SWALLOW. Estados Unidos, 2019. Un film escrito y dirigido por Carlo Mirabella-Davis. Disponible en la plataforma mk2mile-end, Apple TV, Bell y Telus
SWALLOW. Estados Unidos, 2019. Un film escrito y dirigido por Carlo Mirabella-Davis. Disponible en la plataforma mk2mile-end, Apple TV, Bell y Telus
Por Jorge Gutman
En su primera incursión como director y guionista Carlo Mirabella-Davis aborda el desorden psicológico de una joven mediante un relato de relativo suspenso del cual es necesario efectuar un considerable esfuerzo para aceptar su convulsionada premisa.
Observando Swallow, en su inicio uno tiene la idea de contemplar un cuento de hadas donde una hermosa princesa rodeada del máximo confort y esplendor se encuentra encerrada en un opulento castillo. Ésa sería la situación de Hunter (Haley Bennett), una joven que ascendió social y económicamente al haber recientemente contraído enlace con Richie (Austin Stowell); él es un joven millonario que está al frente de una importante compañía que pertenece a su padre (David Rasche). A pesar de que en una cena rodeado de sus padres y amigos su marido le prodiga floridos elogios, en las escenas sucesivas se aprecia que Hunter dista de hallarse cómoda en ese ambiente de lujo donde nada le falta pero se siente como una linda muñequita llevada de la mano por su esposo y en algunos casos invadida por la injerencia de sus suegros.
De naturaleza más bien callada, al tener la sensación de estar confinada en la suntuosa residencia en que habita cumpliendo solamente las funciones de un ama de casa, ella ventila su frustración comenzando a tragar extraños objetos punzantes que encuentra a su alrededor, incluyendo pedazos de mármol y piedras. Reflejando claramente que su conducta responde a una seria anomalía psicológica, lo más extraño es que antes de la boda su cónyuge no haya reparado nada anormal en ella. La situación alcanza un cariz dramático cuando al quedar embarazada, una noticia que su marido celebra sin que en ella se denote alegría, persiste su actitud de tragar objetos no comestibles. El hecho se devela cuando en el examen médico relativo a la marcha de su embarazo se evidencia lo que se cobija en el interior de su cuerpo y cómo ello afecta al feto que lleva en sus entrañas. Es entonces que la actitud afable de Richie hacia su esposa deja de serlo y apoyado por sus padres un terapeuta (Laith Nakli) es contratado para que la esté permanentemente vigilando, lo que motiva a que Hunter se sienta en su hogar más prisionera que nunca.
A esta altura de los acontecimientos, el relato despierta la intriga sobre lo que irá a acontecer tanto en lo que concierne al comportamiento de la joven como al desarrollo de su preñez. Sin embargo lo que sigue defrauda por completo las expectativas del espectador en la medida que el guión introduce situaciones rebuscadas carentes de credibilidad que conducen a un ridículo desenlace.
Lejos está el relato de analizar seriamente lo que implica “pica”, el nombre de la enfermedad que afecta a Hunter; por otra parte, el film tampoco puede ser considerado como una metáfora de la mujer que desea controlar su propio cuerpo si acaso ese sería el caso de esta joven que a pesar de sentirse presa en su residencia pretende demostrar que al menos con su fobia es dueña de manejar su organismo. Por último, atendiendo a la descripción de los personajes, no hay ningún motivo para inferir que Hunter esté sometida o dominada por su marido o por sus suegros.
El mayor problema de este thriller psicológico reside en el planteo de una historia realista que curiosamente carece de realismo. A pesar de la muy buena actuación de Bennett su personaje poco creíble está esbozado sin mayor profundidad y ésa es la razón por la que resulta difícil de conmiserarse con el mismo.
THE REPORT. Estados Unidos, 2019. Un film escrito y dirigido por Scott Z. Burns. Disponible en la plataforma Amazon
Indudablemente el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 fue el más grande que Estados Unidos haya experimentado alguna vez en su historia. Como secuela de este brutal atentado, el novel realizador Scott Z. Burns basado en acontecimientos reales enfoca en The Report la tarea emprendida por la senadora demócrata Dianne Feinstein (Annette Bening).
La congresista de California trata de esclarecer los discutibles métodos de tortura aplicados por la CIA durante el gobierno del presidente Bush a fin de obtener información de los detenidos políticos que directa o indirectamente estuvieron involucrados con los responsables del devastador ataque. Para lograr su propósito en 2009 Feinstein encomienda a Daniel J. Jones (Adam Driver), en su carácter de miembro del comité del senado, para que tome a su cargo la investigación del tema.
A través de los flashbacks queda claro cómo los prisioneros musulmanes, de los cuales muchos de ellos no tenían vinculación alguna con Al-Qaeda, fueron forzados a confesar mediante el empleo de técnicas de interrogación que comprendían tanto la tortura psicológica así como la física incluyendo el ahogamiento simulado (waterboarding) y la privación del sueño; aunque esas crudas escenas producen un sentimiento de malestar de ningún modo existe la intención de apelar a golpes bajos para atraer al espectador.
Mediante un guión muy bien elaborado se siguen los esfuerzos de Jones en el cometido de su misión, donde no están ausentes los obstáculos interpuestos por jerarcas de la CIA, como así también los intereses partidarios contrapuestos de demócratas y republicanos en las esferas del Congreso. Más aún, cuando después de cinco años de exhaustiva dedicación Jones finaliza su reporte, encuentra interferencias por parte del gobierno para que éste sea publicado; eso es debido a que el presidente Obama consideraba conveniente “dar vuelta la página” para no dañar la reputación de la CIA en la medida que este organismo había eliminado a Osama Bin Laden. Con todo, la obstinación y determinación de Jones permitió que el voluminoso informe no haya quedado sepultado a través de la difusión de sus conclusiones por medio de la prensa.
Con un ritmo ágil, Burns ofrece un thriller político concienzudo y preciso demostrando cómo la democracia puede correr el peligro de ser socavada cuando la transparencia de los actos públicos queda limitada y reemplazada por engaños, hipocresías y abusos perpetrados mediante el uso discrecional del poder; en todo caso, queda finalmente reflejado que a pesar de todo la verdad de lo acontecido terminó por imponerse.
Curiosamente, en los créditos finales se menciona que ninguno de los funcionarios que han tenido participación en la aplicación de los procedimientos de tortura revelados en el reporte fueron juzgados o acusados; más aún, algunos de los mismos ocuparon posteriormente elevados cargos en la Agencia.
O QUE ARDE. España-Francia-Luxemburgo, 2019. Un film de Oliver Laxe. Disponible en la plataforma cinemamoderne.com
Nacido en Francia pero establecido en España, Oliver Laxe es reconocido como uno de los realizadores españoles más prestigiosos teniendo en cuenta que con solo tres películas en su haber, las mismas han sido premiadas en Cannes: así, Todos Vos Sodes Capitains (2006) obtuvo el premio de la Crítica Internacional en la sección de La Quincena de los Realizadores, Mimosas (2016) fue galardonada con el Gran Premio de la Semana de la Crítica y finalmente O Que Arde (2019), el film que se comenta, fue distinguido con el Premio del Jurado en la sección oficial Un Certain Regard del festival.
Ambientado en una región de la Galicia rural, el relato del realizador escrito con Santiago Fillol si bien es de ficción en gran parte adopta un tono documental digno de apreciar. Su comienzo es sencillamente deslumbrante donde en sus primeras imágenes se observa la deforestación de un frondoso bosque de eucaliptos seguido de inmediato por un avasallante incendio cuya visión resulta fascinante; en tal sentido la cámara alcanza dimensión extraordinaria al dar la sensación de que la misma tuvo de algún modo en haber estado sumergida en el fuego para brindar de esta manera un realismo sorprendente.
De allí en más el film enfoca a Amador (Amador Arias), el pirómano autor del incendio quien sale de la cárcel después de dos años de haber purgado el grave delito cometido; ahora retorna a su aldea ubicada en una zona perdida en la región montañosa de Galicia donde reside su madre Benedicta (Benedicta Sánchez), una anciana mujer aún activa que se dedica a la explotación de su huerta. Conviviendo con ella junto a sus tres vacas y su perra, él le presta su ayuda en las tareas pertinentes que requiere la granja.
Más que en su trama, el director enfatiza el medio ambiente en que transcurre ilustrando la cultura de un pequeño pueblo con gente cuya forma de vida está directamente vinculada con los avatares de la naturaleza. Consecuentemente, las imágenes captadas cobran inusitada fuerza generando una belleza visualmente poética agraciada por la excelente fotografía de Mauro Herce.
Sus dos protagonistas animados por actores no profesionales se desempeñan con completa convicción donde Arias brinda la justa nota como el pirómano lacónico que marginado de la sociedad trata de ajustarse a ella en tanto que Sánchez sobresale brindando una humana ternura a su Benedicta.
Con mesurada meticulosidad Laxe ofrece una historia melancólica y contemplativa que constituye un tributo a un mundo rural en vías de desaparición.
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