HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
El encanto del cine se hace presente con esta joya de la animación realizada por Michael Dudok de Wit. Si acaso el séptimo arte ha sido concebido para que con sólo imágenes desprovistas de diálogo pueda transmitirse una historia de considerable significación humana, La Tortue Rouge lo confirma claramente. Se encuentre el espectador inclinado hacia el género de la animación o no, lo cierto es que quedará ampliamente gratificado después de contemplar este poético film.
Fue por iniciativa del renombrado Studio Ghibli de Japón, que Dudok de Wit comenzó a ocuparse en 2006 de esta fantasía que constituye su ópera prima en el largometraje; de esa asociación y basado en una historia original del realizador con la participación de la cineasta Pascale Ferran que se encargó de la adaptación se cristalizó esta hermosa fábula sobre la parábola de la vida.
La trama es de máxima sencillez donde quedan resaltados los aspectos más esenciales que residen en el género humano. Así, la necesidad de socializar, ser tolerante, cultivar la amistad, sentir el amor y fundar una familia se conjuga con la presencia de una naturaleza todo poderosa que de algún modo refleja la maravilla de la existencia humana.
Todos esos valores se destacan en la odisea vivida por el protagonista del relato. En la primera y cautivante secuencia se observa a un hombre que despierta en la playa de una isla desierta abandonada; después de inspeccionar el lugar donde se encuentra, cobra conciencia de su soledad al contemplar las envolventes olas del océano, las rocas gigantescas del lugar, la arena y algunos crustáceos que por allí rodean. Su espontánea decisión es abandonar la isla y para lograrlo con troncos que recoge construye una balsa para lanzarse al mar. Sin embargo, sus intenciones se ven frustradas cuando su embarcación es destruida por la presencia de una gigantesca tortuga roja marina; retornando a la playa procederá a construir una nueva balsa y a la vez tratará de vencer al victorioso galápago que se le interpone en su camino; sin embargo, cuando ya ha logrado dominarlo y comienza a dañarlo su remordimiento le impide deshacerse del mismo. Es allí que la magia de este cuento cobra vuelo con la aparición de un tercer personaje que permite al realizador efectuar una magnífica narración sobre los ciclos de la existencia humana que incluye su mortalidad.
Sin que se pronuncie una sola palabra, se sigue un relato que deslumbra no solo por su contenido sino por sus múltiples y minuciosos detalles que lo distinguen. Así, la música de Laurent Perez del Mar se encuentra perfectamente integrada al relato y se combina armoniosamente con los sonidos que emergen de la naturaleza, perfectamente resaltados por los diseñadores Alexandre Fleurant y Sébastien Marquilly; la animación -con cierta influencia del Studio Ghibli- está magníficamente ilustrada por el realizador permitiendo que uno se compenetre con sus personajes y que incluso logre emocionarse; igualmente se distingue la iluminación reflejando los diferentes momentos del día; finalmente la lograda gama de colores empleados constituye otro acierto que visualmente enriquece al film.
Por su alta creatividad este cuento de animación para adultos, resaltando el poder de la naturaleza y las importantes etapas de la vida, es una obra maestra del género que merece la máxima recomendación de quien suscribe estas líneas.
A DOG’S PURPOSE. Estados Unidos, 2016. Un film de Lasse Hallström
Es indiscutible el sentimiento afectivo que el perro despierta en el ser humano; sin duda, es la mascota preferida entre los diferentes animales domésticos que se pueden albergar en un hogar. Quizá ésa sea la razón por la cual este film pueda atraer la atención de la gente que siente un profundo afecto por “el mejor amigo del hombre”. Con todo, A Dog’s Purpose es una película que a pesar de las buenas intenciones del realizador Lasse Hallström cae en un artificioso sentimentalismo que no le permite trascender.
El relato se centra en uno o varios perros, según como se lo considere. Eso es así porque a través de la voz de un canino (Josh Gad) se llega a saber que cada vez que se produce su muerte, va reencarnándose en otro de diferente especie. Así, en el primero de los capítulos que transcurre en la década del 60, un adorable golden retriever que se encuentra en un coche casi asfixiado por el calor reinante es rescatado por Ethan (Bryce Gheisar), un niño de 8 años que vive en Michigan, y su madre (Juliet Rylance). El chico logra convencer a su reticente padre (Luke Kirby) para que el animal forme parte de la unidad familiar, bautizándolo con el nombre de Bailey. La intensa amistad entre el perro y Ethan, motiva a que el animal juegue un papel importante tanto en su infancia como así también en la relación sentimental que el adolescente Ethan (KK.J. Apa) mantiene con Hannah (Britt Robertson), una compañera de estudios. A medida que el tiempo va transcurriendo y después de testimoniar dramáticos incidentes que involucrarán a su amo, Bailey ya envejecido pasará a mejor vida.
En el segundo episodio, el alma de Bailey cobra nueva vida en Ellie, una perra pastor alemán que colabora con el oficial Carlos (John Ortiz) en Chicago durante los años 70; al tratar de salvar a una chica secuestrada la leal perra es baleada por el malhechor que la secuestró quedando herida mortalmente; demás está decir el desconsuelo de su dueño. En la tercera historia, Ellie resurge como un corgi adoptado por una estudiante universitaria (Kirby Howell-Baptiste). En el último segmento de esta serie, el perro aparece como un boyero australiano con las mismas características de Bailey lo que gracias a su extraordinario olfato le permite reencontrar a Ethan (Dennis Quaid), esta vez como un hombre de mediana edad, así como a Hannah (Peggy Lipton), cerrándose de este modo el círculo inicial.
Aunque el film ha sido adaptado de la novela homónima de W. Bruce Cameron que fue un best seller, el director le brinda un tratamiento demasiado esquemático además de pretenciosamente filosófico donde el perro se pregunta sobre el sentido de la vida. A todo ello, el relato acumula situaciones sin un persuasivo desarrollo dramático, tratando manipulativamente de emocionar al espectador.
El propósito de esta serie de viñetas es el de demostrar el amor que un animal puede sentir por su amo y viceversa; por esa razón, para quienes hospedan en su hogar a estas mascotas brindándoles la mayor dedicación y cariño, esta historia habrá de complacerles; sin embargo, desde un análisis estrictamente cinematográfico el resultado es insatisfactorio.
VIDEO
A WAR. Dinamarca, 2015. Dirección: Tobías Lindholm. Distribución: VVS films (2017)
Como suele suceder con muchos filmes de calidad que no logran ser estrenados comercialmente, ahora se tiene oportunidad de juzgar en video este drama psicológico que tiene como escenario una guerra, tal como lo anticipa su título. Sin entrar a juzgar directamente el conflicto bélico, esta película escrita y dirigida por Tobias Lindholm ofrece un interesante material que con sus planteos morales deja margen para la reflexión.
El relato se centra en Claus Michael Pedersen, el comandante de una unidad danesa apostada en Afganistán, quien ha sido enviado a ese lugar para proteger a la población civil de los ataques infligidos por los talibanes; al propio tiempo es igualmente responsable de resguardar la vida de sus soldados. Como amante esposo y buen padre de sus pequeños hijos, la distancia de su hogar no impide que igualmente se preocupe por ellos mediante las conversaciones telefónicas mantenidas con su mujer.
Cuando en una misión que se desarrolla en el frente de batalla Pedersen adopta una decisión para salvar a uno de sus jóvenes soldados dejando de lado ciertas reglas establecidas, su criterio causa la muerte de once civiles afganos. Como consecuencia de lo ocurrido, al retornar a Dinamarca es sometido a un juicio militar. De allí en más, el relato adopta la forma de un thriller legal donde participan una severa fiscal culpando al comandante por crímenes de guerra y un eficaz abogado que trata de defenderlo para evitar que sea condenado a varios años de prisión. Sin anticipar de qué manera el caso será resuelto, el conflicto moral queda claramente expuesto cuando en medio de una batalla infernal este hombre íntegro de sólidos principios humanos debió optar rápidamente entre salvar a su pelotón o evitar que hubiesen víctimas civiles.
A pesar de que el tema no es novedoso, el director ha logrado una narración excelente a través de una atmósfera de creciente tensión que se va creando durante el desarrollo del juicio; si a eso se agrega la solidez del elenco encabezado por Pilou Asbaek e integrado con Tuva Novotny, Charlotte Munck, Soren Malling y Dar Salim, entre otros, el público tiene oportunidad de juzgar un muy buen film sobre las consecuencias emocionales generadas por una guerra.
La banda sonora del video, tanto en su formato DVD como Blu-Ray, es presentada en danés y francés con subtítulos optativos en inglés y francés.
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