Que cada quien sufra sus propias consecuencias
Que cada quien sufra sus propias consecuencias
De adicto a ADICTO
Por Ernesto Salayandía García
Me tocó asistir a una preparatoria donde hay un alto índice de alumnos adictos a la marihuana y tanto los padres de familia, muchos de ellos, como los directivos de la institución determinaron realizar un antidoping, dando como resultado de 44 jóvenes registrados, tubo positivo el número de 16 marihuanos confirmados y me invitaron a darles el mensaje de vida ya decirles el alto riesgo qué representa consumir esta droga, la cual ni es recreativa, ni es medicinal para el consumo, que le dan la gran mayoría de los adictos, es decir, fumada es una droga sumamente peligrosa y podrá tener sus beneficios medicinales cómo lo tiene la gran mayoría de las hierbas, pero hay que aclarar, qué en especial la marihuana, roba el sano juicio la memoria y otras facultades mentales, que niños y jóvenes pierden al consumir con frecuencia esta peligrosa sustancia y pude darles el mensaje de prevención y hacerle la advertencia del gran peligro que corren si se prenden de esta adicción, por desgracia no saben lo que están buscando, ignoran todo el peligro que representa ser un marihuano en potencia y les hice una invitación para regalarles mi experiencia a través de talleres que les permitan despertar la conciencia, bajar sus niveles de ansiedad y sobre todo informarse del peligro que se corre al convertirse en un marihuana, ya te habrás de imaginar, querido lector, cuál fue el resultado de esta invitación, por supuesto que fui ignorado, incluso alguno de ellos hasta se burló de mi testimonio y no creyeron qué mi adicción me robó el sano juicio es decir, me volví loco, no me creyeron que estuve muerto en vida y que lo perdí todo, la droga me robó salud, trabajo, familia y absolutamente todo y me queda muy claro que cada quien tiene que vivir su propia experiencia y que son precisamente los fondos los que habrán de permitirle a estos jóvenes adictos hacerse responsable de sus propias decisiones, mientras tanto, los padres desconocen el origen de esta enfermedad, ignoran de dónde viene la compulsión y la ansiedad de un ser, ignoran también la genética emocional que les han trasmitido a sus hijos, no saben que esta tendencia adictiva que les ha sido transmitido a sus hijos y que esta enfermedad viene de una generación a otra, por desgracia de las dos ramas genéticas la del padre y la de la madre, la enfermedad surge como veneno del árbol genealógico.- Quien esté libre de culpa, que arroje la primera piedra.-
Te juro que no vuelvo a beber alcohol. ¡Lo juro!
Armábamos dos mesas, de cuatro personas cada una, no nos bastaba haber jugado domino en El Mirador esa misma semana, cantina ubicada en las rejas de Chapultepec o en la G de la Guerrero CDMX, y haber terminado como arañas fumigadas, por lo menos dos veces a la semana, todos teníamos factores en común, los ocho o diez que nos juntábamos, éramos jóvenes, no mayores de 25 años, recién casados, hijos de papi o empresarios, junior, éramos, bien borrachos e irresponsables, todos fumábamos como chacuacos y nos venía valiendo monjas la vida, normalmente comenzamos a jugar a las 9 de la noche, nos surtíamos de cervezas, pisto, Bacardy, patas de elefante, en aquel entonces y de cigarros, terminábamos cerca de las ocho de la mañana, la mayoría hasta las chanclas, unos vomitados, otros medio dormidos y todos borrachos, en mi caso, me quedaba dormido todo el viernes, para mí, eso era lo normal, vivir de noche, dormir de día, ya esa edad mi problema con el alcohol era notable, 20 años, y las consecuencias no se dejaban aflorar, los pleitos constantes con mi primera esposa, la carencia económica, lleno de deudas y con los sueños de pompa y poderío, era yo, director general de un periódico diario, El Heraldo de Toluca y lleno de glamur, de soberbia, me las vivía de cantina en cantina, de restauran en restaran, decía.- Los mejores negocios se hacen en las cantinas.
El alcohol se adueñó de mi vida desde mi juventud
Supuestamente era yo un alcohólico funcional, por que trabajaba, según yo, desde aquel entonces, alguien que me observo mi compulsión y alto nivel de ansiedad que yo reflejaba ante el alcohol, me recomendó que fuera a un grupo de Alcohólicos Anónimos, por supuesto que no acepte mi enfermedad y me resistí a buscar ayuda.- Nunca digas no a lo que no conoces.- Se me dijo y no hice caso, yo tenía el poder, el dinero y un puesto que me daba el estatus para andar en las comidas del Club Toluca, en cocteles y eventos sociales, el alcohol en mi caso, estaba en todas partes, en las reuniones familiares, en las carnes asadas, en los eventos deportivos, en cualquier festejo de la familia, ya fuera quince años, boda, bautizo o funeral, mi estilo era ponerme hasta las chanclas, mi abuela me decía.. Tú crees que te tomas al alcohol, pero el alcohol te bebe a ti.- Cada medio día, me abuela iba a la recamara que apestaba a vino y cigarro.- Ándale gordo- me gritaba.- ya es hora, tienes una cita en Toluca.- A los quince minutos, ella regresaba y me trataba de despertar, pero era materialmente imposible, ahora se, que la sustancia me robaba toda mi energía y crudo, con dolor de cabeza, con cruda moral, hartado de mi vida ingobernable, me decía a mí mismo.- Juro que no vuelvo a beber. Lo juro, esta fue la última y al en El recreo, cantina de Isabel La Católica y Viaducto, Miguel Alemán, CDMX, al poco rato, a la hora de la comida, bastaba con que el Chato, mi mesero de cabecera, me dijera.- Lo de siempre don Ernesto.- Y yo accedía con la mayor facilidad del mundo. El que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe.-
Lo que el alcohol se llevo
- En mis 30 años de carrera alcohólica, o más. el alcohol me arrebato salud, lo más preciado en mi ser, me robo mi familia, fracase en mi primer matrimonio, troné como esparrago, deje ir grandes oportunidades de negocios, de crecimiento, perdí una eternidad de tiempo, segundos, minutos, días, meses años, emborrachándome irresponsablemente en las cantinas, atascándome en mi casa, fui bebedor de buro, el tiempo se me fue en la cama, como mis crudas interminables y severas, perdí el respeto hacia mi persona y mi familia, le falte el respeto a mi trabajo, le di la espalda a mis hijos, en las fotos, donde ellos salen y en donde no estoy yo, no es porque yo haya sido el fotógrafo, sino que nunca estaba con ellos, fui el padre ausente, el alcohol se llevó un mundo de dinero en las cantinas donde me emborrachaba, en los hoteles donde hacia mi destrampes como gran narco, tire el dinero por mi ausencia de sano juicio, me quito el sentido de la vida, se robó mis sueños y violo las ilusiones de mis hijos, fui tan estúpido y mediocre, egocéntrico que solo pensaba en mí, no tuve la humildad de aceptar mi enfermedad del alcoholismo, no tuve la inteligencia de buscar ayuda, le dé un infierno a mis esposas, me hundí en depresión, entre al mar de la conmiseración, sin percatarme que el alcohol no solo me había tumbado en la lona, sino que me había arrojado a un elevador de sentido contrario, había bajado más de diez sótanos en mi vida y a pesar de las consecuencias, de las perdidas, no quise entender que yo no podía ganarle al alcohol y a las sustancias. Perdí mi vida, el alcohol y las drogas se llevaron mi dignidad.
De adicto a adicto
Querido amigo, madura, deja ya los pantalones cortos, cualquier cobarde se refugia en el alcohol y las drogas, abandona tu postura de soberbio, de gran caballero falso, échale humildad, los golpes que te está dando tu enfermedad son consecuencias de tu negocios, yo lo perdí todo, tu puedes salir adelante acércate a un grupo de Alcohólicos Anónimos, Narcóticos o Guerreros, dime si es justo el dolor que les causas a tus seres cercanos, si ellos merecen ver cómo te desmoronas, lo que sufres en tus depresiones y borracheras, en tu escuela o trabajo, todos te dan la vuelta, te señalan como el mediocre de mediocres, el que se está hundiendo y no hace nada por salvarse, vives en ojo del huracán, tu tendencia es quedarte solo, no hay mujer que aguante a un alcohólico, este plan de vida, de vivir libre de alcohol y de drogas, no es un plan para enanos, es un plan para hombres con valor, con poder de decisión, para mujeres que en verdad quieran dejar de ser parte de las estadísticas, de adicto a adicto, te digo que tú puedes, que la decisión es tuya y que mereces ser libre, salir de ese hoyo, de esa cárcel emocional, ya tu daño es irreversible y tus consecuencias palpables.- Que más quieres? Gracias por leerme y más por escribirme ernestosalayandia@gmail.com 614 256 85 20
Comments (0)