“El peligro para México es seguir como estamos”
“El peligro para México es seguir como estamos”
Alfonso Romo (Ciudad de México, 1950) se embarcó a principios de año en una empresa completamente distinta de las que ha dedicado prácticamente toda su vida profesional. El dos veces candidato presidencial y líder del izquierdista Morena, Andrés Manuel López Obrador, le encargó desarrollar las líneas maestras de su plan de gobierno, en caso de que venza las elecciones de julio del próximo año como apuntan todas las encuestas. El documento, que se presentó hace dos semanas en un multitudinario acto en el Auditorio Nacional, “es el resultado de todos los Méxicos, de todas las regiones”, celebra Romo en una entrevista con este diario.
Junto a la violencia, el otro problema que más preocupa a los mexicanos es la corrupción, ante la cual el encargado de trazar las bases del plan de Morena se muestra enfático. “El Sistema Nacional Anticorrupción está muy bien, pero hay que cumplirlo. Si acordamos un fiscal independiente, que lo sea. El poder ejecutivo se tiene que dedicar a construir el país y el judicial a poner orden, a investigar lo que se tenga que investigar. Pero no se trata de perseguir a nadie, no será una cacería de brujas. Si no, ¿quién construye el país?”.
Una de los esfuerzos de estos meses ha consistido en tratar de apaciguar la mala imagen que López Obrador sigue teniendo en buena parte del país, que lo considera una amenaza para México. Durante la conversación, Romo insiste en lanzar un mensaje de tranquilidad y de confianza, no solo con destinatarios internos, también a la opinión internacional y los mercados.
El empresario asegura que se revisarán “con buena fe” todas las reformas emprendidas por Enrique Peña Nieto. “Haremos aquellas modificaciones que, según nosotros, las mejoren o de acuerdo con nuestro plan de gobierno puedan complementarlas mejor”, afirma. En este sentido, incidió en que “ni va a haber nuevos impuestos ni los vamos a subir. La verdadera reforma fiscal va a estar en que vamos a reducir el gasto y llegar a un equilibrio fiscal en tres años. No vamos a generar ruidos, vamos a ver qué funciona y qué no”. “Vamos a ahorrar y distribuir, estamos siendo muy pragmáticos en el corto plazo, no vamos a abrir la caja de Pandora para dar tranquilidad. En un cambio de gobierno de izquierda, lo que digamos nos lo van a multiplicar por 2.000. Nadie se va a pelear con la certeza y el capital”, completa Romo.
Pese a los mensajes tranquilizadores, el empresario regiomontano es consciente de que aún queda un largo trecho por recorrer. Él mismo reconoce que en su área de influencia, el norte del país, el rechazo entre los empresarios más poderosos continúa. “Mi sensación es que, entre la clase media y media alta de empresarios, desde 2012 ha habido un cambio. Si antes había un rechazo del 80% entre ellos, ahora el 45% está con Andrés Manuel. El norte del país es el reto más grande, es un mercado más preparado y sofisticado, pero que ya no quiere ni al PRI ni al PAN. En 2012 no había cansancio, había una esperanza de que el PRI iba a gobernar mejor. Ahora un hartazgo, eso nos está viniendo bien”.
El otro gran desafío será la implantación de Morena, un partido fundado hace cuatro años, en todo el territorio. “La protección del voto va a ser el gran reto de la elección. Vamos a necesitar un ejército para proteger la compra del voto. Hay que hacer una gran alianza con la sociedad civil para que todos salgamos a proteger la elección”.
Después de elaborar el plan de gobierno, Romo afirma que no formará parte del Gabinete que presentará López Obrador en los próximos días. “En el Gabinete no voy a estar, puedo tener conflictos de intereses, y aunque sean pocos no quiero que me los hagan grandes”, asegura Romo, quien, no obstante, insiste en que seguirá ayudando al candidato de Morena. También en caso de victoria. “Si gana, pienso seguir siendo su asesor, tan importante como él decida”.


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