Cavani fulmina a Chile en el Maracaná
Cavani fulmina a Chile en el Maracaná
Hay noches en las que no hace falta jugar bonito para regalar un espectáculo atractivo, vibrante para el espectador, digno hasta para el Maracaná. Parecía que no había mañana para Chile y Uruguay. En un partido cambiante, Chile dominó el balón, pero no el partido ni el marcador. Cavani selló la victoria ante Chile (0-1) y la Celeste se coronó en el grupo C. La selección del Maestro Tabárez tendrá un día más de descanso y se medirá ante Perú en los cuartos de final. A Chile le espera Colombia el próximo viernes. En el otro duelo del grupo, Japón empató con Ecuador (1-1) y rescató a Paraguay que chocará frente a Brasil.
Aunque ya tenía el boleto seguro para los cuartos de final, Chile se quería asegurar el primer puesto del grupo C. Tampoco especuló Uruguay, no era cuestión de encontrarse en cuartos con Colombia, que anda encendida en Brasil. El único peso pesado de la Roja que descansó fue Arturo Vidal. El volante del Barça tiene un problema muscular y no era cuestión de forzar más de la cuenta. El Maestro Tabárez no se guardó nada; en cambio, sí probó con un mediocampo más ofensivo: Valverde y De Arrascaeta reemplazaron a Nández y Torreira.
Con más para ganar que para perder, Chile y Uruguay divirtieron a un Maracaná ruidoso, con clima de clásico entre dos selecciones con distinto pasado, pero con similar presente: entre las dos se llevaron las últimas tres Copas América. Parecía que la Celeste se llevaba por delante a Chile hasta que apareció Alexis Sánchez. Juega como si nada le doliera al 7 del United, indescifrable en el mano a mano, temible en cada uno de sus zapatazos a la portería Muslera. Pero si Chile tiene músculo en ataque, a Uruguay le sobra pólvora con Cavani y Luis Suárez.
A cada ataque de Chile le contestaba la Celeste. Y, cuando parecía que Uruguay finalmente inauguraba el marcador, Luis Suárez pecó inexplicablemente de egoísta. Con Arias desparramado en el suelo, el 9 buscó un remate sin ángulo, mientras De Arrascaeta y Cavani esperaban solos en el área. Preso de la impotencia, Suárez reclamó mano del portero. No había tregua en el Maracaná. Ni siquiera el paso por los vestuarios amansó a chilenos y uruguayos.
La afición de la Roja sacaba pecho con sus últimas dos Copas, los uruguayos le contestaban con una cuenta de uno a 15, en alusión a la cantidad de veces que se coronaron en América. Entonces, hartos de estar en silencio, despertó el público brasileño para recordar su vieja disputa con Argentina: los mil goles de Pelé y su rivalidad con Maradona. Mientras tanto, en el campo, los muchachos de Tabárez y de Rueda no se daban tregua. Cada balón dividido retumbaba en el mítico estadio de Río.
La atención pasaba de sin respiro de Arias a Muslera, hasta que apareció Cavani para mandar el balón a la red, con un cabezazo preciso, tras el buen centro de Nández. La jarana pasó de la cabeza de Cavani a la Giménez, que rechazó en la línea el remate de Opazo. Santuario del fútbol uruguayo, el Maracaná vio la victoria de la Celeste ante Chile, un clásico moderno en Sudamérica.
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