Colombia venció a Senegal y avanzó a octavos en el Mundial
Colombia venció a Senegal y avanzó a octavos en el Mundial
Dicen que en los partidos del Mundial detrás de la boleta de entrada viene una letra menuda en negrilla que dice: “el sufrimiento viene incluido”. Es un mito, una forma de tomar en broma que el corazón se está deshaciendo a pedazos y el alma está que se sale del cuerpo con el pasar de los minutos. Sin embargo, no hay palabras más adecuadas para narrar todas las sensaciones que se viven dentro de un partido definitivo. En el que un gol a favor significa un pasaje al Olimpo y uno en contra es el camino directo al infierno. Y cuando la figura de Yerry Mina, con su metro, 95 centímetros de alto, se elevó por los aires para ganarle el salto a Mbaye Niang y a Cheikhou Kouyate al minuto 74 todo el país estalló en una alegría incontenible y tocó el cielo con las manos. Con ese tanto Colombia venció 1-0 a Senegal y avanzó a octavos de final del campeonato mundial.
Antes de ese cabezazo magistral de Yerry Mina, todo era angustia. La ilusión, el anhelo y los rezos se dividían en dos encuentros: el que jugaba Colombia y Senegal en Samara y el que disputaban Polonia y Japón en Volgogrado. En el Arena de Samara, a la selección nacional le costaba generar juego. Juan Fernando Quintero y James Rodríguez no fueron definitivos. Sobre todo, porque el 10 de la tricolor desde el minuto dos con sus gestos reveló que no se encontraba al cien por cien físicamente. No duró mucho dentro del terreno de juego. Al minuto 31 salió sustituido por Luis Fernando Muriel, quien hacía su debut en un Mundial.
El seleccionador del combinado colombiano, José Pékerman, apostó por la base que venció a Polonia el pasado domingo en Kazán. Solo hizo dos cambios: Carlos Sánchez por Wilmar Barrios y Matheus Uribe por Abel Aguilar. Estos dos jugadores se encargaron de cortar el juego en la mitad de la cancha. Aunque se esperaba la misma intensidad del encuentro pasado, al combinado nacional se le notó la falta de asociación de sus volantes ofensivos y a eso se le sumaba que los laterales no eran un apoyo constante. El cuadro colombiano careció de profundidad y en los primeros 45 minutos solo tuvieron un remate a la portería que fue un tiro libre de Juan Fernando Quintero que tapó el arquero Khadim Ndiaye.
Los senegaleses fueron más incisivos en la primera parte. Con Sadio Mané, abierto por el costado izquierdo y con Ismaila Sarr, por derecha, complicaron constantemente a la zaga colombiana. Con su rapidez y sus diagonales hacia adentro fueron peligrosos. Incluso, al minuto 16 hicieron que todo el país temblara por una acción de Davinson Sánchez en contra de Mané. Barrida abajo, robo de balón, pero por inercia el futbolista senegalés terminó en el suelo. El árbitro central Milorad Mazic pitó penal, pero una vez miró el VAR se dio cuenta que la jugada fue limpia y echó para atrás la decisión. Todos los colombianos recogieron los pedazos de su corazón del suelo y continuaron con la angustia.
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