Gobierno México monopoliza venta fármacos
Gobierno México monopoliza venta fármacos
Sistema de salud comprará las medicinas por medio de la ONU
CIUDAD DE MEXICO, 31 JUL – El gobierno mexicano anunció la creación de su propia empresa distribuidora de medicinas, que serán adquiridas a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Se trata de un intento por romper con el monopolio de la venta de fármacos a empresas estatales de los grandes laboratorios internacionales.
También se busca poner un freno a la corrupción derivada de jugosas comisiones que supuestamente van a dar a los bolsillos de altos funcionarios para favorecer a determinadas empresas en las licitaciones.
El director de la empresa pública de distribución de medicinas será David León, hasta ahora coordinador general de Protección Civil del ministerio de Gobernación, informó el presidente Andrés López Obrador.
El mandatario indicó que en dos semanas iniciará operaciones la compañía que distribuirá medicamentos, equipo médico y vacunas en todo el país y busca también poner fin a la escasez de medicinas e implementos sanitarios en el sistema nacional de salud.
“Será una empresa bien constituida para que no falten los medicamentos ni en el pueblo más apartado. En la sierra, en las zonas más distantes, tienen que llegar los medicamentos gratuitamente”, indicó López Obrador.
El jefe de Estado precisó que la ONU se encargará de la coordinación para adquirir los insumos la ONU a fin de “garantizar transparencia en el proceso”.
“La ONU hace el análisis de mercado, solicita propuestas y convoca. Se busca calidad y precio, se llega al acuerdo del envío a la Ciudad de México, a los aeropuertos del país”, afirmó.
“A partir de ahí la distribuidora va a tener almacenes y un sistema de transporte para entregar las medicinas”, indicó.
Además, de los fármacos, las vacunas y equipos serán comprados por medio de licitaciones internacionales en las que podrán participar también empresas mexicanas.
López Obrador firmó con representantes de la ONU un convenio general para “será garantizar que las medicinas, vacunas y equipos médicos lleguen a todos los centros de salud, clínicas y hospitales públicos, incluyendo los más apartados”.
Para crear la empresa, el Congreso aprobó una reforma a la Ley de Adquisiciones de la administración federal que permite al gobierno adquirir medicamentos en el extranjero.
“Se obtendrán medicinas de buena calidad, a bajos precios y sin corrupción”, afirmó el mandatario.
Desde hace varios meses, se han sucedido una oleada de demostraciones callejeras para denunciar la falta de abasto de medicamentos y la escasez de equipos básicos para enfrentar los desafíos de la pandemia global de Covid-19.
México ha sido uno de los países con mayor tasa de muertes y contagios de personal sanitario en el mundo a causa del coronavirus, debido a la precaria situación de los hospitales públicos.
El ministro de Salud, Jorge Alcocer, afirmó que la “industria nacional no queda excluida de los procesos de licitación”, pero sólo participarán “aquellas que cumplan con los altos niveles de calidad y honestidad”.
El canciller Marcelo Ebrard señaló que “es la primera vez en la historia” que el gobierno mexicano encarga a “una agencia internacional una licitación de esta naturaleza”, la cual “probablemente sea la más grande en manos de la ONU de un solo país”.
Especialistas consideraron que crear una sola empresa distribuidora de medicinas podría resultar un mayor desafío que poner a competir a varias compañías privadas en la distribución de medicinas.
Desde enero pasado, antes de iniciarse la pandemia, se denunció que, de los 32 estados mexicanos, 24 presentaban desabasto de medicamentos y escasez de personal, luego que el gobierno impuso un drástico recorte al gasto gubernamental.
En mayo de 2019, el director del Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), Germán Martínez, presentó su renuncia con una carta pública en la que dijo que “yo no voy a despedir a los doctores” al advertir que “la gente se va a morir en las calles” cuando se avecinaba la medida.
La escasez de materiales de curación, medicinas y de equipamiento afecta sobre todo a enfermos con VIH, niños con cáncer, diabéticos en espera de insulina y otros enfermos crónicos.
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