HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Este documental es un tributo que el realizador Jean-Nicolas Orhon hace a la Orchestre Métropolitain de Montréal (OM) y a su director artístico y musical Yannick Nézet-Seguin.
Creada en 1981 la OM constituye una importante institución cultural de Quebec y desde 2000, año en que fue designado el maestro Nézet-Séguin, el director le infundió un nivel de sorprendente calidad musical al haber desarrollado y mantenido una complicidad fuera de lo común con los músicos.
La temporada 2017-2018 constituyó un momento especial en la historia de la orquesta en la medida que por primera vez su director artístico la condujo a una gira por varias ciudades europeas permitiendo que sus audiencias reconocieron la excelencia de esta agrupación musical. En consecuencia, el gran éxito obtenido en la serie de conciertos efectuados en las más prestigiosas salas de Europa permitió que la orquesta ganase mayor confianza, seguridad y orgullo.
El acontecimiento mencionado constituye el elemento central de Ensemble donde la cámara del realizador sigue toda la actividad vinculada con la preparación de la gran aventura internacional. Adicionalmente, el film permite apreciar algunos de los ensayos cotidianos de la OM donde se aprecia la manera en que se produce la alquimia entre el director y los músicos: así, con admirable meticulosidad Nézet-Séguin se preocupa que cada compás musical de la pieza interpretada sea logrado de la manera más perfecta posible y en tal sentido imparte las instrucciones a los músicos sin jamás adoptar un aire autoritario; por su parte los instrumentistas se acoplan con entusiasmo a los requerimientos del director para lograr dicho propósito.
Simultáneamente, Orhon otorga la palabra a algunos de los músicos para que el espectador se entere cómo nació la vocación musical de los instrumentistas, la forma en que se han incorporado a la orquesta lo que significa para ellos ser miembros de la misma y el sentimiento de camaradería existente entre ellos. En tal sentido, atención especial es conferida a la violinista Yukari Cousineau, miembro de la OM desde 1998, quien se refiere a su trayectoria musical, al enorme placer de trabajar desde larga data con Nézet-Séguin y la satisfacción que le representa ocupar la prestigiosa posición de concertino de la orquesta.
Como elemento adicional el film permite disfrutar de extractos musicales provenientes de la Sinfonía N° 4 de Shostakovich, Sinfonía N° 5 de Mahler, Sinfonía N° 6 “Pastoral” de Beethoven, Concierto para Violonchelo de Elgar, La mer de Debussy y Parsifal de Wagner, entre otros.
Este hermoso film refleja cómo la pasión por la música, enriquece el espíritu de quienes la ejecutan como asimismo de quienes la escuchan.
THE WALDHEIM WALTZ. Alemania, 2018. Un film de Ruth Beckermann
Analizar el pasado para comprender mejor el presente y servir de lección al futuro parece no evidenciarse en los hechos que este convulsionado mundo está testimoniando. Si acaso fuese necesario ofrecer una de las muchas pruebas que existen al respecto basta contemplar este estupendo ensayo de Ruth Beckerman, hija de judíos que han sufrido el Holocausto, donde se centra en los últimos meses de la campaña presidencial de Austria que llevó al poder a Kurt Waldheim. Lo que prosigue es una lección de historia probando la fragilidad de la memoria colectiva de un pueblo.
Con una narración decididamente clara y didáctica por parte de Beckermann apoyada en extractos filmados por ella con su cámara de video y el valioso material de archivo que ha logrado reunir, en The Waldheim Waltz se asiste a esa campaña electoral donde se van conociendo aspectos turbios de la personalidad del candidato Waldheim como miembro integrante del régimen nazi durante la Segunda Guerra. Eso salió a la luz cuando en 1985 al postularse como candidato a la presidencia, el periodista investigador Hubertus Czernin logró descubrir el pasado de Waldheim donde a ello se agregaron documentos testimoniales por parte del Congreso Judío Mundial; esas severas acusaciones incriminaban a Waldheim de haber estado indirectamente involucrado en la deportación de 60.000 judíos de Thessaloniki hacia los campos de exterminación.
Al propio tiempo la directora presenta la defensa sustentada por Waldheim quien sostiene que todas las acusaciones forman parte de una sucia campaña, aduciendo que Austria igualmente fue víctima de los nazis como así también que él no estuvo presente ni menos enterado de lo que había acontecido con los judíos de Grecia.
Uno de los momentos más apasionantes del documental es cuando Gerhard, el hijo de Kurt, con motivo de las alegaciones contra su padre participa en un interrogatorio de Tom Lantos, representante de la audiencia del Congreso de los Estados Unidos; en el mismo, negando que su padre estuvo implicado en los hechos denunciados no llega a justificar que en la autobiografía de Waldheim él omitiese por completo hacer referencia al período transcurrido entre 1942 y 1944, como si esta etapa de su vida no tuviese trascendencia alguna.
En retrospectiva, no deja de sorprender que Waldheim haya sido electo en 1971 Secretario General de las Naciones Unidas, un cargo que por excelencia implica la confianza absoluta que el mundo deposita en su representante como así también gozar de incuestionables valores morales.
Pero volviendo al foco central en sí mismo, ninguna de las pruebas sustentadas afectaron su elección democrática donde el 8 de junio de 1986, en segunda vuelta obtuvo el 53,9 por ciento de los votos emitidos; eso ratificaría la visión de una parte de la ciudadanía austríaca que lo consideraba como un buen cristiano y padre de la familia además de defensor de la moral. El film registra igualmente la ausencia del pronunciamiento de las Naciones Unidas frente a los hechos denunciados.
En esencia, el excelente documental deja un sabor triste al comprobar que los acontecimientos descriptos no han evitado que Austria eligiera en 2016 un gobierno de extrema derecha y que esa tendencia igualmente se registre en otros países europeos, donde por ejemplo en el caso de Polonia constituye un acto penado por la ley si alguien se atreve a comentar que un número considerablemente alto de polacos denunciaron a sus vecinos judíos durante la ocupación nazi. He aquí la paradoja donde la verdad de la historia y la verdad política difieren. ¿Entonces, para qué sirve la memoria? Dejamos la respuesta sin contestar para que cada lector de esta nota extraiga su propia conclusión.
MADEMOISELLE DE JONCQUIЀRES. Francia, 2018. Un film escrito y dirigido por Emmanuel Mouret
Abordando por primera vez un film de época, Emmanuel Mouret deleita una vez más con una animada historia basada en un episodio del libro Jacques le fatalist et son maître de Denis Diderot. Al hacerlo, Mouret vierte con fina elegancia las alternativas románticas que atraviesa su protagonista que no es a la que alude el título sino Madame de la Pommeraye donde Cécile de France magníficamente alimenta a este personaje.
La acción transcurre en Francia, en el siglo 18, donde Pommeraye es una bella viuda que no ha sido muy feliz en su matrimonio; eso no le impide gozar de la muy buena situación económica en que se encuentra además de la magnífica mansión y jardines donde habita.
Su vida cotidiana transcurre rodeada de sus sirvientes, recibiendo visitas y chismeando con su mejor amiga L’Amie de Madame (Laure Calamy). Uno de sus visitantes es el Marqués de Arcis (Édouard Baer), un apuesto libertino que atrae la atención de su anfitriona; aunque ella no tiene intención de iniciar una nueva relación amorosa, el marqués le hace cambiar de idea y es así que comienza una aventura sentimental de corto alcance; así, al poco tiempo el voluble donjuán decide cortar el vínculo sentimental para únicamente mantenerlo en un nivel amistoso. Sintiéndose despechada, para vengarse de su amante Pommeraye urde un maquiavélico plan en donde participarán la joven y tímida Mademoiselle de Joncquières (Alice Isaaz) y su calculadora madre (Natalia Dontcheva). Es preferible dejar al espectador que descubra por sí mismo lo que acontece cuando el marqués trata de conquistar a la dulce doncella ignorando su verdadero pasado.
Poco a poco, el relato va cobrando un tono de intriga que se intensifica en las vueltas de giro que adopta sin resentir de modo alguno la consistencia de esta agradable historia que en parte remite a la novela Les liasons dangereuses de Pierre Choderlos de Laclos.
La refinada y fluida puesta escénica de Mouret maravillosamente filmada, la ingeniosidad de los jugosos diálogos provistos por el eficiente guión y la actuación de su intachable elenco permiten disfrutar ampliamente de este delicioso divertimento explorando con ironía algunas de las facetas del complejo comportamiento humano.
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