HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
COMENTARIOS DE FILMES DEL FNC
En esta edición se efectúa un comentario crítico de 6 filmes presentados en el Festival du Nouveau Cinéma (FNC) que se desarrolla en Montreal.
Ava (Francia).
La transición hacia el mundo adulto de una adolescente que padece una seria enfermedad visual es lo que enfoca la directora Lea Mysius en este dramático film.
Ava (Noée Abita), de 13 años de edad, pasa sus vacaciones en una playa de Francia con Maud (Laure Calamy), su madre soltera, y su pequeña hermana. Cuando su oftalmólogo le diagnostica que irá perdiendo la vista progresivamente a causa de una retinitis pigmentosa y que pronto quedará completamente ciega, ella adopta una actitud de rebeldía contra el orden establecido; tratando de buscar su liberación del medio que la rodea trata de aprovechar lo máximo posible mientras persista su limitada visión.
El relato cobra impulso cuando conoce a Juan (Juan Cano), un muchacho gitano delincuente de quien se enamora, y a partir de allí resuelve dejar a su familia para emprender con él un rumbo apartado de la ley.
A través de su diario escrito, queda expuesta el mundo interior de esta jovencita en el proceso de madurez que va experimentando; en tal sentido, la joven actriz Abita transmite acertadamente la sensualidad de una adolescente que despierta a la sexualidad y que en la pasión amorosa encuentra la exaltación que le permitirá gozar de la vida, a pesar de todo.
Si bien el relato se desenfoca en su tramo final, queda como balance un film honesto, bien dirigido y actuado, que además se beneficia de la paleta visual lograda por la esmerada fotografía de Paul Guilhaume.
Estiu 1993 (España).
De manera delicada y meticulosa, Carla Simon narra en su ópera prima una historia conmovedora que logra la empatía de la audiencia. Basada en experiencias vividas en su infancia, la realizadora y escritora catalana expone la odisea de una niña de 6 años.
Al haber quedado huérfana, la pequeña Frida (Laia Artigas) es enviada a vivir a un pueblo montañoso de Cataluña donde habitan sus tíos Esteve (David Verdaguer) y Marga (Bruna Cusi) con su hijita Ana (Paula Robles) de 3 años. Lejos de la gran ciudad de Barcelona, donde pasó sus primeros años, en ese verano de 1993 ella se encuentra perturbada e incómoda en su nuevo hogar.
Imposibilitada de poder exteriorizar sus sentimientos de pena y resistiéndose al cariño volcado por sus tíos, ella manifiesta su desencanto manipulando a su primita. Su comportamiento deja que desear al utilizar la mentira como arma de defensa, además de generar efectos perniciosos en Ana, que de inmediato repercuten en sus padres. A pesar de que Frida demuestra con su conducta una evidente malicia, el guión de Simon es lo suficientemente equilibrado como para que el espectador pueda comprender hasta qué punto una niña presa de un profundo dolor interno puede quedar psicológicamente perturbada donde no sólo ella termina siendo víctima sino también quienes la rodean.
Sin suministrar grandes sorpresas,el relato mantiene constante interés gracias a la soberbia interpretación de Artigas quien permanentemente expresa los vaivenes emocionales de su personaje; igualmente sorprendente es la participación de la chiquita Robles que parece no estar actuando sino experimentando personalmente lo que su personaje le hace sentir. En tal sentido, es admirable la comunicación espontánea que se establece entre las dos pequeñas intérpretes.
El film contiene varios momentos de genuina emoción pero sin desbordar melodramáticamente; su principal mérito consiste en exponer una historia humana con sencillez a la vez que con profundidad debido en gran parte a la buena descripción psicológica de sus personajes.
Gabriel et a Montanha (Brasil).
Centralizando en el trágico derrotero del joven mochilero Gabriel Buchmann, el director Fellipe Barbosa ofrece un emotivo film basado en una historia real que conmovió a Brasil.
Buchmann (Joao Pedro Zappa), un joven y entusiasta idealista brasileño de 28 años, antes de comenzar sus estudios de doctorado en ciencias políticas en la Universidad de Los Ángeles, deja temporariamente Brasil en 2009 para emprender durante un año un viaje turístico alrededor del mundo. Después de haber estado en Asia, su nuevo destino es África y es en este continente donde comienza el relato.
El propósito de Gabriel es el de vincularse con la gente de África, investigar las condiciones de pobreza de la población como así también escalar algunas de las montañas. Después de su estadía en Kenia, prosigue su viaje a Tanzania donde se reencuentra con su novia Cristina (Caroline Abras) quien habrá de acompañarle hasta Zambia; cuando la joven retorna a Brasil, Gabriel continúa su periplo a Malawi donde su espíritu aventurero y su pasión por el alpinismo lo impulsan a ascender el monte Mulanje, así como lo había hecho anteriormente al monte Kilimanjaro. Efectuando ese trayecto en forma solitaria en agosto de 2009 no se llega a saber de él hasta que 19 días después de su partida es hallado su cuerpo sin vida.
Más que de ficción, el film adopta el carácter de un documental muy bien realizado que aporta interesantes detalles sobre las características socio culturales de los cuatro países mencionados; es así que el encuentro de Buchmann con las tribus lugareñas y otros habitantes de la región, así como los guías que colaboran con él incluyendo a los de los safaris, ofrece al espectador un clima de completa autenticidad. Al propio tiempo, el film no está exento de calidez y de un clima romántico a través de la relación que el protagonista mantiene con su novia. La dirección de Barbosa es dinámica logrando transmitir la trágica aventura de Gabriel a través de la natural y expresiva interpretación de Zappa.
La estupenda fotografía de Pedro Sotero contribuye a valorizar los méritos de este muy buen film permitiendo contemplar las magníficas vistas del Kilimanjaro en Tanzania, las imponentes cataratas de Victoria en Zambia como así también el lago Malawi.
Esta película que merecidamente obtuvo dos premios en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes de 2017, constituye un cálido homenaje que Barbosa ofrece a Buchmann, de quien en vida fue uno de sus mejores amigos.
La Vida y Nada Más (España)
Con compasión, profundidad y gran afecto hacia sus personajes, Antonio Méndez Esparza, brinda un sublime film adentrándose en la comunidad negra de Florida. El relato gira en torno del diario vivir de una humilde familia afroamericana que lucha por sobrevivir y mantenerse unida en una ciudad situada al norte del estado de Florida. El núcleo familiar está integrado por Regina (Regina Williams), Andrew (Andrew Bleechington), su hijo de 14 años, y su hijita de 3 años (Ry’Nesia Chambers). Como madre monoparental, después de que su matrimonio con un hombre que se encuentra en prisión se ha desintegrado, ella trabaja duramente como camarera de un restaurante para subvenir a las necesidades del hogar. Andrew, bordeando la delincuencia, es un adolescente confundido, sin orientación precisa y casi marginado del medio social que lo rodea; frente a la ausencia de su padre, él desea visitarlo en la cárcel aunque su madre se lo impide. El tercer personaje de esta historia es Robert (Robert Williams), un buen hombre que sintiéndose atraído por Regina logra conquistarla y permitir que ella comience una nueva relación sentimental; sin embargo, la oposición de Andrew de ver a su madre recibiendo en su hogar a Robert y un inesperado acontecimiento que sobreviene, impiden que esa convivencia se deslice por carriles normales.
A pesar de ser español, Esparza demuestra un profundo conocimiento de la cultura afroamericana predominante en la región en que transcurre la acción. De manera satisfactoria expone los difíciles altibajos emocionales y los obstáculos por los que la clase obrera negra atraviesa, incluido el racismo existente, donde evidentemente para esta gente el sueño americano está muy lejos de cumplirse, quedando resignada a vivir y nada más. Con todo, el conmovedor desenlace deja abierto una luz de esperanza para los personajes de este relato.
Contundentemente y con una rigurosa puesta escénica, el director ofrece un drama realista valiéndose de excelentes actores no profesionales, sobre todo el brillante desempeño de Regina Williams, otorgando absoluta veracidad al contenido de este remarcable film.
Sea Sorrow (Gran Bretaña)
En su primer trabajo como realizadora, la veterana y gran actriz Vanessa Redgrave se ubica detrás y delante de la cámara en un documental que considera uno de los más candentes problemas actuales como lo es el de la gente desplazada por conflictos bélicos. Así se aprecia la situación de quienes han debido abandonar sus hogares como consecuencia de las guerras de Siria, Afganistán, Guinea y otros rincones azotados del mundo. La narración de algunos de los individuos afectados tratando de buscar refugio en Europa es realmente descorazonador, sobre todo si se tiene en cuenta la resistencia reinante en países del primer mundo para recibirlos donde obviamente se incluye Gran Bretaña con la posición negativa sustentada por los partidarios del Brexit.
El foco del documental se expande con la participación de ciertas personalidades; así Redgrave encuentra un buen apoyo por parte del checo Alfred Dubs, miembro del partido laborista de Gran Bretaña, quien de niño antes de comenzar la Segunda Guerra, logró escapar de Praga como parte del Kindertransport para comenzar una nueva vida en Londres. En tal sentido la directora recuerda que ella misma se encontró como refugiada en su propio país cuando Londres fue evacuada en 1940.
Al establecer un paralelismo histórico, resulta de interés la lectura que realiza la actriz Emma Thompson leyendo una carta de 1938 de la activista política Sylvia Pankhurst reflejando su desilusión por el firme rechazo del gobierno británico en aceptar a dos judíos refugiados.
El film igualmente testimonia la intervención de Eleanor Roosevelt introduciendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948 que lamentablemente contrasta con la situación que actualmente atraviesan los refugiados tratando de encontrar un lugar en el mundo que los alojen.
Aunque presentado de manera fragmentaria, el documental de Redgrave constituye una meditación personal de la actriz acerca de la crisis mundial que sacude al mundo aguardando que de algún modo este complejo problema pueda tener vías de solución.
Western (Alemania-Bulgaria-Austria)
La directora Valeska Grisebach aborda la temática de la colisión cultural que aunque ha sido considerado por el cine con cierta frecuencia, ella le imprime un toque distintivo y minucioso en la exposición realizada. En base a un guión que le pertenece, la realizadora enfoca a un contingente de trabajadores de la construcción de Alemania que llega a un pequeño pueblo de Bulgaria en una zona fronteriza con Grecia a fin de construir una planta de energía hidroeléctrica. Ese encuentro reviste características especiales teniendo en cuenta la falta de un idioma en común porque ninguno de los recién llegados domina el búlgaro como tampoco el inglés.
En medio de ese lugar perdido del mapa, el relato centra su atención en Meinhard (Meinhard Neumann), uno de los forasteros de 50 años quien al llegar a la aldea trata de establecer contacto con sus habitantes; finalmente lo logra con el barón Adrian (Syuleyman Alilov Letifov), donde consigue cimentar una buena relación. Dado que ninguno de los dos domina el idioma del otro, la comunicación se produce a través de gestos y diálogos entrecortados. Con todo, esa amistad no es óbice para que se cree un clima de manifiesta tensión entre Meinhard y sus compañeros de trabajo, hecho que se encuentra reforzado por la actitud de recelo de los residentes búlgaros hacia los forasteros.
Testimoniando las diferencias culturales existentes, la realizadora ilustra los prejuicios y desconfianza entre estos dos grupos de diferente identidad nacional, sobre todo por los resentimientos que tuvieron lugar entre dichas naciones después de la posguerra; a ello habrá que agregar la disparidad económica y social entre países más favorecidos como Alemania y otros que como Bulgaria no tuvieron dicha suerte.
Con un elenco integrado por actores no profesionales, la actuación logra completa autenticidad dentro del marco de un film original e inteligente que adopta la naturaleza de un western al que alude su título.
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