Un expresidente de Bolivia trata de evitar en EE UU una condena por ejecuciones extrajudiciales
Un expresidente de Bolivia trata de evitar en EE UU una condena por ejecuciones extrajudiciales
A sus 87 años, Gonzalo Sánchez de Lozada y Sánchez Bustamante, presidente de Bolivia entre 1993 y 1997 y entre 2002 y 2003, se ha visto obligado a sentarse ante un tribunal federal de Florida para afrontar su supuesta responsabilidad por la llamada Masacre de Octubre de 2003: “Teníamos una situación muy difícil en el campo”, dijo durante su testimonio. Sin embargo, los diez miembros del jurado –estadounidenses que desconocían el caso hasta antes de formar parte del juicio– emitieron el martes su veredicto: culpable de ejecuciones extrajudiciales durante la represión militar de las protestas campesinas. Piden, además, que el expresidente y su exministro de Defensa Carlos Sánchez Berzaín, de 58 años, indemnicen con diez millones de dólares a los nueve familiares –de ocho de las víctimas, indígenas aimara– que presentaron la demanda civil ante la justicia de Estados Unidos.
La ley estadounidense permite que se presenten demandas civiles en casos de violaciones de derechos humanos aunque ni los demandados ni los demandantes sean de Estados Unidos. Los familiares de los bolivianos fallecidos se trasladaron desde Bolivia a Estados Unidos para testificar en el juicio en un tribunal federal de Fort Lauderdale (Sur de Florida). Tuvieron representación legal de la ONG Centro por los derechos constitucionales (CCR), la Harvard Law School y varios bufetes privados. El CCR afirmó en un comunicado que el caso de Sánchez de Lozada es el primer juicio en Estados Unidos a un exjefe de Estado por violaciones de los derechos humanos.

Thomas Becker, abogado de la Harvard Law School, dijo a la agencia AFP el martes que el veredicto “envió un mensaje a todo el mundo: ya no puedes escapar de la justicia”.
El conflicto del gas de 2003 fue una lanzadera política para Evo Morales, aymara que ganó mucho protagonismo en aquella coyuntura como líder opositor y que en 2006 llegó a la presidencia. Morales celebró en Twitter el veredicto contra el expresidente y el exministro de Defensa: “Mi respeto y admiración a los familiares de las víctimas de Octubre de 2003, por su perseverancia, firmeza y fortaleza al conseguir una decisión judicial que nos acerca cada vez más a la justicia”.
Sánchez de Lozada y Sánchez Berzáin viven exiliados en Estados Unidos desde después de aquel octubre negro y el Gobierno de Bolivia ha solicitado su extradición, pero las nulas relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Bolivia –sin sus respectivas embajadas desde 2008– han hecho imposible que la petición avanzase. Aquella masacre persigue ya anciano a Sánchez de Lozada, quien aquel día 17, en medio del caos y las enormes tensiones del conficto social que lo engulló, llegó a pedir un arma a su edecán para suicidarse. Pero no lo hizo. Lo pensó mejor y voló a Estados Unidos.
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