HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Basándose en un hecho personal que le aconteció cuando años atrás compartía piso con una estudiante en Nueva York, el director Paul Downs Colaizzo concibió en Brittany Runs a Marathon un relato de ficción que se propone demostrar cómo la constancia, persistencia y esfuerzo pueden modificar los hábitos de una persona permitiéndole gozar más de la vida.
La protagonista de esta historia es Brittany (Jillian Bell), una obesa joven de 28 años, alegre, simpática y dueña de un innato buen humor. Cuando en una visita a su médico (Patch Darragh) éste comprueba su elevada presión arterial, le recomienda bajar 50 libras de las 190 que está pesando y sujetarse a una estricta dieta para mejorar su salud. Preocupada con este diagnóstico Brittany decide seguir cursos en un gimnasio pero debido a su elevado costo, acepta la proposición de Catherine (Michaela Watkins), una vecina de delgada silueta, de ingresar a un club de corredores. La tarea de cambiar las costumbres donde la sana alimentación es uno de los elementos más importantes, no resulta fácil y menos lo es para quien nunca practicó el deporte de correr; en esas travesías comparte la fatiga y cansancio con Seth (Micah Stock), otro joven que también odia este tipo de ejercicio pero es consciente que debe hacerse.
Lentamente y superando algunos inconvenientes, el denuedo de Brittany comienza a rendir sus frutos al comprobar cómo su peso va disminuyendo, lo que le permite ganar más confianza en sí misma. En consecuencia, junto con Catherine y Seth ella se propone participar en un importante maratón de poco más de 40 kilómetros que todos los años tiene lugar en Nueva York. Claro está que para ello es necesario lograr un muy buen entrenamiento que consiste en correr 5 kilómetros diarios hasta la fecha en que se realizará la carrera pedestre de resistencia.
Si bien el tema es interesante, Colaizzo demuestra ser mejor realizador que guionista en la medida que el libreto es un tanto desigual y ciertamente predecible; de todos modos, esta liviana comedia se deja ver por la muy buena actuación de su elenco. Bell -prácticamente presente en todo el relato- ofrece una deslumbrante actuación permitiendo que su personaje conquiste la total simpatía del público; según las notas de prensa la joven actriz realmente perdió 40 libras durante el rodaje. Entre otros actores se distinguen Watkins, Stock, Utkarsh Ambudka como el interés romántico de Brittany, Kate Arrington y Lil Rey Howery animando respectivamente a la hermana y cuñado de la protagonista.
THE DEATH AND LIFE OF JOHN F. DONOVAN. Canadá-Gran Bretaña, 2018. Un film de Xavier Dolan
Antes de evaluar al film es necesario aclarar que la edición del mismo resultó dificultosa en la medida que insumió dos años para que el director Xavier Dolan quedara finalmente satisfecho. Sin embargo es en ese montaje donde reside el gran problema de The Death and Life of John F. Donovan dada la forma poco afortunada de la estructura del guión de Dolan escrito con Jacob Tierney; a ello se agrega la eliminación de un personaje importante interpretado por Jessica Chastain contribuyendo a que en la versión final se presencie algunas situaciones inverosímiles y poco coherentes que afectan la calidad de esta película.
La historia comienza en 2017 en Praga donde Audrey Newhouse (Thandie Newton), una sagaz y un poco hostil reportera del Times, entrevista al joven actor Rupert Turner (Ben Schnetzer) con motivo de su libro de memorias que acaba de publicarse; en el mismo él se refiere a su período de preadolescente con especial énfasis a una relación epistolar con un famoso personaje. Eso motiva a que el relato se subdivida en dos partes que se van desarrollando paralelamente.
Retrocediendo a 2006, se ve a Rupert de 11 años (Jacob Tremblay), un chico locuaz y muy inteligente que vive en Londres con Sam (Natalie Portman), su madre monoparental; aunque es un alumno muy aventajado en su escuela no es muy querido por sus compañeros. Llevando una vida solitaria y en donde las relaciones con su madre no son muy fluidas, su vía de escape la encuentra en un exitoso programa de televisión de Estados Unidos donde actúa John F. Donovan (Kit Harington), un actor americano muy popular a quien idolatra y con el que desde hace 5 años se cartea de manera permanente.
En forma simultánea se asiste a la gran notoriedad alcanzada por Donovan, un hombre que aparentemente lo tiene todo pero que torturado de alma no puede ser feliz; de orientación homosexual, cubre las apariencias manteniendo un falso romance con Amy (Emily Hampshire) en tanto que mantiene una relación transitoria con su amante Will (Chris Zylka); en lo que concierne estrictamente a su vida familiar se denota el tirante vínculo con su neurótica madre Grace (Susan Sarandon).
El grave conflicto se produce cuando las cartas que Rupert ha recibido de John le son sustraídas de su bolso escolar por los compañeros de escuela y al llegar a dominio público producen un grave escándalo; eso acarrea la caída en desgracia del famoso actor que finalmente produce su muerte en circunstancias misteriosas.
Contemplando este melodrama surgen serias dudas sobre su credibilidad. Para comenzar, nunca se llega a conocer el contenido de las cartas y por lo tanto se ignora la causa del escándalo; también resulta problemático suponer que a partir de los 6 años Ruppert haya comenzado a escribirlas y que alguien tan popular como Donovan haya respondido a sus misivas durante ese largo período. No menos cuestionable es aceptar que durante el intercambio de correspondencia la madre de Ruppert haya ignorado por completo su recepción; ¿es que el niño esperaba todos los días al cartero para recibir y ocultar las cartas recibidas? Finalmente, si todo lo que se sabe de John Donovan es a través del relato que el adulto Ruppert le cuenta a la periodista, es completamente irrealista concebir que el niño pudo haberse impuesto de los pormenores íntimos de su ídolo.
Dejando de lado la inconsistencia del endeble guión y los graves problemas de montaje, se podrá rescatar algunos de los temas ya evidenciados por Dolan en sus filmes precedentes, como el amor-odio de hijos hacia madres dominantes, la búsqueda de identidad, las tensiones que surgen en torno a la homofobia, los sueños imaginarios, como así también -en el presente caso- reflexionar sobre el culto de la celebridad.
Los aspectos favorables del film residen en las excelentes actuaciones de Tremblay, Portman, Sarandon, Newton y Kathy Bates -como la agente de Donovan- quienes transmiten completa convicción a sus roles a pesar de las serias limitaciones del libreto donde casi al final aparece el veterano Michael Gambon en una escena completamente extraña y fuera de contexto. Destacable es la fotografía de André Turpin como asimismo la música de Gabriel Yared.
En conclusión: el film no es un desastre como muchos críticos lo han considerado cuando el año pasado se dio a conocer en el Festival de Toronto, pero lo cierto es que tampoco está logrado. Por el respeto que Dolan merece como remarcable realizador es de esperar que en sus futuros proyectos pueda reafirmarse como tal apoyándose en guiones más sólidos.
FIDDLER: A MIRACLE OF MIRACLES. Estados Unidos, 2019. Un film escrito y dirigido por Max Lewkowicz
El documentalista Max Lewkowicz efectúa una emotiva crónica de la génesis del grandioso musical A Fiddler on the Roof Esta extraordinaria obra musical de Jerry Bock y libreto de Joseph Stein dada a conocer en Broadway el 22 de septiembre de 1964 está basada en la creación literaria Tevye el lechero del gran escritor y humorista judío Sholem Aleijem (1859-1916).
No obstante haber transcurrido 55 años desde su estreno, las implicancias políticas y sociales de la pieza tienen amplia resonancia en la actualidad. Bastaría comparar la triste experiencia del humilde lechero y su familia forzados por el régimen zarista a dejar Anatevka con el grave problema de los millones de refugiados obligados a abandonar su tierra natal o bien si se tiene en cuenta la retórica antisemita y anti-musulmana que desgraciadamente se esparce en los diferentes rincones del planeta. Por esa razón El Violinista en el Tejado es por excelencia un entretenimiento popular que ha cautivado al mundo porque los temas enfocados son universales y atemporales.
En lugar del empleo de un narrador, Lewkowicz prefirió recurrir a entrevistas de quienes directa o indirectamente estuvieron implicados en la obra. Es así que uno de los mismos es Sheldon Harnick, el letrista de las canciones, que aún con sus 95 años demuestra suficiente energía y entusiasmo explicando cómo se generó el espectáculo. Otros participantes incluyen a Chaim Topol que caracterizó a Tevye en el film de 1971 dirigido por Norman Jewison, donde ambos se muestran hilarantes a la vez que emocionados al recordar algunos momentos de su rodaje; Harvey Fierstein, que personificó a su protagonista en Broadway; Austin Pendleton y Joana Merlin, quienes trabajaron en la producción original teatral. La lista igualmente incluye al virtuoso violinista Itzhak Perlman, el remarcable compositor Stephen Sondheim, el cuentista y novelista Nathan Englander, el actor y cantante Joel Grey, el compositor Stephen Sondheim, el periodista y humorista Calvin Trillin, quienes de una manera u otra se refieren al legado de esta pieza enfatizando la relevancia que sigue teniendo.
El documental incluye valioso material de archivo con extractos de las sublimes canciones de Jerry Bock y las danzas coreografiadas por el gran director y coreógrafo Jerome Robbins que nutren a esta joya musical. Resulta difícil contener la emoción cuando se observa material fílmico de la puesta en escena del espectáculo en producciones de países de culturas tan diferentes como Ucrania, Tailandia o bien Japón cantando en sus respectivas lenguas los temas de esta obra.
En esencia, con Fiddler: A Miracle of MiraclesLewkowicz ha logrado un cálido y hermoso documental homenajeando a los creadores de este excepcional musical.
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