THE GLORIAS. Estados Unidos, 2020. Un film de Julie Taymor. 144 minutos.
THE GLORIAS. Estados Unidos, 2020. Un film de Julie Taymor. 144 minutos.
Por Jorge Gutman
Gloria Steinem es una destacada periodista y escritora americana de 86 años de edad, además de haber sido una infatigable activista defensora de los derechos de la mujer. Para reflejar su vida la realizadora Julie Taymor decidió abordarla basándose en su libro My Life on the Road. Timor refleja la personalidad de esta remarcable figura en diferentes etapas de su existencia valiéndose de 4 actrices.
La infancia de Gloria (Ryan Kiera Armstrong) transcurre en el seno de una familia un tanto desestabilizada con un padre (Timothy Hutton) viajante y deseoso de conocer el mundo y una madre (Enid Graham) que sufre de una considerable depresión, siendo cuidada por ella y su hermana. Pasando rápida revista a su adolescencia (Lulu Wilson) se llega a la etapa de la Gloria adulta (Alicia Vikander) donde queda clara su vocación de periodista; sin embargo ella encuentra obstáculos en su camino cuando trabajando como free lance los trabajos que le son asignados se refieren a columnas de moda, en tanto que las publicaciones de contenido más relevante son confiadas a sus colegas masculinos. Esa discriminación sexual la impulsa a crear en 1971 la revista Ms donde en ese quehacer sus artículos adquieren amplia resonancia; es así que Steinem va adquiriendo prominencia en el movimiento feminista dispuesto a resistir la autoridad patriarcal.
Con el paso del tiempo se percibe a Gloria (Julianne Moore) en una etapa más avanzada de su vida en la que ya es considerada un ícono nacional que condenando la misoginia imperante aboga por la defensa del legítimo derecho que asiste a la mujer al igual que su contraparte masculina. En su ilustración de los momentos decisivos de su vida, el guión de la realizadora escrito con la dramaturga Sarah Ruhl destaca los encuentros de Gloria con otras figuras trascendentes de esta corriente como Dorothy Pitman Hughes (Janella Monáe) que le enseña cómo dirigirse al público sin titubear como así absorbe las sabias lecciones de la afroamericana abogada Florynce Kennedy (Lorraine Toussaint) y de Bella Abzug (Bette Midler), la primera congresista judía de Estados Unidos completamente embanderada con la cruzada llevada a cabo por Steinem.
Si bien el retrato que Taymor ofrece de esta mujer es altamente inspirador, la forma en que ella lo estructura no resulta muy disciplinada; así, apelando a los flashbacks se asiste a diversos incidentes que saltando continuadamente a través del tiempo no permiten que los mismos estén adecuadamente entroncados; a ello se añade el estilo psicodélico empleado para ciertas escenas que son innecesarias, distrayéndolas del foco central del relato. De todos modos las observaciones apuntadas no desmerecen este ambicioso proyecto destacando el sólido mensaje de Steinem y ratificado emocionalmente con la célebre Marcha de las Mujeres de 2017 que tuvo lugar en Washington. El film igualmente es valorizado por las remarcables caracterizaciones de Vikander y Moore reflejando la gravitación que ha tenido esta icónica luchadora por la liberación femenina.
Nota: El film se encuentra disponible en las plataformas de streaming Amazon Prime, Apple TV/iTunes, Rogers On Demand, Shaw on Demand, Bell On Demand y Telus On Demand.
NADIA BUTTERFLY. Canadá, 2020. Un film escrito y dirigido por Pascal Plante. 107 minutos
Este muy buen drama de Pascal Plante considera de manera íntima y psicológicamente los avatares de la vida de una atleta que ha decidido retirarse de su carrera profesional.
La acción del relato que se desarrolla en la villa olímpica de Tokio, donde se supone que las Olimpíadas de 2020 tienen lugar tal como estaban planeadas, gira en torno de Nadia (Katerine Savard), una prodigiosa nadadora de Quebec que participa en el evento.
Toda la gloria del deporte se caracteriza en triunfar cuando llega el momento de competir, sin embargo ese logro tiene un considerable costo en la medida que insume grandes esfuerzos en términos de rigor físico, estricta disciplina, régimen alimenticio y el preciso cumplimiento del horario programado; es por eso que después de la actual competencia Nadia ha decidido dejar el mundo del deporte en el que estuvo sumergida durante muchos años de su vida, siendo su propósito el de lograr una nueva identidad como persona.
El relato fundamentalmente reposa en las sesiones de entrenamiento previas a la gran jornada, donde Nadia sigue atentamente las instrucciones de Sébastien (Pierre-Yves Cardinal), su estimado entrenador de largo tiempo. En este quehacer ella se encuentra acompañada por Marie-Pierre (Ariane Mainville), su compañera deportiva franco canadiense por espacio de una década con la cual cimentó una gran amistad, como así también por las anglófonas Karen (Hilary Caldwell) y Jess (Cailin McMurray).
En esta historia Plante ha contado con la valiosa colaboración de la fotografía de Stéphanie Weber Biron captando estupendamente los ágiles movimientos desplegados por Nadia mientras está nadando en estilo mariposa; eso resalta aún más en la admirable escena que tiene lugar en los relevos de los 4 x 100 metros, ofreciendo una inmejorable sensación de autenticidad. En tal sentido uno de los grandes logros del film es precisamente la veracidad que destila, en gran parte debido a que el realizador en el pasado ha sido un nadador competitivo en tanto que Savard y Mainville son consumadas nadadoras en la vida real.
Además de la faceta deportiva el film ofrece un momento de tensión cuando Nadia sin querer hiere los sentimientos de sus compañeras de equipo al comentar que para triunfar en el deporte no es tanto el esfuerzo colectivo que cuenta sino más bien el individualismo personal; con todo, la sangre de ninguna manera llega al río porque en el grupo predomina un marcado sentimiento de solidaridad. El relato de Plante no escatima algunos momentos de notable emotividad como la pena que experimenta el entrenador con el alejamiento de su querida discípula, como así también el hálito melancólico producido cuando finalizado el torneo llega el momento en que Nadie se despide de Marie-Pierre.
Plante ha logrado un sólido film deportivo que se distingue por su completa verosimilitud y por su calificado elenco en el que Savard en el rol protagónico transmite vivamente los vaivenes emocionales de Nadia en vísperas de su tránsito hacia un nuevo rumbo de su existencia.
DE GAULLE. Francia, 2020. Un film de Gabriel Le Bomin. 108 minutos
Un retrato íntimo y humano del general de Gaulle es lo que el realizador Gabriel Le Bomin refleja en este film que transcurre durante la Segunda Guerra Mundial.
La acción transcurre entre abril y junio de 1940 cuando aún no está decidida la suerte de Francia a pesar de que el ejército nazi ya ha comenzado a franquear la frontera de la nación. Es en ese entonces que el coronel Charles de Gaulle (Lambert Wilson) tratando de disfrutar los últimos momentos de tranquilidad en compañía de su mujer Yvonne (Isabelle Carré) y sus tres hijos, es convocado por Paul Reynaud (Olivier Gourmet) liderando el gobierno francés para recibir su asesoría sobre la actitud que debe asumir el país. Mientras que el coronel considera que lo más conveniente es enfrentar al invasor con la participación de Gran Bretaña, su posición es cuestionada por el mariscal Pétain (Philippe Laudenbach) quien considera que la mejor estrategia consiste en negociar la paz con Alemania. Frente a esta divergente situación, de Gaulle a instancias de su superior se traslada a Inglaterra para convencer al primer ministro Winston Churchill (Tim Hudson) de ofrecer a Francia su apoyo militar a fin de enfrentar al enemigo invasor. A través de una crítica semana que tiene lugar en el mes de junio, los acontecimientos se precipitan en la medida que Reynaud deja su cargo y es Pétain quien lo reemplaza y capitula con la Alemania nazi mediante la firma del armisticio y la consecuente implantación del humillante régimen de Vichi. Frente a esos acontecimientos, de Gaulle que sigue permaneciendo en Londres mientras que su familia huye de Francia, pronuncia el 18 de junio un histórico discurso radial a través de la BBC; que constituye un llamado a la resistencia del pueblo francés frente a la ocupación del ejército nazi.
Valiéndose de su propio guión escrito con Valérie Ranson-Enguiale, Le Bomin efectúa un recuento histórico bien conocido aunque su convencional narrativa adolece de la fuerza necesaria capaz de suscitar gran excitación. Más asemejado a un teleteatro bien filmado, los momentos de mayor interés residen en la intimidad familiar del héroe francés. En tal sentido resulta emotivo, el apoyo que en todo momento Yvonne brinda a su marido, el especial cuidado, protección y amor hacia su discapacitada hija Anne (Clémence Hitten) afectada por el síndrome de Dawn, como así también la incertidumbre creada cuando su señora con sus hijos escapan del país mientras él se encuentra en Inglaterra.
Wilson personifica adecuadamente a de Gaulle transmitiendo con gran convicción el crucial momento en que se dirige a su pueblo en la transmisión radial, como así también reflejando su sensibilidad como el afectuoso hombre de familia. El resto del elenco se desempeña correctamente con especial mención de Carré y Gourmet en papeles de apoyo. Globalmente considerado el film se ve gratamente aunque su insuficiente tensión dramática lo torna demasiado blando.
THE LAST SHIFT. Estados Unidos, 2020. Un film escrito y dirigido por Andrew Cohn. 91 minutos.
En su primer largometraje de ficción el documentalista Andrew Cohn demuestra poseer la suficiente sensibilidad para captar las vicisitudes atravesadas por gente que vive en el corazón de la América profunda sin gran posibilidad de modificar su destino.
Uno de los personajes del relato es Stanley (Richard Jenkins) que reside en Albion, Michigan, habiendo decidido jubilarse después de 38 años de trabajo como empleado en el turno nocturno de un restaurante de comida ligera; su propósito es trasladarse a Florida donde su enferma madre vive en un hogar de retiro para ancianos. El otro protagonista de la historia es Jevon (Shane Paul McGhie), un joven afroamericano que habiendo estado en prisión por haber cometido un acto de vandalismo a un monumento público, se encuentra en libertad condicional; teniendo la obligación de encontrar un empleo para no tener que completar los restantes 10 meses faltantes de su sentencia, él lo logra al ser reclutado por la gerente del establecimiento (Da’Vine Joy Randolph) donde Stanley trabaja.
Lo más importante del relato reside en la relación que se genera durante el período de entrenamiento en el que Stanley le enseña al novel empleado las gajes del oficio. Opuestos en personalidad, así como en diferencia de edad y color de piel, esa temporaria convivencia permitirá que gradualmente surja entre ambos un mutuo respeto y aprecio. En el intercambio que se produce, Jevon remarca a su entrenador que a pesar del privilegio de ser blanco, él no lo supo aprovechar: así, después de tantos años dedicado con empeño y esmero a cumplir su labor, goza de un bajo salario horario debido a la indiferencia de sus empleadores. A su vez, Jevon comprende que tampoco el medio en que convive le permitirá un mejor horizonte como padre de un pequeño hijo y con su pareja (Birgundi Baker) dispuesta a dejar la ciudad para estudiar en la universidad.
Dando su voz a los anónimos seres de una América dejada de lado, a través de estos dos personajes, el realizador con mucha sutileza y sin complacencia alguna ilustra la diferencia racial así como la situación económica reinante que no alienta un porvenir aventurado para quienes se encuentran en los estratos inferiores de la sociedad.
Con una impecable narrativa, Cohn evita que la naturaleza del tema desborde en melodrama sazonando a su relato con algunas escenas de un eficaz humor absurdo. Dando vida al contenido de esta historia, el director ha contado con soberbias actuaciones del duo protagónico. Jenkins, quien ha dado suficientes muestras en el pasado de ser un consagrado intérprete, ampliamente convence como el individuo que siempre se ha comportado correctamente aunque sin tener en cuenta la realidad circundante; por su parte, el joven McGhie estupendamente transmite la energía, entusiasmo y optimismo de su personaje al estar persuadido de que debe cambiar de rumbo para superarse a sí mismo. En resumen, The Last Shift se destaca como una ennoblecedora comedia agridulce que amerita su apreciación.
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