Rutas para hacer un buen cierre de año
Rutas para hacer un buen cierre de año
Cerrar ciclos y abrir puertas para nuevos propósitos es un anhelo de cualquier ser humano.
Otro año se acaba y quizá muchas emociones estén revueltas en su interior: por una parte, puede sentirse expectante o esperanzado por el comienzo de un nuevo año y, por otra, quizá este inquieto o hasta agobiado porque la frustración, sensación de bloqueo o estancamiento y cierta desazón por lo que no hizo o no logró este 2019 pueden estar asomándose en su vida.
Si bien es cierto que estos últimos días de diciembre son propicios para hacer balances y cierres, lo importante es que no se atormente por lo no vivido o lo no logrado y que se regale tiempo y espacio para la reflexión y el análisis personal. Es lo que recomiendan expertos como el psicoterapeuta transpersonal Carlos Morales.
La autoevaluación es imprescindible. “No es posible corregir un error que usted no sabe que existe. Por eso, el primer paso es evaluarse a sí mismo de forma honesta y consciente. Sin juzgarse ni criticarse, simplemente revisar sus hábitos actuales de vida y anotar en una libreta los que cree que lo sabotean y bloquean para avanzar y lograr lo que desea”, explica el experto.
Todo final de año, como cierre de un ciclo que representa, resulta provechoso para la psicóloga Íngrid Gómez. Por eso recomienda hacerlo “con un momento simbólico para observar su vida, hacer un balance, soltar aspectos que no vale la pena cargar, agradecer por lo bueno, y plantearse nuevas metas; es como formatear la mente para comenzar de nuevo, lo cual nos da un nuevo sentido y nos llena de fuerza”, explica.
Pero ¿cómo se puede advertir que llegó el momento de cerrar ciclos? De acuerdo con Gómez, mentora en relaciones afectivas y crecimiento interior, a veces la vida nos muestra cuando algo termina, pero otras veces usted mismo es quien debe darse cuenta de si una situación debe continuar o, mejor, concluir: una relación, un trabajo, un proyecto, un estilo de vida, etc. Y es vital hacerlo porque “por temor, nos cuesta tomar decisiones y nos quedamos en situaciones largas sin ningún sentido, el resultado: cansancio, falta de motivación, baja energía, etc”.
Por eso es necesario observar los aspectos que conforman su vida, sobre todo aquellos que no están fluyendo como quiere y en los que se siente estancado. “La respuesta no es siempre finalizar o cerrar un ciclo, hay ocasiones que el aprendizaje está más dado a que debemos tener nuevos recursos para superar una situación complicada; por ejemplo, ser más responsables o tener mayor autoestima. Pero definitivamente sí existen circunstancias que piden a gritos un final”, dice.
Para hacer un buen cierre, el psicólogo y máster en Programación Neurolingüística Javier Mariño invita a hacer una lista de los propósitos que se tenían para el 2019 y analizar qué tanta energía, disposición y dedicación tuvo para conseguirlos. “Si quería estudiar en el extranjero y no lo logró, analice qué hizo para alcanzarlo: si ahorró lo suficiente, sacó la visa o invirtió la energía y tiempo suficientes”.
El experto enfatiza que es imposible realizar algo si la persona no es consecuente con la materialización de ese propósito. “Es importante que se haga la pregunta ¿qué faltó de mí para lograrlo? Esto le ayudará a reenfocarse, por eso es preciso que observe todo lo que no hizo y que identifique cuáles fueron las excusas o justificaciones que se dio: ‘me dio pereza, no saqué tiempo, me parecía difícil…’ Cuando las reconoce, redirigirá toda su energía e interés en lograr lo que quiere. Es ser consecuente consigo mismo e ir tras su objetivo”, recalca Mariño, especialista en Desarrollo Humano con énfasis en Procesos Afectivos y Creatividad.
¿Cómo abrir puertas en el 2020?
Paulo Daniel Acero, psicólogo y fundador del proyecto Experiencia Krisálida, recomienda estas actividades para abrirles las puertas a nuevas oportunidades:
-Identifique qué es lo más valioso para su vida y asegúrese de que a través de cada acto está siendo coherente y le aporta a aquello que declaró como lo más valioso. Por ejemplo, si dice que lo más valioso es su familia, cerciórese de que en lo que hace cada día su familia evidencia su cercanía y afecto.
–Pase de tomar decisiones basadas en la emoción del momento a tomar determinaciones que se sustenten en añadir a lo que quiere lograr, unas actividades para lograrlo, unos tiempos reflejados en un cronograma para alcanzarlo y un presupuesto que garanticen recursos para realizarlo.
–Evite contaminar el presente con el pasado. Si no integra las malas experiencias vividas en el año que termina, corre el riesgo de intentar avanzar mirando hacia atrás. Integrar las malas experiencias implica que no simplemente pase la página de las malas experiencias, sino que las use como oportunidades de aprendizaje para no cometer los mismos errores.
–Tenga cuidado de trazarse expectativas imposibles como no sufrir. Intentar no sufrir puede llevarnos a no hacer cosas que deben ser hechas por temor a fracasar. Quien tiene miedo a sufrir ya está sufriendo de miedo.
–Propóngase trabajar en que el fundamento de la felicidad y bienestar dependan más del ser que del tener. Es mejor invertir en nosotros como personas y no en cosas.
–Identifique y fortalezca los recursos de resiliencia. Todos tenemos capacidades que solo se evidencian cuando vienen las adversidades. Tómese el tiempo para determinar con qué recursos internos y externos cuenta y dese a la tarea de hacer buen uso de ellos.
FLOR NADYNE MILLÁN
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