El Rincón del Profe
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VOLVER A ENTRENAR LUEGO DE UNA PATOLOGÍA CARDÍACA
Por Fernando Umbides. Buenos Aires, Argentina.
¿Se puede volver a practicar deporte tras haber sufrido un infarto? Sí, pero la intensidad y el tipo de ejercicios variarán en función de la situación en la que ha quedado el corazón.
Tal y como señala Araceli Boraita, miembro de la Sociedad Española de Cardiología y jefa del Servicio de Cardiología de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte, antes de empezar a practicar ejercicio hay que averiguar cómo está la situación del miocardio, si el paciente tiene isquemia miocárdica o no, y si hay presencia de arritmias al practicar deporte. Todo esto lo valorará el cardiólogo.
“Poniéndonos en el supuesto de que una persona no tuviera riesgo de arritmias ni isquemia inducida por el ejercicio y que está asintomático, éste podría practicar prácticamente casi todos los deportes”, indica Boraita. Pero, ¿cuáles son?
Las mejores actividades
La experta explica que el mejor deporte que se puede realizar tras sufrir un infarto es aquel que más masa muscular mueve, el que es más fácil de dosificar y controlar.
“La carrera a pie, trotar, es el mejor ejemplo”, añade. “Pueden practicar desde la media hasta la larga distancia; ambas mucho menos intensas que las carreras de velocidad o las de corta distancia. Este sería uno de los deportes más aconsejables”.
Otra opción es el ciclismo de carretera, preferible a la mountain bike, que es mucho más exigente que el de carretera. “Este deporte también es muy fácil de dosificar, el único requerimiento para practicarlo es saber ir en bici”, apostilla Boraita. “La natación también es recomendable, pero necesitas tener buena técnica, si no es así, no es aconsejable”.
¿Y se pueden practicar deportes en equipo?
La especialista indica que el tenis, el pádel u otros del estilo son menos aconsejables, ya que al practicarlos es mucho más difícil dosificar y controlar la intensidad del esfuerzo. “Cuando están en mitad de una jugada no pueden pararse y decir no puedo subir de esa frecuencia cardiaca y dejar pasar una pelota, en los deportes individuales, sí”, explica.
La experta hace hincapié en que es importante que los deportes sean los que más motiven al paciente. Por ejemplo, hay gente a la que no le gusta correr y prefiere el senderismo, puede practicarlo siempre y cuando sea un senderismo en el que no haya muchos desniveles.
Beneficios y recomendaciones
Los beneficios que tiene para la salud practicar deporte después de un infarto son muchos, según Boraita: “Van a combatir los factores de riesgo cardiovascular, el ejercicio físico ayuda a controlar la tensión arterial, el peso y combatir el sobrepeso, en definitiva a mejorar el perfil lipídico y los niveles de glucemia”, señala. “Además, permitirá reducir el estrés y la ansiedad y ayudará a mejorar el descanso nocturno y el ritmo intestinal”.
Por otro lado, también contribuirá a que los pacientes empiecen a socializar, porque en muchos casos estarán asustados y pueden pensar que su vida se va a acabar. “El deporte forma parte de la prevención secundaria y completa el tratamiento que los pacientes van a seguir. Otro dato importante es que practicarlo va a evitar que haya otro segundo accidente cardiovascular”.
Respecto a las recomendaciones que deberán seguir, Boraita destaca dos:
Tener en cuenta si ha practicado antes deporte. Si es que no, lo primero que tiene que hacer es pasar por un programa de rehabilitación cardiaca que de alguna forma le acondicionaría para estar listo para el ejercicio físico.
Preguntar al cardiólogo. Debe plantearle que quiere hacer deporte, el experto le recomendará las actividades que se adaptan mejor a su situación y a qué intensidad debe realizarlas.
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