempeño de Val donde ella cuida cada uno de los detalles y aspectos necesarios para satisfacer sus requerimientos en el momento preciso. Lo más importante es que a pesar del tiempo transcurrido y del entrañable afecto que existe entre ambas partes, Val es sumamente respetuosa de las reglas de juego que predominan en esa relación; eso significa que jamás osará compartir los espacios que exclusivamente pertenecen a sus empleadores, quienes a su vez saben apreciar ese gesto.
La rutina así como la división social existente experimenta un vuelco cuando un día esta trabajadora recibe la visita de su hija Jessica (Camila Mardila), a quien no había visto por espacio de 10 años y que llegó a Sao Paulo para estudiar arquitectura. Para la gran sorpresa de Val, la amabilidad de Bárbara hace que le permita a Jessica residir en su hogar todo el tiempo que fuese necesario compartiendo la habitación de su madre. Lo inesperado es que esta joven emancipada y muy segura de sí misma parece ignorar las costumbres ancestrales que separan a las criadas de sus amos y por lo tanto se comporta como si fuera un miembro más de la familia; de este modo y frente al estupor de Val no pasa mucho tiempo para que Jessica ocupe la habitación de huéspedes, utilice sin requerir permiso la piscina de la familia, saboree el pote de helado preferido por Fabinho y pida lo que se le antoje. Lo interesante es que tanto José Carlos como su hijo dan lugar a que eso ocurra, sobre todo en el caso del padre quien demuestra un interés demasiado especial por Jessica, aunque ella sabe esquivarlo a tiempo.
Hay dos aspectos destacables en esta historia concebida por la realizadora. En primer lugar se aprecia la forma interesante en que Muylaert expone el modo en que se manifiestan las relaciones de poder frente a la candidez y espontaneidad de Jessica, que al desatender las reglas sociales imperantes va modificando gradualmente la dinámica familiar. El segundo aspecto es el vínculo conflictivo que la joven mantiene con su madre olvidando que la separación durante tanto tiempo se debió porque Val consiguió un trabajo adecuado para que su hija pudiera gozar de un nivel de vida más digno.
Sin juzgar a sus personajes la realizadora demuestra conocer muy bien su oficio donde a través de un relato con mensaje social logra una película grata y altamente entretenida que además se encuentra jerarquizada por la excelente actuación de Case en el rol protagónico.
Comments (0)