CLEMENCY. Estados Unidos, 2019. Un film dirigido y escrito por Chinonye Chukwu
CLEMENCY. Estados Unidos, 2019. Un film dirigido y escrito por Chinonye Chukwu
Por Jorge Gutman
Habiendo obtenido el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance de 2019 además de haber sido aclamada Alfre Woodard, la protagonista de Clemency, resulta extraño que en la época de las nominaciones y premios este film haya pasado desapercibido. En todo caso, lo importante es que la directora y guionista Chinonye Chukwu ha realizado un sólido drama acerca de la pena de muerte.
El tema, muy parecido al que se apreció en Just Mercy, comentado la semana anterior, una vez más cuestiona seriamente las consecuencias de un sistema legal injusto; pero aquí el guión de la cineasta concentra su atención en las vicisitudes que atraviesa Bernadine Williams (Woodard) una mujer que ocupa el cargo de directora del pabellón de una cárcel que aloja a quienes han sido condenados a la pena capital.
Desde la primera imagen se la observa recorriendo los pasillos del tétrico corredor de la muerte, próxima a intervenir en los preparativos finales de una ejecución que se efectuará a través de la inyección letal a uno de los inculpados, el latino Victor Giménez (Alex Castillo); después de varios intentos fracasados por parte del enfermero para encontrarle la vena apropiada en donde inyectar la aguja letal, su muerte finalmente se produce con gritos desesperados del ajusticiado.
Aunque Bernadine mantiene un rostro de acero frente a lo que acontece, ese hecho así como las ejecuciones presenciadas en anteriores oportunidades están lejos de resultarle indiferente. Casada con Jonathan (Wendell Pierce), un hombre muy enamorado de ella, la relación conyugal se vuelve cada vez más distante dado que él no puede identificarse con su esposa en la medida que ella persiste trabajar en una profesión que emocionalmente la lleva a padecer de insomnio y desagradables pesadillas durante la noche. Sin embargo para la directora su trabajo es primordial tratando de cumplirlo con máxima responsabilidad; para atenuar su tensión interior después de la jornada habitual acude a un bar acompañada de uno de sus colegas de la prisión (Wendell Pierce).
Su siguiente caso es el del condenado Anthony Woods (Aldis Hodge), un afroamericano que injustamente ha sido sentenciado por haber matado 15 años atrás a un oficial de policía durante un robo perpetrado en un almacén de comestibles; su abnegado abogado defensor Marty Lumetta (Richard Schiff), convencido de su inocencia en la medida que durante su juicio faltaron pruebas que evidentemente demostrasen su culpabilidad, trata de insuflarle esperanzas.
Bernadine cumple con el burocrático protocolo de anticiparle a Woods el procedimiento de su ejecución explicándole que será objeto de tres dosis sucesivas de líquidos inyectables; además le señala que puede elegir el tipo de comida que desee para su última cena, como así también le pregunta si tiene familiares que dispongan de su cadáver. Cuando llega la hora final, desde el exterior de la prisión se escuchan las manifestaciones de protesta vociferando “Yo soy Anthony Woods”, aunque en nada ayuda a modificar la situación. En el interior de la sala de la muerte se ve al condenado postrado en la camilla suficientemente sujeto para su inmovilización, rodeado de la directora y del capellán de la prisión (Michael O’Neill) aguardando hasta el último minuto el milagro de la llamada telefónica de la oficina del gobernador otorgando clemencia y así poder condonarle la pena capital.
La actuación de Woodard es excepcional teniendo en cuenta que se trata de un rol complejo y difícil de componer. En un excelente estudio de personalidad, ella es la fiel encarnación de una mujer estoica que lucha para preservar su compostura y calma exterior pero que llegado un momento no puede evitar que su rostro trasunte el remordimiento y dolor emocional en el cumplimiento de una misión que desgarra su alma. Los restantes integrantes del elenco cumplen idóneamente sus respectivos roles.
Chukwu que tuvo experiencia trabajando como voluntaria en varios casos de apelación de clemencia, brinda un sólido documento que destila profunda humanidad y compasión permitiendo la plena identificación con sus personajes, especialmente los de Bernadine y Woods.
Un reparo menor es la extremada minuciosidad de las alternativas que tienen lugar en la sala de ejecución produciendo una sensación de inquietud e incomodidad para quienes contemplan su desarrollo. Si bien la directora ha deseado con ello denunciar vivamente el cruel castigo de la pena de muerte, esas escenas podrían haber sido acortadas sin menoscabar su espíritu. En todo caso, esa objeción no desmerece a este remarcable y profundo drama, decididamente recomendable.
LES HIRONDELLES DE KABOUL. Francia, 2018. Un film de Zabou Breitman y Eléa Gobbé-Mévellec
El padecimiento de los pobladores de Kabul sometidos a la voluntad del fundamentalismo talibán es el telón de fondo de este buen film de animación. En una ciudad en ruinas, el fanatismo de las autoridades se impone sembrando el miedo; eso principalmente se observa con el trato denigrante del que es objeto la mujer que siempre debe transitar por la calle acompañada y ocultando su rostro con el burka con la excepción de sus ojos; además, cualquier transgresión sexual, como la fornicación, conlleva la ejecución en la plaza pública mediante la lapidación.
Es en ese contexto que transcurre Les Hirondelles de Kaboul de las realizadoras Zabou Breitman y Eléa Gobbé-Mevellec quienes se han basado en la novela homónima del escritor argelino Yasmina Khadra en una convincente adaptación del guión de Sébastien Tavel, Patricia Mortagne y Breitman, La acción que transcurre en el verano de 1998 sigue los pasos de dos parejas cuyos destinos habrán de entrecruzarse. Atiq (voz de Simon Abkarian), es un guardián de la cárcel local cuya gran preocupación es el estado de su mujer Assarat (voz de Hiam Abbass) quien afectada de cáncer se presume que su muerte es inminente. Al propio tiempo se sale al encuentro de Mohsen (voz de Swann Arlaud) y Zunaira (voz de Zita Hanrot), dos amantes jóvenes que son profesores desempleados frente a una universidad devastada; debido las circunstancias imperantes, él se encuentra en un bajo estado anímico en tanto que ella es una chica que ama la libertad a despecho del medio ambiente en que vive.
El conflicto del relato se produce cuando durante una fuerte discusión entre Mohsen y Zunaira ella lo mata accidentalmente lo que la conduce a la prisión donde trabaja Atiq. Como carcelero de la joven y consciente de la suerte que a ella le aguarda el noble guardián realiza todos los esfuerzos posibles para salvarla sabiendo que arriesga su propia vida en tal audaz intento.
La animación efectuada con acuarela es sencilla y estéticamente apreciable, sin haber recurrido a efectos especiales deslumbrantes. Este bello y triste film capta el interés del público por su contenido humanista y vuelo poético exponiendo la tiranía de un siniestro y sórdido régimen que genera daños físicos y emocionales a la población.
DOLOR Y GLORIA. Video distribuido por Sony Pictures Home Entertainment
Aunque ya nos hemos referido entusiastamente a este excelente film español de Pedro Almodóvar, la aparición reciente del video mediante los formatos DVD, Blu-ray y en Digital motiva a volver sobre el mismo.
Para quienes no hayan visto el film en sala o bien para quienes ya lo han disfrutado, ésta es la ocasión de apreciarlo nuevamente en la medida que siempre existen detalles a descubrir en este excelente drama sobre Salvador Mallo, un realizador de mediana edad que atraviesa una de las etapas más difíciles en su carrera así como en su vida personal. Como es bien sabido, el film logró para Antonio Banderas el premio al mejor actor en la muestra competitiva de Cannes del año pasado y además es uno de los candidatos nominados por la Academia de Hollywood en la misma categoría, como también es uno de los cinco títulos seleccionados como mejor film internacional.
La película es presentada en su versión original española; también se puede verla de manera descriptiva en inglés, o bien doblada al francés; Opcionalmente es posible apreciarla con subtítulos en inglés o francés.
Además del efectivo traslado al video, éste se valoriza por sus dos agregados. El primero de los mismos de 32 minutos de duración incluye un coloquio en el que el crítico de cine y moderador de eventos Scott Mantz efectúa una conversación coloquial (Q/A) con Almodóvar, Banderas, el compositor Alberto Iglesias y el productor Agustín Almodóvar, hermano del realizador, abordando el proceso creativo y la génesis del film. Para el cineasta uno de las escenas trascendentes es cuando la anciana madre de Salvador Mallo le manifiesta antes de morir que él no había sido el hijo que aguardaba que fuese. Por su parte Banderas expresa que el ataque cardíaco sufrido tres años atrás constituyó una significativa experiencia para sumergirse plenamente en el estado anímico que atraviesa su personaje. El consagrado músico Iglesias explica de qué manera su partitura trató de ajustarse a cada una de las etapas de la vida del protagonista. Cuando el moderador le pregunta a Agustín Almodóvar cuál fue el mayor desafío que tuvo que enfrentar en este proyecto, él le responde que ha sido la tarea de casting, especialmente en lo que concierne a los 3 actores masculinos -Banderas, Asier Etxeandia y Leonardo Sbaraglia- a fin de que existiera una misma sintonía.
El otro agregado intitulado “Pedro Almodóvar en sus propias palabras” de 25 minutos de duración permite que el cineasta se refiera a sus primeros años de realizador cuando en los inicios de la década del 80 viviendo en Madrid se sumerge en el mundo de “la movida”; eso constituyó un modo de vida lúdico de liberad absoluta que se manifestaba, entre otros medios, en la discoteca que fue la gran “universidad” para la juventud madrileña de dicho período; ese movimiento se transmite en su primera película Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón.
Entre otros aspectos se refiere al poder que tiene un director y guionista, quien como él ha sido capaz de imponer su punto de vista, sobre todo en lo que concierne a orientación sexual y veracidad cinematográfica. Uno de sus comentarios va destinado a Banderas que colaboró con él en 9 películas y que representa al prototipo masculino de intensa pasión, intuición extraordinaria y que además tiene a su favor una gran fotogenia. Con elogiables palabras se refiere también a Penélope Cruz con quien le agrada trabajar en la medida de que todo lo que ella interpreta transmite credibilidad como por ejemplo lo demostró con sólo ocho minutos de actuación en Carne Trémula, como así también en Todo sobre mi Madre.
Almodóvar también se refiere a La Mancha, la región patriarcal donde nació y en el que vivió siempre rodeado de mujeres; es en esa comunidad en la que admiró la fortaleza femenina evidenciando una gran capacidad de superar los problemas; es por eso que los personajes femeninos adquieren primordial importancia en la mayor parte de su filmografía.
El corto concluye mencionando a su último film donde inspirado en la realidad el protagonista era él pero tenía que saber cómo distanciarse de sí mismo en su guión a fin de lograr la mayor objetividad posible; de todo ello obtuvo un resultado balsámico al propio tiempo que terapéutico sintiéndose muy bien al final del rodaje.
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