Una trama corrupta cerca al presidente de Costa Rica
Una trama corrupta cerca al presidente de Costa Rica
El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís Rivera, enfrenta en el último tramo de su mandato una abrupta caída de su imagen por un escándalo de corrupción que detonó en el último semestre de este año y que compromete a autoridades de los tres poderes de la República. Una comisión de la Asamblea Legislativa que investigó el caso Cementazo y que rindió su informe esta semana —en coincidencia con el avance de la campaña para febrero del 2018— le atribuye al mandatario una supuesta “falta al deber de probidad”.
Desplome de popularidad “Nunca he instruido a funcionario alguno para que viole el ordenamiento jurídico o interceda a favor de una empresa o persona en especial”, contestó Solís en un vídeo, con gestos de enojo. A pesar del insistente rechazo de cargos, el gobernante sufrió en los últimos tres meses una caída en su imagen y la de su Gobierno, como se muestra en la encuesta más reciente del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP, de la Universidad de Costa Rica). Después de tener un saldo positivo en julio (30% de opiniones negativas y 37% de aprobación), el Gobierno de Solís recibe ahora la reprobación del 47% de los costarricenses y el criterio favorable del 27%, según las respuestas dadas por los encuestados incluso antes de la entrega del informe legislativo sobre la trama.
El presidente acabará 2017 con unas vacaciones en España, de donde es oriunda su esposa, Mercedes Peñas, consciente de que en 2018 el caso Cementazo seguirá crepitando en la política local. Tras la caída del jefe del Ministerio Público por este mismo caso, la fiscal general, Emilia Navas, dirige intensas investigaciones que ya alcanzan a funcionarios como el magistrado Celso Gamboa, exministro de Seguridad del actual Gobierno.
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