México: El Ejército vinculado a los 43 estudiantes

México: El Ejército vinculado a los 43 estudiantes

En medio de la violencia y las desapariciones, reclamo de familiares por justicia en Ciudad de México.
(foto: ANSA)

Nuevas revelaciones de un testigo protegido de la Fiscalía

CIUDAD DE MEXICO, 21 ENE – Miembros del Ejército mexicano estuvieron directamente involucrados en la desaparición y probable asesinato de 43 estudiantes en la sureña ciudad de Iguala, el 26 de septiembre de 2014, según nuevas revelaciones de un testigo protegido de la Fiscalía General.
La participación de militares en el arresto y entrega de los jóvenes a la banda criminal “Guerreros Unidos” hasta ahora sólo era una conjetura, aunque los padres de las víctimas y organizaciones civiles siempre sostuvieron que los soldados habían tenido participación en este tenebroso episodio.
Según un testigo protegido identificado como “Juan”, supuesto dirigente de la banda criminal, citado por el matutino Reforma, los estudiantes de la Escuela Normal Rural para Maestros de Ayotzinapa fueron detenidos no sólo por policías y narcotraficantes.
Los jóvenes habían secuestrado varios buses para trasladarse unos días después a una manifestación en la capital mexicana pero fueron detenidos al ser confundidos con delincuentes.
Los militares arrestaron a un grupo de estudiantes y los llevaron al Cuartel del 27 Batallón de Infantería de Iguala, para luego entregarlos a Guerreros Unidos, como lo hicieron los policías de la ciudad.
El trágico caso, que hizo caer hasta el abismo la popularidad del entonces presidente Enrique Peña Nieto, concluyó con la muerte de los estudiantes, pero según la versión oficial del entonces Procurador General Jesús Murillo, los jóvenes fueron trasladados a la vecina ciudad de Cocula.
En el trayecto fueron asesinados y los cuerpos supuestamente fueron quemados en un basural de esa urbe, de acuerdo con el informe oficial de Murillo, que éste bautizó como “La Verdad Histórica”.
Sin embargo, las nuevas revelaciones señalan que los detenidos fueron asesinados en “una guarida” de Guerreros Unidos en Iguala, sus restos descuartizados y colocados en bolsas de plástico para llevarlos al crematorio de la Funeraria “El Angel”.
Las cenizas fueron arrojadas en el basural de Cocula para hacer creer a las autoridades que ahí habían sido quemados, dijo el testigo.
“Se los llevaron en bolsas como las que transportan valores, muy gruesas, de plástico transparente. Se transportaron en camionetas. Se hicieron varios viajes que les llevó más o menos dos o tres horas de ir y venir”, relató el testigo protegido.
El ministro de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, respondió a esta denuncia al señalar que “si alguno de nuestros elementos en el transcurso del cumplimiento de sus misiones (…) comete errores, tendrá que responder” ante la justicia.
El presidente Andrés López Obrador, que asumió su encargo el 1 de diciembre de 2018, anunció un “giro total” en las investigaciones, para desmentir la “verdad histórica”, pero hasta ahora todavía quedan muchos puntos oscuros en la investigación.
López Obrador ordenó crear una Comisión de la Verdad con la participación de las familias y la Fiscalía para revivir la investigación.
El gobierno mexicano investiga la manipulación de la investigación por el gobierno de Peña Nieto para dar un apresurado cierre definitivo del caso.
El movimiento de padres y familiares está más vivo que nunca, como lo demostraron las protestas realizadas en septiembre pasado, al cumplirse seis años de la tragedia.
Más de 60 personas habrían sido detenidas, acusadas falsamente de cometer el crimen, víctimas de tratos crueles y degradantes, y un video reciente reveló que el propio Zerón habría participado en estas torturas.
El vocero de los padres de los desaparecidos señaló que “a seis años de la trágica noche de Iguala”, los familiares “están desgastados, pero mantienen la esperanza de conocer qué pasó con sus hijos”.
El reciente hallazgo de los restos del estudiante Christian Aguilar lejos del supuesto escenario de los asesinatos dio un nuevo vuelco a la investigación, y marco un “antes y un después” en el tiempo, lugar y circunstancias del caso, según autoridades.