En medio de la peste, Trump contra Maduro
En medio de la peste, Trump contra Maduro
Acusación de narcotráfico. Recompensa a datos como el Far West
WASHINGTON, 26 MAR – Nicolás Maduro igualado a “El Chapo” Guzmán y puesto como la cabeza de un cártel que trafica drogas, un movimiento inesperado, sin precedentes, con el Estados Unidos acusó al presidente de Venezuela, mientras la pandemia avanza escalofriante.
Además, poniendo sobre su cabeza una recompensa de 15 millones de dólares para quien aporte datos que plasme su captura.
La investigación, conducida por las fiscalías de Washington, Nueva York y Miami, pone sobre el banco de imputados también a una decena de funcionarios y ex dirigentes venezolanos del circulo cerrado de Maduro, entre ellos tres ministros (Justicia, Defensa e Industria) y a jefes de inteligencia. Por ellos fue ofrecida una recompensa de 10 millones de dólares.
Las acusaciones también son para varios miembros del más grande grupo rebelde de la vecina Colombia, las Fuerzas Revolucionarias (FARC), que financian desde hace mucho tiempo sus actividades con el tráfico de cocaína.
Con esta ofensiva judicial, la administración del presidente Donald Trump parece poner fin a cualquier posibilidad de negociar una salida “suave” de Maduro a través de sus aliados, para llegar a un nuevo gobierno después de los enfrentamientos internos con el líder de la oposición, Juan Guaidó, ya reconocido como presidente legítimo por Estados Unidos y otros países.
El mandatario venezolano rechazó cada cargo y acusó en su cuenta de la red social Twitter a Estados Unidos y a su aliado colombiano de haber dado “la orden de llenar de violencia Venezuela”.
En un programa televisivo del presidente chavista de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, se mencionan campos de adiestramientos de mercenarios en territorio colombiano realizados por adiestradores estadounidenses y según Maduro, que intervino con una llamada telefónica, los mercenarios debían entrar en acción entre el 23 y el 25 de marzo, en plena emergencia de coronavirus y con los venezolanos comprometidos en una cuarentena, pero la operación se omitió.
Las acusaciones estadounidenses fueron anunciadas por el fiscal general, William Barr, en un encuentro diario con la prensa con los procuradores de Manhattan y Miami y con el jefe de la Administración de Control de Drogas.
El líder venezolano es acusado de haber contribuido a administrar y de haber guiado al Cartel de Los Sols mientras reforzaba su poder en el país.
Bajo su conducción y de otros dirigentes, el cartel buscó enriquecer a sus miembros, de aumentar su poder y de “invadir” Estados Unidos con cocaína, infligiéndose los dañinos efectos de los estupefacientes a los consumidores estadounidenses.
El cartel, se lee en una de las imputaciones, “dio prioridad al uso de la cocaína como arma contra Estados Unidos y su máxima importación a Estados Unidos”.
Maduro, según la magistratura estadounidense, negoció muchas toneladas de cocaína producida por las FARC, ordenó a su cartel de suministrar armas de tipo militar al grupo de rebeldes y coordinó la actividad con Honduras y otros países “para facilitar el tráfico de drogas a gran escala”.
Las ONG’s llevan acusando por años al presidente venezolano y a su círculo de hacer negocios con los señores de la droga.
Negocios que crecieron tras las sanciones de Estados Unidos y el derrumbe de la industria petrolera nacional. Dos sobrinos de Maduro ya están purgando en Estados Unidos una condena por droga. Según la fiscalía, querían llevar a casa 20 millones de dólares del tráfico para mantener a la familia en el poder.
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