La absurda muerte del “Trinche” Carlovich, el mito del fútbol del que no hay imágenes

La absurda muerte del “Trinche” Carlovich, el mito del fútbol del que no hay imágenes

‘Trinche’ Carlovich y Maradona, hace unos años.

César Luis Menotti lo vio jugar, algo que muy pocos de los que lo elevaron a la categoría de mito pueden decir. Y después de disfrutar del fútbol inverosímil de Tomás Felipe “el Trinche” Carlovich, Menotti tuvo bien claro qué vio: “Una pelota inteligente que disfruta de hacer cosas artísticas y arrastra a un futbolista”.

Curiosa definición, porque uno de los mejores elogios que se le puede hacer a un futbolista es que la “lleva atada”, que la pelota, que el balón, se rinden ante él. Pero tan especial era Carlovich, argentino de Rosario como Menotti y Lionel Messi, que era la pelota la que lo llevaba, y no al revés.

Carlovich no está más, murió este viernes en Rosario tras golpearse la cabeza dos días en un asalto. Rosario, la Chicago argentina, está en cuarentena como prácticamente todo el país en medio de la pandemia del coronavirus, pero el “Trinche” salió a las calles en bicicleta en Echesortu, una zona comercial y residencial de la ciudad. Fue en la esquina de las calles Paraná y Eva Perón. Le robaron la bicicleta, forcejeó y se golpeó. Tenía 74 años y cuatro hijos, pagó el peaje de una ciudad desquiciada por el narcotráfico y en la que todos los días muere una persona asesinada.

Hijo de un fontanero croata, Carlovich se convirtió en fenómeno masivo años atrás gracias a un programa que le dedicó “Informe Robinson”, pero aquellos que lo disfrutaron en los campos de juego en los ’70 y ’80 no necesitaban de aquel impulso mediático surgido en el tercer milenio: muchos fueron testigos de la jugada del doble caño, marca registrada del “Trinche”, otros escucharon la frase de Diego Maradona en 1993, cuando llegó a Rosario para jugar en Newell’s: “Yo creía que era el mejor, pero desde que llegué a Rosario escuché maravillas de un tal Carlovich, así que ya no sé…”. Muchos años después, Carlovich y Maradona se encontraron: “Me empezó a hablar al oído y no paraba. Hasta me firmó una camiseta y me puso ‘Trinche, fuiste mejor que yo’. Lo único que le pude contestar es ‘Diego, ahora puedo partir tranquilo, vos fuiste lo más grande que vi en mi vida'”.

Según Jorge Valdano, durante cuatro años Marcelo Bielsa fue todos los sábado a ver jugar a Carlovich en el campeonato del ascenso rosarino. La carrera del “Trinche”, que jamás jugó en primera división, está ligada a Central Córdoba, el tercer equipo de Rosario, con muchísima afición pero sin el cartel ni los éxitos de Newell’s Old Boys y Rosario Central. El primer gran impacto de ese cinco que se movía como diez y al que nada parecía importarle demasiado fue en 1974, cuando la selección argentina viajó a Rosario para enfrentar a un combinado de la ciudad. Cinco de Newell’s, cinco de Central y uno de Central Córdoba: el “Trinche”. Los responsables de la selección terminaron pidiendo que lo sustituyeran “porque estaba haciendo quedar mal al equipo nacional en la previa de un Mundial”. En términos argentinos, Carlovich había “bailado” a varios integrantes de la selección.

¿Qué hubiera pasado si el “Trinche” y Maradona jugaban juntos?, le preguntó hace diez días el periodista Emiliano Nunia en Radio Villa Trinidad, la última vez que se escuchó la voz del mito. “Haber jugado con el Diego habría sido la gloria. Te digo más, hubiera dado la vida por compartir una cancha con Diego”. ¿Y por qué, si era tan bueno, no llegó más lejos? “Yo estuve a punto de ir a Francia cuando estaba en Rosario, no se hizo. Después cuando estuve en Mendoza estuvo a punto de irme al Cosmos, en Estados Unidos, donde estaba el “Negro” Pelé y no sé que paso. Hay comentarios malos, a mi me bajó el dedo Pele, esos son los comentarios que siempre me han llegado. No me gusta hablar, pero me parece que paso eso…”. ¿Y qué es eso del “Trinche”? Ni idea. El hombre, que nunca supo por qué jugaba tan bien al fútbol, el hombre del que no hay un solo video que muestre su jerarquía de jugador, tampoco era capaz de explicar el origen de su apodo.