Ni desfibrilador, ni médico en la casa de Maradona
Ni desfibrilador, ni médico en la casa de Maradona
La justicia avanza en la investigación. Puntos oscuros
BUENOS AIRES 28 NOV – Diego Maradona había tenido una “pelea” con su médico personal, Leopoldo Luque, el jueves de la semana pasada y el profesional no volvió en todo el fin de semana a verlo, según testimonios de testigos en la causa que investiga la muerte del astro.
Lo revela hoy el periódico Página 12, que señala que en el expediente judicial figura que el enfermero Ricardo señaló que “esas cosas solían suceder” y que Diego “empujó a Luque, echándolo”.
También la cocinera confirmó la pelea entre el astro y el galeno.
Pero, por momentos, Maradona no quería ni que lo toquen ni que lo despierten ni que lo controlen, pasaba horas encerrado en su habitación, amplió el periódico basado en testimonios que están en la causa.
Aparentemente, según los dichos de dos enfermeros (un hombre y una mujer), que se desempeñaban en la casa de Maradona, el control al Diez (temperatura, signos vitales, etc.) era desordenado y con altos y bajos.
“Maradona no estaba en internación domiciliaria. Estaba dado de alta”, recalcó la enfermera Dahiana ante los fiscales, lo que muestra que nadie vislumbraba el peligro.
Dahiana describió que a las 7.30 del miércoles -cuando Maradona murió- lo escuchó ir al baño y que a las 8.20 o 9.20 Maradona se negó a los controles, según su testimonio. Esto implica, que según sus datos, Maradona estaba con vida a esa hora.
No obstante, ni ella ni nadie entró a la habitación.
Algunos testimonios, prosigue Página 12, indicaron que el astro ni siquiera recibía la medicación de los enfermeros, sólo de su sobrino Johny y su asistente, Maxi.
Los fiscales de San Isidro que intervienen en el caso, bajo la conducción del procurador John Broyard, investigan posibles negligencias médicas.
Hasta ahora, los dos personajes claves en la trama médica, el neurocirujano Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov no fueron citados a declarar.
Para algunos expertos en derecho, eso podría ser indicio de que corren riesgo de ser imputados. Pero la investigación aún está en marcha.
Hay algo concreto de los testimonios que la justicia recogió hasta el momento: al barrio cerrado San Andrés -en la periferia de Buenos Aires, donde se alojaba Maradona- no concurrió ningún médico durante todo el fin de semana largo (el lunes pasado fue feriado en Argentina), aunque hubo consultas telefónicas.
La falta de un desfribilador cardíaco en la casa o la ausencia de un médico representan los puntos oscuros que deberá dilucidar la Justicia.
Los fiscales investigan si esa falta de atención implica algún delito como mala praxis médica.
La última planilla con sus signos vitales, completada a las 21.30 del martes, dejó establecidos los siguientes valores: presión arterial 130/100; frecuencia cardíaca 107; temperatura 36,8 y saturación de oxígeno 98.
Los parámetros seguramente llevan a un dilema y habrá que ver con precisión científica si Maradona debió concurrir un médico porque tal vez los datos eran inquietantes para un paciente con antecedentes cardíacos serios.
Otra polémica se instala en el momento en que se fue de la Clínica Olivos, tras la operación de Los médicos de la empresa prepaga de medicina Swiss Medical no estaban de acuerdo en que se fuera a una casa e insistían en que debía ir a un instituto donde realizar la rehabilitación toxicológica y neurológica.
Ellos se oponían a que volviera a estar en un lugar en el que no está claro quién entra. Pero, la voluntad de Maradona, como siempre, es lo que pesó.
Comments (0)