Hablemos de Cine
Hablemos de Cine
Por Jorge Gutman
Con La Villa el veterano realizador Robert Guédiguian retorna a su escenario habitual de Marsella, aunque aquí se ubica en Calanque de Méjean, un pueblo costero próximo a la ciudad. Nostálgico en muchos aspectos, este drama transmite la importancia de los ideales sustentados, el cambio de una época con el inexorable pasaje del tiempo y los valores fundamentales que subsisten en el seno de la familia.
El guión del realizador y Serge Valletti presenta a tres hermanos adultos que se reúnen en la casa de su padre ubicada junto al mar. La razón se debe a que Maurice (Fred Ulysse), el patriarca familiar, ha quedado inmovilizado al haber sido víctima de un derrame cerebral. Allí se encuentran Angèle (Ariane Ascaride), una exitosa actriz que dejó hace varios años el lugar para instalarse en París, Joseph (Jean-Pierre Darrousin), un desilusionado ejecutivo recientemente despedido de su trabajo y manteniendo una relación sentimental con una chica (Anaïs Demoustier) mucho más joven que él y Armand (Gérard Meylan), el único miembro de la familia que se ocupa de manejar el pequeño restaurante de su progenitor.
El reencuentro de los hermanos, especialmente en lo que concierne a Angèle, no es en principio de lo más cálido, teniendo en cuenta que ella guarda un hondo resentimiento hacia su padre debido a un grave incidente que por su negligencia se produjo en el pasado. Con todo, y a pesar de ciertos reproches que van surgiendo espontáneamente, los recuerdos del pasado van dejando atrás las diferencias existentes. Rememorando los años idos, estos hermanos no pueden dejar de lado el legado ideológico izquierdista de su padre, preocupado por los problemas atravesados por los sectores menos favorecidos de la sociedad. Pero ahora es todo distinto, los sueños de la juventud parecen haberse esfumado en la medida que el materialismo a ultranza ha sepultado el idealismo paternal en la medida que lo que impera ahora es un egoísmo individualista; de algún modo eso se refleja en la transformación de este enclave donde el floreciente pasado ha cedido paso a un declinante presente y a un futuro menos promisorio. En esencia, Guédiguian ilustra el cambio de un mundo sumergido en la globalización, en donde parecería que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que precede unido a un hecho dramático atravesado por un matrimonio anciano y amigo de la vecindad, habrá de influir en las decisiones que cada hermano adoptará de ahí en más.
Siempre inquieto por la sensibilidad social que lo caracteriza, Guédiguian incorpora en sus últimos 20 minutos el candente drama de los refugiados. Aquí se observa a tres niños migrantes del norte de África ocultos en el bosque y que al ser descubierto por Joseph y Armand éstos se prestarán a ayudarlos. Si bien ese subtema sobre la solidaridad humana es de gran interés, se añade al film demasiado tarde y de manera forzada produciendo un resultado un tanto desequilibrado en relación al foco central de la historia inicial.
No obstante la observación precedente, el film cautiva por la sobria y meticulosa realización del director como así también por la magnífica actuación del elenco central que guarda una completa sintonía con lo que el realizador demanda del mismo. Eso no resulta extraño dado que sus integrantes son habitués en los filmes de Guédiguian y por lo tanto saben cómo brindar completa verosimilitud a los personajes que caracterizan; ese es el caso de Ascaride (la musa y esposa del realizador), Darroussin y Meylan quienes actúan e interactúan de manera estupenda contribuyendo a reforzar el contenido de esta melancólica historia ciertamente recomendable.
MARVIN OU LA BELLE ÉDUCATION. Francia, 2017. Un film de Anne Fontaine
Aunque su filmografía es un tanto desigual con algunos trabajos muy buenos (Nettoyage à sec) y otros olvidables (Adore), la directora Anne Fontaine retorna en buena forma en su décimo quinto opus Marvin ou la belle éducation. El film es un buen drama emocional libremente basado en la novela autobiográfica En finir avec Eddy Bellegueule (2014) de Edouard Luis con un libreto preparado por Fontaine y Pierre Trividic.
No obstante que la narración está estructurada en forma no lineal, saltando entre pasado y presente, la misma está muy bien construida. La historia se centra en Marvin Bijou (Jules Porier a la edad de 12 años y Finnegan Oldfield como adulto), nacido en el seno de un hogar muy humilde de clase trabajadora y viviendo en una aldea ubicada en la zona montañosa de Vosges. Como adolescente tímido y sensible a la vez que homosexual, en su hogar sufre los embates de su padre alcohólico (muy buen trabajo de Gregory Gadebois) al igual que los de su hermanastro mayor (Yannick Morzelle) en tanto que su madre (Catherine Salée) adopta un rol secundario tratando con los magros recursos que dispone en afrontar las necesidades financieras del hogar
Fuera de su núcleo familiar, en un medio social completamente chato, machista y conservador, Marvin es torturado por sus compañeros de escuela como consecuencia de su orientación sexual; en especial su apellido no lo ayuda mucho puesto que “Bijou” traducido al español es “joya” pero en sentido figurado el término alude a “preciosidad”. El acto de felación que es forzado a realizar a uno de los miembros de la pandilla belicosa en el baño de la escuela refleja por sí mismo la crueldad a la que está expuesto. Con todo su destino tenderá a cambiar a través de la nueva directora de la escuela (Catherine Mouchet) quien lo estimula en la clase de arte dramático; allí, Marvin demuestra sus condiciones actorales al representar una intensa escena proveniente de su hogar; eso le abrirá el camino para que él descubra su amor por el teatro.
Diez años después el adulto Martin,con su nuevo apellido Clément se encuentra en París como aspirante a escritor y actor donde cuenta con el apoyo intelectual de un director escénico (Vincent Macaigne). Posteriormente conocerá a Roland (Charles Berling), un hombre gay de excelente situación económica quien será su amante a la vez que su mecenas; él lo vinculará con Isabelle Huppert (interpretándose a sí misma) quien queda impresionada después de haber leído el texto autobiográfico de Marvin donde exorciza los demonios de su infancia; es así que ella decide ayudarlo al lograr que dicho texto sea llevado al escenario en un espectáculo por él actuado donde la excelente actriz colaborará asumiendo el rol de su madre.
Aunque el tratamiento del tema no está exento de ciertos clisés, Fontaine permite que su relato trascienda gracias a la buena dirección de actores. Así, la realizadora en un muy buen estudio caracterológico logra que tanto Porier como Oldfield destellen en la personificación de Marvin; esa actuación transmite plenamente la odisea de este personaje quien perseverando para superar las ultrajantes huellas que marcaron su existencia, finalmente encuentra el sendero que lo hará descollar tanto en su vida personal como profesional.
Sin ser una obra perfecta, el drama conmueve por su sensibilidad y por ofrecer algunas secuencias muy emotivas, como la que tiene lugar entre el protagonista adulto y su padre dejando entreabierta la puerta de la reconciliación familiar. En suma, he aquí un film que basado parcialmente en una historia de la vida real permite empatizar con la suerte de su protagonista además de atraer por su innegable ternura y calificado elenco.
JALOUSE. Francia, 2017. Un film escrito y dirigido por David Foenkinos y Stephane Foenkinos
No hace mucho el cine francés abordó la crisis existencial de una mujer cincuentenaria en Aurore (2017), una comedia dramática de la directora Blandine Lenoir cuyo principal apoyo radicó en la notable interpretación de Agnès Jaoui. Con Jalouse el tema de fondo es similar aunque enfocado diferentemente por los directores hermanos David y Stéphane Foenkinos; lo curioso es que la vitalidad de este film igualmente reside en la actuación de Karin Viard animando al personaje central.
Nathalie (Viard) es una profesora de literatura de 50 años, recientemente divorciada y madre de Mathilde (Dara Tombroff) de 18 años, que en un momento dado comienza a experimentar la crisis de la edad madura. Así como en el cuento de Blanca Nieves la reina se ofusca cuando el espejo le dice que hay alguien más linda que ella, Nathalie es presa de envidia cuando en la fiesta de cumpleaños de Mathilde, su mejor amiga Sophie (Anne Dorval) le comenta espontáneamente cuán hermosa es su hija.
Como si se tratara de una reacción en cadena, la actitud de esta mujer comienza a volverse patética cuando además de su propia hija, sus celos enfermizos se manifiestan con su ex marido (Thibault de Montalembert) que ahora tiene una nueva compañera mucho más joven (Marie-Julie Baup), su propia amiga Sophie, como así también con la joven nueva profesora (Anaïs Demoustier) que llega a la escuela donde ella enseña. Intoxicando la vida de quienes la rodean con su exacerbado nerviosismo, ansiedad y marcado resentimiento, ella incluso llega a afectar la posibilidad de reanudar su vida sentimental con un afable cortejante (Bruno Todeschini) al estar celosa por la forma en que éste mira a su hija.
Los realizadores enfocan el tema descripto de manera hilarante y sin intención alguna de profundizarlo con mayor rigurosidad donde en algunos momentos adopta un suspenso psicológico no muy convincente. En todo caso, la fuerza de esta comedia radica en el talento de Viard; ella irradia espontánea naturalidad en la caracterización de un rol de absurda comicidad que contagia al espectador; es así que sin ser demasiado exigente se asiste a un moderado entretenimiento salpicado de humor contemplando las peripecias graciosas de una mujer adorablemente insoportable.
CINE DE AMERICA LATINA y ESPAÑA
En su novena edición, el Festival de Cine Latinoamericano de Montreal que hoy comienza y se prolongará hasta el 15 de abril inclusive ofrece una selección de 10 filmes provenientes de América Latina y España.
La muestra se inaugura con Chavela (México-España), documental de Catherine Gund y Daresha Kyi reseñando la trayectoria artística de Chavela Vargas, la mítica figura de la música mexicana ranchera. Otra extraordinaria cantante considerada “la voz de América Latina” es recordada en Mercedes Sosa (Argentina) del director Rodrigo H. Vila. El Pastor (España) de Jonathan Cenzual Burley es un film que atrae por sus connotaciones sociales donde su apacible comienzo va adquiriendo la forma de un moderno western.
Entre otros títulos se encuentran la comedia Kiki El Amor Se Hace (España) de Paco León narrando cinco historias románticas que acontecen en Madrid; El Inca (Venezuela) de Ignacio Castillo Cottin, se centra en el campeón de boxeo Edwin “El Inca” Valero; el documental Recuperando El Paraíso (México) de José Arteaga y Rafael Camacho, testimonia la violencia de narcotraficantes en Santa María Ostula; Volver a Cuba (Cuba-Canadá) de David Fábre es una crónica de la vida cubana tomando como referencia a Bárbara Ramos; ella es una mujer que habiendo vivido exiliada 18 años en Italia, retorna a la isla caribeña donde nació con la intención de afincarse nuevamente. El Festival concluirá con la exhibición del documental Cannabis en Uruguay (Uruguay) de Federika Odriozola, que ilustra los aspectos políticos, sociales y culturales que condujeron a que Uruguay en 2013 fuese el primer país del mundo en legalizar el consumo de la marihuana.
El festival incluye un homenaje al oscarizado realizador mexicano Guillermo del Toro exhibiendo su celebrado film El Laberinto del Fauno (España-México), como así también será presentado la película Una Mujer Fantástica (Chile) de Sebastián Lelio, que este año obtuvo el Oscar al Mejor Film Extranjero.
Los filmes se exhibirán en el Cinéma du Parc en su versión original española con 5 de ellos subtitulados en francés y los restantes en inglés. Para información detallada de la programación y los horarios de presentación, el sitio a consultar es : http://cinemaduparc.com/fr/fclm
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