El Atlético y João Félix cumplen
El Atlético y João Félix cumplen
Los rojiblancos se imponen fácilmente al laxo Lokomotiv y pasan a octavos como segundos de grupo liderados en ataque por el portugués, que asumió el reto del penalti en el 1-0
Exigido por la catástrofe que hubiera supuesto no pasar la fase de grupos, el Atlético cumplió ante el desahuciado Lokomotiv de Moscú. En realidad, jugaba contra sí mismo y lo hizo con nervio, agarrando la trascendencia del duelo por la pechera desde el primer pase. Evitó una caída al abismo que habría sido devastadora. Al minuto, Trippier ya estaba frente al punto de penalti para añadir alguna dosis de sufrimiento y alargar el maleficio del gol que parece haber encapotado al equipo de Simeone. El penalti lo había provocado João Félix, derribado por Kochenkov. El chico agarró el balón, pero se impuso el inglés, elegido por Germán Burgos por ser el jugador de mejor golpeo del plantel. Esta vez al menos no hubo órdenes de reconfortar la autoestima del nuevede turno. El disparo potente a media altura y más centrado que escorado lo palmeó el meta ruso al palo.
No se derrumbó el Atlético por el contratiempo ni le pudo la ansiedad, también ayudado por el papel figurativo que vino a cumplir el Lokomotiv. No vino el campeón ruso con más intención que dignificarse evitando una tunda amparado en una defensa de cinco y esperar una contra que no se dio porque entre Thomas, Koke, Felipe y Hermoso barrieron los balones largos de su acomodado rival. El error de Trippier no rebajó las revoluciones del Atlético, que mantuvo el acoso y derribo.
Flirteaba Correa con la cintura, Morata estaba más efectivo que nunca en los giros y João Félix jugaba libre con tendencia a caer por el pasillo del diez. Uno de los alborotos de Correa con centro incluido lo cortó con una mano absurda Zhemaletdinov. Esta vez ya no hubo miramientos. El penalti lo ejecutó el futbolista con más clase, una ley del fútbol de toda la vida para elegir lanzadores que ignora la edad.
João Félix se dirigió al punto de penalti bendecido por Koke y sacó un golpeo de escuela. Raso, ajustado al palo y contra la esquina de la red. Cumplió João Félix con la responsabilidad, obligado ya a liderar el cuestionado ataque rojiblanco. Todo apunta que la gran parte de la mejora pasa porque Simeone le mantenga el volumen de juego de los últimos partidos. Libre para picar aquí y allá, necesita también enfrentarse a situaciones reales de gol que también le ayuden a tomar confianza en la definición. En la banda, es más complicado que las tenga.
La noche era un examen para la joven estrella lusa y también para Thomas, Koke y Saúl, una vez que Simeone decidió aparcar a Herrera para apostar por las burbujas de Correa. Thomas tuvo tramos de imponerse por físico y alguno punzante con la pelota. Saúl también tuvo despliegue, alguna conducción poderosa y filtró un par de pases de cara. De espaldas, aún le cuesta darle rapidez, fluidez y continuidad al juego. Koke fue el peón de siempre. Aún dejan muchas dudas para manejar los partidos con rivales de más potencia y argumentos.
No bajó el pistón
Con todo, no bajó el Atlético el pistón con el gol de ventaja. El VAR anuló uno de Morata, tras un pase picado por encima de la defensa de Thomas prolongado de cabeza por Correa. Morata tuvo un cabezazo franco que lo conectó manso y a João Félix se le escapó por medio palmo un remate tras una de sus conducciones rompedoras.
Se fue al descanso el equipo de Simeone sintiendo que el partido era suyo por empeño y por la destensada comparecencia del Lokomotiv. Nada cambió en la reanudación. Antes de que se cumpliera la hora de juego, Felipe cazó con una acrobática volea un saque de esquina en corto que Koke puso en el área. La facilidad con la que el central brasileño pudo conectar el remate evidenció la desconexión del conjunto ruso ante su último partido oficial hasta febrero porque el crudo invierno del este europeo impone las vacaciones.
Con dos goles de ventaja, Simeone empezó a oxigenar el equipo. Quitó a Correa y Koke para meter a Herrera y a Lemar. Y se dio el gusto de armar el cuatrivote con Llorente como sustituto de João Félix. Esta vez el personal no protestó el relevo. Dio por hecho que el partido estaba resuelto y que el sábado espera Osasuna, un rival que morderá más que el Lokomotiv. Dos días después el Atlético conocerá su rival en los octavos de final a los que ha accedido como segundo de grupo. Pasado este corte, Simeone y sus futbolistas tienen dos meses largos para afinarse y culminar esa transición que tanto ruido ha generado dentro y fuera del club.
A OCTAVOS POR SEXTA VEZ CON SIMEONE COMO ENTRENADOR
Cumplió el Atlético y completo el pleno de equipos españoles en octavos de la Champions, el mismo número que los ingleses.
Es la octava vez que los colchoneros se meten en la ronda eliminatoria de la máxima competición europea desde que cambió de nombre y formato en 1992, la sexta con Simeone. Con el argentino, el Atlético solo falló en la temporada 2017-18, el año del Qarabag, pero que tuvo final feliz porque se consiguió la Liga Europa la siguiente primavera.
Los goles de João Félix y Felipe propiciaron la victoria ante el flojo Lokomotiv, que solo chutó una vez a puerta en todo el partido. El segundo tanto, el de Felipe, fue el número 200 del Atlético en la Copa de Europa. Celebró cifra también Saúl, que cumplió su encuentro número 50 en la Champions, todos con la camiseta rojiblanca.
El dato más negativo fue el penalti fallado por Trippier, aunque no tuvo consecuencias, el tercero que marran los de Simeone de cinco lanzados este curso.
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