De adicto a ADICTO
De adicto a ADICTO
Lo complicado de la recuperación
Hablar de esta enfermedad, es hablar de una complejidad, es una enfermedad cruel, desvastadora, incongruente, triste, te dañas, dañando también a tus seres cercanos, es una enfermedad social, mental, emocional, familiar, física, espiritual y se relaciona con la personalidad, por los jucios y las actitudes, por miedos y frustración, no basta tapar la botella, hay que demostrar la recuperación con hechos, por ejemplo, dejar ese lenguaje vulgar, grosero, corriente, evitar los mismos patrones de conducta de soberbia, el meterse en lo que no te importa, destilar envidia, ira en contra de los que tienen lo que yo no tengo, acreditar mis cambios, siendo puntual, respetuoso de los tiempos de los demás, mi recuperación debe ser palpable, erradicando defectos de carácter, como el levantar falsos, el destilar veneno en contra de alguien, si hablo mal de alguien, estoy lleno de resentimientos y de envidia, y debo acordarme de dónde vengo y quien soy, para no caer en las garras de la borrachera seca, comprender que el tiempo no es recuperación, y esta enfermedad, no es solo alcohol y drogas, es mucho más complejo, por ello, la recuperación, es de tiempo completo, es en serio y de compromiso, un serio compromiso con uno mismo. El mediocre cambia de sustancias, de malos hábitos y sigue viviendo su vida a escondidas, engañándose a sí mismo.
Por mi adicción, de mal en peor
Mi relación con mi madre andando en la actividad, fue nula, no conviví con ella, siento que me tenía miedo, debido a mi agresividad, se me apartaba, no tenía confianza no le platicaba los planes que tenía, eran gritos, jalones, insultos que siempre estuvieron presentes, el respeto que le tenía lo perdí y llegó un punto que mi adicción, la tomaba como una mujer cualquiera, no como mi madre, era muy grosero con ella. Le decía muchos insultos, en varias ocasiones la agarré del cuello con fuerza, en ocasiones la empujé y la tiré al suelo, algunas veces pensé en agarrarla a patadas, pero nunca lo hice, por supuesto, le robé cosas materiales que con sacrificio ella obtenía y yo con la mayor facilidad del mundo, se las arrebataba y las mal vendía, llegué al grado que le robé su libertad, no la dejaba salir porque me daban celos, pensaba que andaba con otro hombre engañando a mi padre, la secuestré en este infierno neurótico, fueron más de tres años de los 15 a los 17, la dañé severamente, yo le decía que estaba loca, que era una pinche vieja neurótica cada vez que ella me decía que le echara ganas, lesionaba sus sentimientos y me valía gorro cuando la insultaba y la golpeaba, drogado o no, yo la intimidaba, más cuando no estaba anestesiado por la sustancia, la traté como a una basura, no me importaban sus lágrimas, estaba yo lleno de soberbia y no medí las consecuencias, ese es uno de mis fondos de esta perra enfermedad. Efrén.
Tuve una relación pésima con mi madre
Mi madre es de las únicas personas que me sacan de mis casillas, tengo cero tolerancia, no permitía su método intervencionista o la forma de reprimirme, ya que yo tomaba las cosas de la manera más despectiva posible, nunca pude admitir su genuina preocupación debido a mi neurosis, sé que la dañaba al hacerme daño yo mismo, buscaba yo ese afecto cálido, natural de una madre, estaba ahí, pero no lo podía ver, eso me hizo distante y a ella hermética, pero entiendo por qué ella no tuvo ese tipo de afecto que yo deseaba con todos mis ganas, cuando entré en el alcoholismo agudo, callé todos esos resentimientos, esas faltas de afecto y por supuesto que mi relación con mi madre se iba acabando por lo que yo le expresaba mi dolor, le di a mi madre una vida llena de angustias por mis problemas emocionales, de neurosis y psicológicos, yo provocaba pleitos entre ellos, a manera que ella se vio orillada a dejar la casa e irse con mi hermana a su casa, aun sin estar bajo la influencia del alcohol, ella llegó a golpearme cuando estaba tomado, muy fuerte, yo la reté, me le ponía enfrente y no dejaba que mi intimidara. Eran actitudes neuróticas, ingobernables y de reto, gracias a Dios, la relación con mi mamá mejoró mucho.- Carlos.
Un nuevo plan de vida
La droga está destruyendo a niños y jóvenes, aniquila a la familia, hunde en depresión a madres, hermanos, a familiares en general, un adicto es como si apestara, todo el mundo te rechaza, te dan la vuelta, incluso tu misma familia, el adicto no mide las consecuencias, no sabe de la magnitud de la enfermedad y la lucha es diaria, es cada segundo, en lo personal, le tengo respeto, le tengo miedo, no deseo volver a sufrir lo que sufrir, no pretendo hacer más daño a mis seres cercanos, quiero tener una nueva vida y en ese plan, se incluyen mis cambios, hacer un lado mis patrones de conducta nefastos, mis defectos de carácter, vivir sin resentimientos, no comerme la envidia o llenarme de egos. Mi plan es mi familia, es ahí donde debo de demostrar con hechos mi recuperación, el día de hoy, lo vivo intensamente, como si fuera el último día de mi vida, como si fuera el primer día, me siento libre y estoy en la mejor disposición de ayudar a otros, de dar el más claro de mis ejemplos a mis hijos y de ser, solo por hoy, un ser digno de mí mismo.
La Neurosis como enfermedad
Todos tenemos un cierto nivel de neurosis, esto es como los tinacos, también aquí hay niveles, unos medios llenos, otros medios vacíos y otros derraman el tinaco de tanta carga negativa, y lo más lamentable es que no aceptas, no reconoces que tienes un serio problema de identidad, tienes un serio problema de personalidad y nadie te toma en cuenta, a veces ni tú mismo te soportas y la pregunta obligada.- ¿Te casarías contigo mismo? ¿Soportarías tus arranques iracundos, por demás bipolares?- Te permitirías tus gritos, violencia, humillaciones?- Realmente permitirías que te maltrataran como tú maltratas en todos los sentidos? ¿Quieres conocer a Andrés, vive con él un mes?- ¿Que te compre, quien no te conoce?.- ¿Con qué derecho humillas y denigras? Un neurótico como yo, se siente el dueño de la verdad, y aunque no la tenga, la defiende a muerte, es perfeccionista en otros, lo quiere todo al más mínimo detalle, a tiempo, sin retrasos, sin errores, no permite fallas, porque explota, es violento, sarcástico, burlón, sutil, no tiene la más mínima tolerancia, la tardanza del cambio de luz en un semáforo le altera, la neurosis es igual, tanto para ella, como para él, pero hablando de mí, me torno muy exigente con todos los de casa, mientras que en la oficina o con personas extrañas soporto lo que con los míos ni de chiste permito, es decir, farol de la calle, oscuridad de la casa. Una sonrisa por dentro y otra por fuera. Gracias por leerme y más por escribirme. Mándame tu caso a: ernestosalayandia@gmail.com Sigue mi huella Twitter teo_luna Mis libros están a tu disposición en mi editorial virtual crisiscreces.com Tel. 614-410-0158.
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