HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
En esta atractiva comedia negra presentada en el Festival Fantasía que se desarrolla en Montreal, el director Riley Stearns realiza una aguda crítica a la tradicional masculinidad machista.
La historia basada en el guión del realizador se centra en Casey Davies (Jesse Eisenberg), un individuo de 35 años extremadamente tímido, temeroso e inseguro, quien se desempeña como contable en una oficina. Su vida social es inexistente con la sola excepción de tener en su departamento a un perro salchicha al que mucho quiere y que le sirve de compañía.
El disparador del relato se produce cuando una noche al regresar a su casa es asaltado y brutalmente atacado por un grupo de motociclistas que lo dejan herido. Como consecuencia del desagradable incidente, su primera intención es adquirir un revólver para poder defenderse de otros potenciales agresores pero su actitud cambia cuando repara en un local donde se enseña karate. Impresionado por la personalidad de Sensei (Alessandro Nivola), el instructor del curso, Casey decide inscribirse en el mismo.
En su primera clase, integrada por alumnos varones además de Anna (Imogen Poots), la única joven mujer, él va descubriendo un nuevo mundo que lo apasiona. Sintiéndose estimulado por la buena comunicación que mantiene con Sensei, gradualmente va amoldando su conducta siguiendo disciplinadamente sus instrucciones. Así, en materia musical hará que su oído se acostumbre a la del género heavy metal caracterizado por su ritmo frenético y distorsionados sonidos; del mismo modo al hablar tendrá que realizar el esfuerzo de que su desdibujada voz adquiera un tono más grave y agresivo para asemejarse al de los rusos y germanos.
La descripción de ese universo tan especial y desconocido para quienes no practican esta técnica de autodefensa está muy bien lograda, así como su ágil narración permite concentrar el interés del público. Aunque la última parte del relato, decididamente inquietante y sombría, pueda resultar discutible, queda claro el propósito de Stearns de demostrar el peligro que puede entrañar la hipermasculinidad al generar inusitados niveles de violencia.
Las sólidas actuaciones que el director obtiene de sus protagonistas constituyen un factor que enriquece a este film. Eisenberg descuella caracterizando a un personaje que de intimidada víctima se transforma en frío victimario; por su parte Nivola caracteriza con convicción a un mentor que ocultando su psicopatía instiga el empoderamiento masculino al punto tal de desconsiderar a Anna, a pesar de ser la más eficiente del grupo, en la medida que da por sentado de que el karate atañe exclusivamente a los hombres. Finalmente Poots en un papel secundario igualmente se luce con su personaje constituyendo un contrapeso al de Casey y Sensei.
THE LION KING. Estados Unidos, 2019. Un film de Jon Favreau
Al terminar la proyección de The Lion King queda la duda sobre si era necesario rehacer el magnífico film animado de 1994. Si bien la producción actual no es desechable, la misma carece de nuevos incidentes que sorprendan al espectador con la excepción de haber incluido dos nuevos personajes que fueron incorporados en el musical de Braodway estrenado en 1997
Aquí nuevamente se aprecia en toda su majestuosidad la savana africana con la colorida fauna que la habita. En la misma se encuentra el leonino rey Mufasa (James Earl Jones) quien tiene a su lado a su hijito Simba (JD McCrary) a quien le transmite sabios consejos teniendo en cuenta que algún día habrá de heredarlo y que reinará en el amplio territorio que le pertenece. Pero Scar (Chiwetel Ejiovor), el resentido hermano de Mufasa, urde con sus secuaces una maniobra que produce la muerte del monarca. Cuando Simba comprueba que su padre murió, su tío le manipula haciéndole creer que él ha sido responsable de su desaparición y le recomienda que abandone el lugar. De este modo el infame Scar usurpa el trono, mantiene a la reina madre Sarabi (Alfre Woodard) bajo su yugo, en tanto que Simba huye desesperadamente hacia el exilio. Cuando el adulto Simba (Donald Glover) se impone de lo que realmente sucedió cuando era infante, tratará de vengar la muerte de su padre y recuperar la corona. Para quienes no hayan visto el film anterior, quedará abierta la curiosidad por saber si nuestro héroe logrará su propósito.
Este relato lejanamente asemejado al Hamlet de Shakespeare se encuentra visualmente realzado por una animación hiperrealista lograda por las modernas técnicas de computarización; además cuenta a su favor con la estupenda fotografía de Caleb Deschanel, los efectos visuales. supervisados por Robert Legato y el logrado diseño de producción de James Chinlund que confiere a este espectáculo una innegable belleza visual. Otro aspecto positivo de esta versión radica en las impecables voces prestadas por Ejiofor, Jones, Glover, Beyoncé -como la amiga de infancia y la amada de Simba-, Florence Kasumba en la hiena Shenzi; especial atención merecen el simpático dúo integrado por Seth Rogen como el jabalí Pumbaa y Billy Eichner, como el suricato Timón ofreciendo los momentos jocosos del relato. Los números musicales, entre otros el conocido himno Hakuna Matata (entonado por Rogen y Eichner) y Can you feel the love tonight (cantado por Beyoncé, Glover, Rogen y Eichner) son agradables aunque no necesariamente remarcables.
Exponiendo una vez más el enfrentamiento entre las fuerzas del bien y del mal, el guión de Jeff Nathanson reproduce casi literalmente al del film original aunque en este caso sin lograr una completa humanización de los personajes. La puesta escénica de Jon Favreau es correcta con ciertas secuencias de considerable suntuosidad pero con excepción de su belleza visual carece de un estilo distintivo.
Dejando de lado la comparación con la excelente película de 1994, por sí mismo éste es un buen film que satisfará a los amantes del género.
BUÑUEL EN EL LABERINTO DE LAS TORTUGAS. España-Holanda-Alemania, 2018. Un film de Salvador Simó
Basado en la novela gráfica de Fernín Solis publicada en 2011, el novel director español Salvador Simó recrea la génesis del documental Las Hurdes, Tierra sin Pan que Luis Buñuel realizó en España en 1933. A través de un trabajo de animación sencillo pero muy efectivo, Buñuel en el Laberinto de las Tortugas es un film que fascinará a los cinéfilos admiradores del gran cineasta.
Habiendo leído un trabajo escrito en 1927 por Maurice Legendre, Buñuel se sintió impulsado en filmar un documental en Las Hurdes, ubicada en la región de Extremadura de España y considerada en ese entonces la zona más deprimente y miserable del país. Sin embargo, después del estreno de L’Âge d’Or (1930), su segundo provocativo film surrealista que suscitó un gran escándalo en Francia por parte de las autoridades religiosas, él no pudo lograr el financiamiento necesario para concretar su anhelado proyecto; felizmente, el pintor y escultor anarquista Ramón Acín -que fue su gran amigo- decidió suministrarle el dinero que había ganado en un billete de lotería para que concretara su propósito.
En consecuencia, con el equipo integrado por Buñuel (voz de Jorge Usón), Acín (voz de Fernando Ramos), el fotógrafo Eli Lotar (voz de Cyril Corral) y el actor Pierre Unik (voz de Luis Enrique de Tomás) comienza el rodaje del film; mediante el mismo el director se propuso testimoniar las condiciones deshumanizadas de vida de los hurdanos -muchos de ellos sin siquiera tener la posibilidad de lograr una rodaja de pan-, a fin de lograr un documento social que pudiera concientizar a la vez que impactar en la opinión pública.
El eficaz guión de Simón y Eligio Montero no solo permite que el público participe de diferentes viñetas acaecidas durante el proceso de filmación, sino también ilustra los demonios internos del cineasta manifestados en sus recuerdos de infancia con su padre reprobando sus actos y la manera en que conformó su personalidad. Además de ilustrar la gran amistad con Acín, el film refleja las escenas contempladas por Buñuel en un establecimiento escolar poblado de niños huérfanos, la miseria de los habitantes de la región unida a las enfermedades que allí proliferan y en general el profundo sentimiento de pena que aflige al realizador filmando esa triste realidad; sin duda Les Hurdes ha sido el trabajo precursor de lo que sería años después Los Olvidados (1950), una de sus obras maestras realizadas en México.
A pesar de su contenido social no todo lo que se aprecia en dicho documentalha sido completamente real; así el descabezamiento de un gallo y el fusilamiento de una cabra han sido efectuados para satisfacer las exigencias de Buñuel. En última instancia, el lamentable maltrato animal no altera el valor de Las Hurdes que con el tiempo ha sido altamente elogiado por críticos y renombrados directores de cine.
En el film de Simó cabe apreciar la intercalación de extractos del cortometraje original que se entremezclan en la animación realizada, sobre todo porque al hacerlo el director incorpora material inédito que Buñuel descartó en el momento de efectuar su edición.
Además de su notable fluidez, este bello documental enriquecido con la excelente música de Arturo Cardelús, constituye un merecido tributo a quien ha sido uno de los grandes genios del cine como así también a Acín quien murió fusilado por el franquismo en agosto de 1936, pocas semanas después del inicio de la guerra civil y un año antes de que Las Hurdes se estrenara en París.
Menteor /compulsive Liar. Canadá 2019
En su noveno film el realizador Émile Gaudreault transita en la comedia, su género predilecto. Aunque aborda un tópico ya explotado en otras oportunidades, el relato aporta una idea interesante que lamentablemente no es aprovechada por su endeble implementación.
El popular cómico Louis-José Houde caracteriza a Simon, un ejecutivo responsable de relaciones públicas de una gran corporación internacional de aeronáutica, en donde también trabaja su hermano gemelo Phil (Antoine Bertrand) que a la vez preside el sindicato de la firma. Sucede que Simon, es un compulsivo mentiroso en la medida que todo lo que relata y comenta se opone por completo a la realidad de los hechos; así, su constante impostura se traduce en un estilo de vida que inevitablemente es tolerado por su familia y por quienes le rodean en su trabajo.
Al promediar el metraje el guión del realizador, Erik K. Boulianne y Sébastien Ravary adopta un giro inesperado cuando adentrándose en el terreno de lo fantástico recurre al artificio de convertir las mentiras de su protagonista en inesperadas verdades. Si bien el recurso de incorporar universos paralelos al planteo del relato es en principio original, lo cierto es que su desarrollo se vuelve completamente desarticulado y caótico afectando negativamente a la historia originalmente planteada.
A pesar de contar con un importante elenco, la inconsistencia del guión se manifiesta en la manera en que los actores deben componer a sus personajes donde varios de los mismos parecen emerger de un espectáculo circense. Así, la alocada alcohólica patrona de Simon (Genéviève Schmidt) y su inaguantable madre (Véronique Le Flaguais), ofrecen situaciones ridículamente jocosas que distan de cristalizar en auténtico humor. Algo semejante acontece con las réplicas de Simon que en ciertas ocasiones parafrasea a Tolstoi donde el relato trata de ofrecer un matiz sonrientemente intelectual; asimismo, las escaramuzas entre Simon y su desafortunado hermano gemelo no logran el impacto reidero perseguido.
En procura de destacar los aspectos positivos de esta fantasía, cabe mencionar el carisma y simpatía que destila Houde, la muy buena actuación de Catherine Chabot que en el rol de una remarcable traductora del idioma ruso ofrece los escasos momentos de genuina gracia y finalmente la veteranía de la excelente Denise Filiatrault que a pesar de su breve aparición como conductora de un taxi Uber es uno de los pocos personajes que adquiere un viso real. En suma, al prometer mucho más de lo que ofrece, Menteur termina siendo una fallida comedia.
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