Los turistas en grupo deberán darle la espalda a las ventanas del Barrio Rojo de Ámsterdam
Los turistas en grupo deberán darle la espalda a las ventanas del Barrio Rojo de Ámsterdam
Las visitas guiadas por el Distrito Rojo de Ámsterdam, una de las mayores atracciones de la capital holandesa, cambian de aspecto por orden del Ayuntamiento. Cuando los turistas se detengan para escuchar las explicaciones del cicerone, deberán situarse de espaldas a las ventanas dedicadas a la prostitución que dan su nombre popular al barrio. Se trata de que muestren respeto y no miren a las mujeres de forma continuada. Tampoco podrán tomarles fotos ni dar voces en su dirección. Anunciadas este miércoles, las normas pretenden reducir la congestión de la zona y evitar que los paseantes intimiden a las trabajadoras del sexo.
Un día cualquiera, las aceras rebosan, la gente tapona la entrada de las tiendas o se queda quieta en un carril bici entorpeciendo el tráfico. De Wallen es un barrio medieval que conserva en su trazado la herencia de zona portuaria del río Amstel, del que toma su nombre la ciudad. El poder de atracción de Ámsterdam muestra aquí toda su fuerza, y los turistas no solo lo recorren a pie. Van en bici, tándem e incluso patinetes segway, vehículos que congestionan todavía más el lugar. De ahí que la nueva regulación indica que los grupos tampoco podrán permanecer demasiado rato en los puentes. O frente a los comercios en horario de venta. Las rondas, por otra parte, deberán concluir a las 23:00 horas. El propio consistorio admite que se trata de un plan ambicioso que depende de la buena educación del visitante. Por eso “habrá vigilantes de refuerzo y lo revisaremos si no da el resultado deseado”, según sus portavoces.
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