MADE IN BANGLADESH. Francia-Bangladesh-Dinamarca-Portugal. Un film de Rubaiyat Hossain. Disponible en VOD en la plataforma cinemaduparc.com
MADE IN BANGLADESH. Francia-Bangladesh-Dinamarca-Portugal. Un film de Rubaiyat Hossain. Disponible en VOD en la plataforma cinemaduparc.com
Por Jorge Gutman
Como ardiente defensora de los derechos humanos la cineasta Rubaiyat Hossain nacida en Bangladesh ha participado activamente en organizaciones feministas de su país. Su fervor es evidenciado en esta película que por la forma en que está expuesta más se asemeja a un documental testimoniando la situación de humildes mujeres trabajadoras y la forma en que son explotadas por sus empleadores.
La acción de Made in Bangladesh se centra en Shimu (Rikita Nandini Shimu), una mujer de 23 años que habiendo crecido en una aldea rural del país, a los 14 años dejó su hogar porque su madrastra la forzaba a casarse con un hombre de mediana edad. Radicada en Dacca, la capital, habita en una precaria vivienda alquilada en un sector extremadamente pobre junto con su marido Sohail (Mostafa Monwar).
Estando su esposo desempleado el único ingreso del hogar proviene de su trabajo como costurera en una manufactura de ropas. Es allí que ella, al igual que todo el personal femenino laboral, se encuentra sometida a jornadas de intenso trabajo en condiciones paupérrimas de seguridad, percibiendo un mísero salario sin remuneración alguna por las horas extras y tolerando el rudo trato de sus superiores.
La nota dramática acontece cuando en el local se produce un incendio durante las horas de trabajo causando la muerte de una obrera. Como consecuencia del grave accidente, Shimu es entrevistada por una periodista quien la vincula con Nasima Apa (Shahana Goswami), una noble activista que alienta la necesidad de constituir sindicatos a fin de salvaguardar los derechos humanos de la clase trabajadora. Es así que habiendo adquirido plena conciencia de la importancia de agremiarse, esta mujer consigue persuadir a sus colegas para que se adhieran al proyecto de crear un sindicato que defienda sus derechos e impida que en lo sucesivo sigan trabajando como si fuesen esclavas.
Sin embargo, el propósito de Shimu de crear una agrupación laboral encuentra serios obstáculos provenientes de su marido que la insta a no embarcarse en ese proyecto, unido a las amenazas de la empresa de despido para quienes participen en su ejecución, así como también a la corrupción de funcionarios del gobierno para evitar que el sindicato se concrete.
La directora, responsable del guión escrito con Philippe Barriere, logra un buen documento social exponiendo la competitividad lograda por empresas ubicadas en el tercer mundo a costa de los miserables salarios pagados a sus empleados; asimismo expone el comportamiento patriarcal de una sociedad donde la mujer debe someterse a la voluntad de su esposo. De allí que resulta inspiradora la actitud decidida y enérgica de la protagonista de esta historia en la lucha que emprende por una noble y justa causa demostrando el empoderamiento femenino.
Con una excelente interpretación protagónica de Shimu, el film adquiere notable autenticidad tanto en la descripción de los personajes involucrados como así también ilustrando los rasgos culturales de uno de los países más desfavorecidos del mundo cuya tercera parte de la población vive por debajo del nivel de pobreza.
ZOMBI CHILD. Francia, 2019. Un film escrito y dirigido por Bertrand Bonello. Disponible en VOD en la plataforma cinemamoderne.com
El director Bertrand Bonello, igualmente autor del guión, ofrece un fascinante relato donde adecuadamente se entremezclan la ficción y la realidad al incursionar en las creencias pertinentes a la cultura haitiana.
Basado en una historia real, la acción se inicia en Haití en 1962 donde Clairvius (Mackenson Bijou), un humilde joven, es víctima de drogas ingeridas que le producen su muerte y consecuente sepultura. Sin embargo, las apariencias engañan porque prontamente quedará desenterrado y transformado en un zombi vilmente explotado al estar obligado a trabajar en las plantaciones de caña de azúcar por quienes están al frente de la dictadura que impera en el país.
Simultáneamente el desarrollo de esta historia se traslada a la época actual en un elitista liceo de señoritas de París donde sus alumnas pertenecen a prestigiosas familias que han sido condecoradas con la Legión de Honor; la única estudiante negra es Melissa (Wislanda Louimat), quien nacida en Haití, se mudó a Francia conviviendo con su tía Katy (Katiana Milfort), cuando sus padres perecieron en el violento terremoto que afectó al país en enero de 2010. La razón de haber sido aceptada en el prestigioso establecimiento escolar es debido a que su madre había recibido la Legión de Honor por su lucha contra el dictador François Duvalier. Aunque al principio es discriminada racialmente por sus condiscípulas, finalmente es acogida por el grupo al pasar un test recitando el poema Cap’tain Zombi de René Depestre.
Entre las discípulas del colegio se encuentra Fanny (Louise Labèque) quien mantiene una buena comunicación con Melissa; al haber sido abandonada por su novio resuelve acudir a Katy para que ella, como experta en la práctica del vudú, consiga recuperar a su amado.
Lejos de adoptar una narrativa convencional, los dos relatos -el de Haití y el de Francia- no se encuentran perfectamente cohesionados; de todos modos, eso no disminuye el interés de esta intrigante y desconcertante historia de Bonello mostrando cómo las prácticas colonialistas de Francia dejaron desafortunados resabios en Haití, a través de la esclavitud de los zombis.
JEANNE. Francia, 2019. Un film escrito y dirigido por Bruno Dumont. Disponible en VOD en la plataforma cinemamoderne.com
Aunque Bruno Dumont es considerado como uno de los realizadores de cine de autor su filmografía que adopta casi siempre un tratamiento escasamente convencional puede dividir a la audiencia. Algo de eso acontece con Jeanne que en la sección Un Certain Regard de Cannes 2019 obtuvo una mención especial del jurado.
Su presente trabajo es continuación de Jeannette, l’enfance de Jeanne d’Arc realizado en 2017 con la interpretación de Lise Leplat-Prudhomme, que como su título lo indica es una evocación de la infancia de la celebrada heroína francesa. Para los cinéfilos incondicionales de Dumont, su estreno no les deparó sorpresa al haber asistido a un relato que adquiere el carácter de una comedia musical decididamente excéntrica.
Ahora el realizador enfoca a Jeanne en sus años adolescentes, nuevamente caracterizada por Leplat-Prudhomme con tan solo 10 años de edad. La acción comienza en 1429 donde Jeanne de 17 años lidera al ejército francés en su lucha contra Inglaterra en la Guerra de los 100 Años. Enfrentada a los miembros del clero que no aceptan su autoridad ni su visión teológica, la joven es sometida a juicio por herejía y finalmente sentenciada a morir en la hoguera en 1431.
Con una puesta en escena minimalista el director nutre al relato con música rock apartándose de cualquier amago de efectuar una fiel semblanza de la Doncella de Orleans y sin la intención de emular las versiones realizadas por afamados autores como Carl Dreyer y Robert Bresson, entre otros. El film de 138 minutos con algunas extremadas largas secuencias termina extenuando para los no adictos al cine de Dumont; con todo cabe distinguir la excelente interpretación de la niña Leplat-Prudhomme -haciendo abstracción de la edad de su personaje- quien cautiva con su intensa mirada a la vez que transmite el espíritu guerrero y la fe espiritual de la malograda mártir. Visualmente impecable, en este transgresivo drama histórico es destacable la fotografía de David Chambille evocando las escenas de combate mediante un impecable ballet hípico.
ALL THAT I AM. Noruega-Dinamarca, 2020. Un film de Tone Grottjord-Gleene
Tratado en varias oportunidades por el cine, la directora Tone Grottjord-Gleene vuelve a considerar el espinoso tema de la pedofilia en este dramático y conmovedor documental que transcurre en Noruega.
Hace algunos años la realizadora se impuso de una serie de casos judiciales acerca del abuso de menores que tuvieron lugar en el país. Uno de los hechos que más la sorprendió es que la reacción de las víctimas se hizo notar más de una década y media después de lo acontecido. Es así que eso la ha inspirado para ubicar a alguien sobreviviente de esta penosa experiencia y después de conversaciones mantenidas con diferentes agencias que tratan estos casos, una de las mismas le permitió entrar en contacto con Emilie Andrea Franklin Dahl, una joven adolescente de 18 años que ha sido atormentada en su infancia.
Después de haber sido sexualmente vejada por su padrastro desde los 6 hasta los 12 años de edad ella retorna a su hogar con la esperanza de emprender un nuevo capítulo de su vida con su madre y hermanastras dejando atrás su triste infancia y adolescencia. En el trato que la documentalista mantiene con Emilie, no procura indagar en su pasado sino en el presente aunque de alguna manera es difícil dejarlo de lado. Con suma delicadeza y fina sensibilidad femenina, la directora deja que su entrevistada se exprese libremente, transmitiendo su trauma reflejado en depresión, lastimosas pesadillas, ataques de pánico y cruciales temores de que su padrastro que se encuentra en prisión pero próximo a gozar de libertad pueda emerger nuevamente persiguiéndola. El lado positivo de esta historia se manifiesta en la inclinación de Emilie hacia la escritura lo que unido a obtener una educación formal y apoyada por las sesiones de terapia le permitirán reintegrarse a la sociedad en su transición hacia la vida adulta.
En todo momento esta vulnerable adolescente obtiene la empatía del espectador al admirar su valentía para abrirse y ventilar el oprobio del cual ha sido objeto en su niñez. A todo eso, se observa cómo su madre y sus hermanastras tratan de que ella les perdone por no haber sido conscientes de ver y reaccionar en su momento lo que durante tanto tiempo Emilie ha padecido.
En esencia, All That I Am es un muy emotivo documental que merece su visión durante su presentación en la presente edición virtual de Hot Docs (hotdocs.ca)
A WHITE, WHITE DAY. Islandia-Dinamarca-Suecia, 2019. Un film escrito y dirigido por Hlynur Pálmason Disponible en VOD en las plataformas cinemaduparc.com y cinemamoderne.com
El director y guionista Hlynur Pálmason considera en A White, White Day (Islandia-Dinamarca-Suecia), el duelo vivido ante la pérdida de un ser amado. En una excelente secuencia inicial se observa a un automóvil transitando en una carretera de Islandia, completamente aislada cubierta de nieve y niebla; ahí se tiene la sensación que algo serio habrá de ocurrir, hecho que se confirma cuando se produce un accidente. Como consecuencia del mismo, se llega a saber que el ex policía Ingimundur (Ingvar E Sigurdsson) ha enviudado al morir su querida esposa en el trágico incidente. De allí en más su profunda pena se ve en parte atenuada con la presencia de su nieta Salka (Ída Mekkín Hlynsdóttir).
Tratando de aferrarse a los recuerdos de los momentos felices vividos con su cónyuge, va revisando viejas fotografías hasta que sorpresivamente comienza a tener indicios que su mujer pudo haberle sido infiel al haber mantenido relaciones adúlteras con alguien que él conoce.
A partir de allí, el cineasta transmite con elocuencia el desconcierto así como el dolor emocional de Ingimundur temiendo que a través de la investigación que efectuará llegue a confirmarse la doble vida de su señora y cómo él podrá sobrellevar semejante peso.
Remarcablemente construido, recurriendo a una narración clara, concisa y sin apelar a golpes bajos, Pálmason logra un sensible drama psicológico, realzado por la contenida interpretación de Sirgudsson quien transmite con notable intensidad el duelo inicial, desconcierto posterior, la rabia y finalmente el efecto traumático de su protagonista. El desolado panorama invernal resaltando el paisaje brumoso es captado por la excelente fotografía de Maria von Hausswolff, que se asocia magníficamente al clima emocional de este gratificador film.
Comments (0)