Trudeau sale de China sin asegurarse el inicio de conversaciones de libre comercio

Trudeau sale de China sin asegurarse el inicio de conversaciones de libre comercio

Trudeau dijo que las diferencias deben abordarse sobre cómo Canadá trata con las empresas estatales de China. También dijo que está comprometido a defender los valores canadienses de una “manera respetuosa”, incluida la protección de los intereses de los canadienses tras las rejas.

“Los canadienses no deberían hacerse ilusiones de que un acuerdo de libre comercio con China será fácil”, dijo Trudeau a los periodistas antes de regresar a Canadá después de una visita de cuatro días.

Antes de acordar iniciar formalmente las conversaciones, el gobierno quiere que China acepte un marco amplio que incorpore su llamada agenda de comercio progresivo que colocaría formalmente en la mesa de negociaciones los asuntos ambientales, laborales, de género y de gobernanza.

Trudeau reconoció que los dos países tienen mucho trabajo por hacer para “conectar” sus diferentes sistemas de una manera que sea “mutuamente beneficiosa”, una frase que a los chinos les gusta usar. Dijo que los dos países ya han tenido éxito en la asociación con el medio ambiente.

Trudeau sugirió que conseguir que China acepte otras partes de su agenda progresista no es un desafío insuperable.

“El comercio ha sido un elemento esencial en su éxito para sacar a cientos de millones de personas de la pobreza y llevarlas a la clase media mundial”.

El ministro de Comercio Internacional, Francois-Philippe Champagne, se quedó en Pekín para continuar las conversaciones en los últimos dos días mientras Trudeau viajaba al sur del corazón industrial de China para asistir al Fortune Global Forum, una importante reunión de directores ejecutivos internacionales que Canadá realizará el próximo año.

Champagne debía regresar a Canadá este jueves con Trudeau con las discusiones comerciales estancadas en la fase exploratoria.

“Hubo un buen progreso y esperamos que el trabajo continúe en las próximas semanas”, dijo su portavoz, Joe Pickerill.

Trudeau reconoció que se avecinan difíciles discusiones al abordar las preocupaciones cuando las empresas estatales chinas intentan comprar firmas canadienses.

El gobierno enfrentó críticas por permitir la adquisición de Norsat por parte de Hytera Communications Co. Ltd., con sede en China, sin una revisión de seguridad nacional completa. Norsat, con sede en Vancouver, fabrica sistemas de radio y transceptores utilizados por el ejército estadounidense y otros socios de la OTAN.

Y ahora sopesa una propuesta de una firma china para comprar la empresa constructora canadiense Aecon, que ha estado involucrada en proyectos emblemáticos como la Torre CN.

“Como economía socialista, China tiene un papel importante para la propiedad pública de las empresas, que es simplemente característico de su enfoque”, dijo Trudeau.

Las futuras discusiones “reflejarán los desafíos, las oportunidades, las ventajas, las inconveniencias cuando dos sistemas diferentes intentan colaborar para que podamos crear beneficios para ambos grupos de ciudadanos”.

Trudeau dijo que no se retractó de plantear casos consulares en sus reuniones con los líderes chinos, incluida la detención de dos propietarios de bodegas de Columbia Británica involucrados en una disputa aduanera.

Trudeau dijo que presta más atención a los casos consulares que los anteriores primeros ministros “quizás sea porque pasé mucho tiempo haciendo backbpacking en todo el mundo cuando era más joven”.

El primer ministro también reiteró su apoyo a una prensa libre cuando se le preguntó acerca de un mordaz editorial de periódico chino que criticaba a los medios que viajaban con él por la cobertura injusta de su país.

“Tu juegas un papel esencial: una función de desafío, una función de información”, dijo.

“Esa es una perspectiva compartida por muchos y es una que me complace repetir hoy”.

Pero se negó cuando le preguntaron qué pensaba de que China prohibiera el acceso a sitios web como Google, Facebook, Twitter, Instagram y otros.

“En Canadá, tenemos una historia diferente, un enfoque diferente en una amplia gama de cosas, y seguiremos defendiendo la forma en que hacemos las cosas y trabajando con personas que hacen las cosas de manera diferente”.

Cuando Trudeau disponía su regreso a Canadá este jueves, los analistas se sintieron decepcionados por lo que logró en China.

“La visita parecía extrañamente poco preparada”, dijo Wendy Dobson, codirectora de la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto, que calificó el viaje como “una oportunidad perdida para profundizar la relación y diversificar nuestros mercados”.

Paul Evans, un experto en Asia de la Universidad de Columbia Británica, dijo que el viaje fue “exitoso en el sentido minimalista” porque logró cumplir el compromiso de ambas partes de celebrar una reunión de líderes cada año.

Wenran Jiang, director del Foro de Energía y Medio Ambiente Canadá-China, dijo que la demora en comenzar formalmente las conversaciones “solo ayudará a convencer a la parte china de que Canadá no puede hacer nada”.

“No podemos construir una tubería en la costa oeste cuando hay motivos para hacerlo”, agregó.

“Somos un país de complacencia, sin presión para competir con los demás, tendemos a pensar que tenemos todas las razones morales sobre el género, el medio ambiente, el trabajo, mientras que otros son inferiores a nosotros”.

A pesar de las diferencias en el comercio, Trudeau fue muy bien recibido por el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang en Beijing, así como por varios otros funcionarios chinos. Y el primer ministro le devolvió el sentimiento, refiriéndose repetidamente a lo influyentes que fueron sus viajes hace 22 años como estudiante de mochileros.

Su afinidad continua por China parecía no haber disminuido en su último día mientras recorría un templo del siglo XIX y fue testigo de una danza de león tradicional de seis bailarines agitándose enérgicamente en tres disfraces rojos separados.

Antes de realizar un tradicional ritual de puntos sobre la cabeza disfrazada de uno de los bailarines en la Academia Chen Clan, uno de sus anfitriones chinos declaró:

“Despertaremos a los leones”.