HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Una indescriptible emoción produce la visión de Carol del realizador Todd Haynes. La historia que se presencia es de remarcable autenticidad, cuenta con una magnifica realización, un esmerado guión y dos interpretaciones antológicas en los roles protagónicos; todo contribuye para que este film sea uno de los mejores vistos en 2015.
Basado en la novela “The Price of Salt” de Patricia Highsmith, el tema está centrado en el amor de dos mujeres de edad dispar y diferente condición social. Con todo, el realizador no se limita a efectuar un retrato de lesbianismo convencional sino que profundiza psicológicamente lo que puede acontecer entre dos seres del mismo sexo cuando el poder de atracción es más fuerte que cualquier otra consideración racional para frenar ese impulso.
La acción transcurre en Nueva York y se desarrolla entre los últimos días de 1952 y principios de 1953. La consideración de la época es importante porque en ese entonces, las normas predominantes de la sociedad conservadora de ninguna manera podría tolerar una vinculación romántica homosexual. Dentro ese marco de referencia el relato comienza cuando Carol (Cate Blanchett), una dama burguesa de mediana edad que se encuentra en proceso de divorcio, se dispone a efectuar unas compras en un emporio comercial de Manhattan; al divisar a Therese (Rooney Mara), una joven vendedora que allí trabaja, se origina un chispazo de atracción instantánea entre ambas; así, ese amor a primera vista se irá intensificando hasta convertirse en una irresistible pasión.
La dinámica de la novela original está muy bien aprovechada a través del trabajo de la guionista Phillis Nagy quien ha sabido captar la naturaleza de sus personajes dotados de excepcional riqueza humana. En tal sentido el elenco es nada menos que estupendo.
Blanchett nuevamente demuestra sus excepcionales dotes artísticas caracterizando la vida interior de una distinguida mujer cuya aparente frialdad externa va adquiriendo calidez emocional a medida que el affaire se va afianzando. Con un matrimonio poco gratificante -debido en parte a su orientación sexual por la que en el pasado ya había mantenido relaciones lesbianas-, Carol no puede interrumpir el profundo sentimiento que la une a Therese; eso a su vez la vuelve vulnerable cuando el exitoso hombre de negocios que es su marido (Kyle Chandler) la amenaza con perder la custodia de su hijita o incluso los derechos de visitarla en caso de proseguir su actual relación amorosa.
La notable actuación de Blanchett no opaca la acertada composición que Mara logra de Therese; esta joven actriz transmite con convicción el sentimiento de soledad que la albergó antes de conocer a Carol y que va cambiando cuando ve a su amante como la mentora que puede modificar su futura existencia. En los personajes secundarios se distinguen Chandler como el marido que pronto dejará de serlo y que a pesar de la orientación sexual de Carol trata de salvar su matrimonio. Finalmente también crea empatía la participación de Jake Lacy animando al joven cortejante de Therese quien se da cuenta que sus sueños de vivir junto a la chica con que estaba saliendo no podrán concretarse porque para ella no existe otra persona que Carol.
Cabe apreciar el tratamiento que Haynes ha brindado a esta historia donde su narración alcanza considerable sobriedad en la pintura de un amor prohibido. Además, con un lenguaje cinematográfico impecable el realizador recurrió al director de fotografía Ed Lachman para que el film sea rodado en 16 milímetros a fin de otorgar una impresión y textura realista a la reconstitución de época; en tal sentido, ningún detalle ha sido descuidado permitiendo de este modo que su autenticidad y belleza visual contribuya a elevar aún más la calidad de esta película.
Conclusión: Un excelente melodrama que merece ser visto por su meticulosa realización y por las consagradas actuaciones de Blanchett y Mara.
HITCHCOCK/TRUFFAUT. Francia-Estados Unidos, 2015. Un film de Kent Jones
François Truffaut, el renombrado crítico de cine de Cahiers du Cinéma de la década del 50 que se convertiría en uno de los más importantes realizadores del siglo pasado, evidenció un profundo respeto y gran admiración hacia Alfred Hitchcock. De allí que tuviese gran interés en resaltar el trabajo del bien llamado Mago del Suspenso, no solamente como un director de filmes de estricto entretenimiento sino también como un cineasta de creatividad excepcional y dueño de un estilo distintivo por su extremada rigurosidad. Es así que en 1962 logró convencer a Hitchcock para ser entrevistado; a través de 27 horas de conversación que se extendió a lo largo de una semana en una pequeña sala de los estudios Universal de Hollywood se concretó el ambicioso proyecto del cineasta francés quien durante su trabajo estuvo acompañado por su colega Helen Scott que ofició de traductora. El resultado de esta extensa entrevista se tradujo en el libro de Truffaut “Cinema According to Hitchcock” (El cine según Hitchcock) publicado en 1966. No es exagerado afirmar que este valioso texto constituye un elemento de referencia esencial para directores de cine como así también un libro vital para los cinéfilos y sobre todo para quienes aman el cine del gran cineasta.
En base a lo que precede, el director documentalista Kent Jones ofrece en Hitchcock/Truffaut un exhaustivo análisis de esa excepcional entrevista que Truffaut, en ese entonces de 30 años y en el inicio de su carrera, realizara al entonces veterano Hitchcock de 63 años, quien contaba con una filmografía de más de 40 títulos.
Es importante aclarar que en los 80 minutos que dura el film resulta imposible abarcar con minuciosidad el contenido del libro; con todo, el documental logra resaltar sus aspectos más esenciales a través de audio clips de las charlas originales de los dos directores –donde Hitchcock le señala a Truffaut acerca de la importancia que tiene el espacio para la obtención de la imagen requerida- así como por la excelente intervención de destacados realizadores modernos incluyendo a Wes Anderson, Olivier Assayas, Peter Bogdanovich, Arnaud Desplechin, David Fincher, James Gray, Kiyoshi Kurosawa, Richard Linklater, Martin Scorsese y Paul Schrader.
De los comentarios efectuados sobre la obra de Hitchcock Fincher destaca elogiosamente el trasfondo psicológico de sus filmes, como también el carácter de perversión impreso en Vértigo. Scorsese rememora cómo en sus años de juventud se maravillaba observando sus filmes, atendiendo a su cuidadosa elaboración así como a aspectos técnicos de filmación en lo que concierne a la ubicación de las cámaras para lograr un óptimo resultado. Bogdanovich resalta la importancia del libro de Truffaut al haber cambiado la imagen que se tenía del entrevistado y apreciar en su real magnitud su aporte al cine; también recuerda la reacción sorprendente del público cuando se estrenó Psycho en la antológica escena de la ducha. Para Desplechin resulta fascinante contemplar el modo en que Hitchcock considera en sus filmes la transferencia de culpa del realmente culpable al inocente, ejemplificándolo con el rol de Henry Fonda en The Wrong Man quien anima a un hombre falsamente acusado de los delitos cometidos por otra persona. Por su parte, Anderson destaca la importancia de los aspectos visuales, en tanto que Linklater sostiene que muchos de los diálogos de los filmes de Hitchcock podrían haberse prescindido debido a la expresividad de sus imágenes.
El film señala la intensa amistad forjada entre Truffaut y Hitchcock como consecuencia de la intensa entrevista y que prolongó hasta la muerte de éste último en 1980. En ese entonces, nadie podía imaginar que el entrevistador habría de morir 4 años después a la temprana edad de 52 años; en todo caso el último proyecto en vida de Truffaut fue el de actualizar su libro destacando a su gran amigo como “el artista que escribió con la cámara”.
Jones logró un luminoso documental sobre dos hombres pertenecientes a diferentes culturas y estilos de trabajo pero que tuvieron en común el haber vivido intensamente por y para el cine. Como nota final es meritorio distinguir el cuidadoso montaje de Rachel Reichman intercalando en forma armoniosa detalles de la entrevista central, los testimonios recogidos de los realizadores mencionados y extractos de más de una treintena de filmes de Hitchcock y algunos de Truffaut.
Conclusión: Aunque este notable documental no puede reemplazar al libro original es lo suficientemente fascinante como para que después de su visión el espectador que no lo haya leído se sienta estimulado a hacerlo; sin duda, habrá valido la pena.
LA DERNIERE LEÇON. Francia, 2015. Un film de Pascale Pouzadoux
El espinoso tema de morir con dignidad es considerado en La dernière leçon de la realizadora Pascale Pouzadoux. El film está basado en el libro epónimo de Noëlle Châtelet quien transmitió en el mismo los acontecimientos vividos con su madre cuando ella decidió suicidarse.
En este relato de ficción la actriz Marthe Villalonga anima a Madeleine, quien en el día en que sus familiares festejan sus 92 años de existencia, ella les comunica que pondrá fin a su vida en pocas semanas más; como es de suponer, ese anuncio causa gran consternación a los miembros de la familia, sobre todo a sus dos hijos Diane (Sandrine Bonnaire) y Pierre (Antoine Duléry). La anciana dama manifiesta que aún cuenta con la energía y racionalidad necesaria para adoptar tal medida porque después de una larga vida realizada prefiere concluirla antes de sufrir las indignidades y humillaciones de las enfermedades que surgen con la avanzada edad; por lo tanto no quiere llegar a convertirse en carga de nadie.
En los difíciles días que siguen se nota el tremendo esfuerzo que realiza Diane para tratar de desistir a su madre del acto que va a cometer teniendo en cuenta que ella no está afectada de enfermedad terminal alguna. Con todo es evidente que Madeleine no puede vivir sola; esa situación se evidencia cuando al haber sufrido una caída en su casa queda desvanecida mientras que el horno en que estaba cocinando comienza a emanar humo y a último momento es rescatada por sus hijos e internada por algún tiempo en el hospital.
Pouzadoux trata de equilibrar las opiniones sobre el tema a través del comportamiento asumido por Diane y Pierre. Mientras ella, que trata a su madre con abnegación y ternura además de haber sido siempre su amiga, llega finalmente a aceptar su decisión, su hermano con creciente rabia y amargura considera a su madre como una mujer egoísta al no sopesar las consecuencias que su determinación produce en el seno familiar.
Sin conocer detalles adicionales sobre cómo fue la vida previa de esta nonagenaria, el tópico del suicidio es tratado delicadamente, no desprovisto de emoción y sin caer en el patetismo. Con todo, el relato no alcanza la envergadura necesaria debido a que los roles secundarios están débilmente considerados, con las excepciones del cariñoso nieto adolescente Max (Grégoire Montana) y de Victoria (Sabine Pakora), la mujer que cuida de Madeleine adoptando vagamente la figura de una madre. Una particular escena enfocando a Diane con el enfermero del hospital cuando su madre está internada resulta totalmente innecesaria así como son prescindibles –tal como son presentados- los personajes del marido de Diane y la esposa de Pierre.
Las observaciones precedentes se atemperan por las excelentes actuaciones de Villalonga y Bonnaire, muy naturales en la composición de sus respectivos personajes dentro del marco de una realización convencional.
Finalmente, surge la pregunta si se puede justificar la decisión de Madeleine como así también sus implicancias morales. La directora prefirió exponer el tema sin llegar a pronunciarse sobre el mismo, permitiendo de este modo a que cada espectador halle su propia respuesta.
Comments (0)