La mafia de Ostia queda decapitada
La mafia de Ostia queda decapitada
Eran las cuatro de la mañana y el ruido del helicóptero ha despertado a todos los vecinos de la Piazza Gasparri, el epicentro de los negocios de la mafia más poderosa de Ostia: el clan Spada. La policía estaba lanzando la operación Eclipse contra el grupo criminal que controla todos los negocios del litoral romano y que se ha convertido en los últimos años en uno de los principales dolores de cabeza de la fiscalía antimafia. Han caído 32 miembros del clan, a quienes se acusa de asociación mafiosa y van a la cárcel, por primera vez, bajo el régimen del 416 bis. Una nuevo intento por demostrar, en contra de lo que argumentaron las últimas sentencias, que en Roma sí hay mafia.
Durante años de luchas de poder de los Spada, los Fasciani y los Triassi, el municipio –a solo 20 kilómetros del centro de Roma- quedó arrasado, social y económicamente, y la única solución fue disolver la Junta municipal, gestionada entonces por el Partido Democrático, nombrar a un administrador y aplicar un procedimiento usado en lugares como San Luca, cuna de la ‘Ndrangheta en Calabria. Después de dos años, el pasado noviembre volvieron a convocarse elecciones para recuperar el gobierno. Una oportunidad para observar a la luz del día como los clanes trataban de acercarse a distintos partidos para seguir controlando la zona. Concretamente, quedaron demostrados los vínculos entre los Spada y CasaPound, un partido de cortes neofascista que logró subir como la espuma en el arrasado municipio.
Los Spada y las otras dos grandes familias de la zona también se ocuparon en los últimos tiempos de tener el control de muchos de los 71 chiringuitos de playa que cubren el litoral de la localidad. De hecho, entre sus socios se encontraba el director del municipio, un siniestro personaje llamado Aldo Papalini (fue condenado a ocho años de cárcel) que permitió el crecimiento hormonado de dichos establecimientos hasta borrar el horizonte.
La operación ha sido celebrada por la alcaldesa de la capital italiana, Virginia Raggi, que ha asegurado en Twitter que “Roma renace” con las detenciones. El propio Roberto Saviano, amenazado de muerte por la Camorra desde que escribió Gomorra, aseguró hace unas semanas que “Ostia es ya como Corleone, San Luca o Scampia: un territorio de los clanes”. “El Estado italiano tiene una gran responsabilidad en esto. Vamos atrasados reconociendo las mafias de Lazio. Parece que si no eres calabrés o napolitano no puedes ser descrito como mafioso”, criticó.
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