MALCOLM & MARIE. Estados Unidos, 2020. Un film escrito y dirigido por Sam Levinson. Disponible en Netflix
MALCOLM & MARIE. Estados Unidos, 2020. Un film escrito y dirigido por Sam Levinson. Disponible en Netflix
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Zendaya y John David Washington en MALCOM & MARIE
Por Jorge Gutman
En su doble condición de realizador y guionista Sam Levinson enfoca la crisis de una joven pareja afroamericana. Aunque la desintegración de un matrimonio ha sido considerada por el cine en varias oportunidades, en este caso el aspecto planteado se acerca más a lo que Edward Albee concibió en 1962 en su remarcable obra Who’s afraid of Virginia Woolf que cuatro años después fue trasladada al cine.
Básicamente el guión gira en torno de los personajes que dan título al film. En su comienzo se observa a Malcolm (John David Washington), un joven director de cine que acompañado de su novia Marie (Zendaya) de 25 años a la una de la noche regresan a su suntuosa residencia de Malibú después de haber asistido en Los Ángeles al estreno de su ópera prima. Jubilosamente, el realizador expresa su alegría comentando con Marie sobre la cálida acogida recibida de la crítica y el público asistente como así también su deseo de emprender una carrera similar a las de sus colegas de igual raza Spike Lee y Barry Jenkins. Demostrándole su amor a Marie ella se halla dolida porque en oportunidad de saludar al público él expresó su agradecimiento a medio mundo pero se olvidó de mencionarla a pesar de que el film está inspirado en su historia personal de haber sido drogadicta. A pesar de que Malcolm se excusa pidiéndole disculpas, Marie no las acepta y esa desavenencia es la chispa generadora del endiablado duelo verbal que se mantiene a lo largo del film.
El relato que se desarrolla en tiempo real y filmado en blanco y negro con la valiosa fotografía de Marcell Rév se nutre fundamentalmente de los diálogos entablados entre ambos personajes donde afloran resentimientos ocultos que se manifiestan en voraces ataques mutuos y posteriores reconciliaciones. Por lo tanto si en un momento ella lo acusa de mediocre ególatra y el replica que es una desestabilizada mental, prontamente surgen los soliloquios amorosos tratando de remediar lo ocurrido. Después de algunos interludios que se producen para respirar un poco de aire fresco y aliviar las tensiones, nuevamente surgen las mutuas provocaciones que alcanzan un momento álgido cuando Marie, que ha sido una actriz que se retiró por su adicción, le recrimina al novel director de no haber pensado en ella para asumir el rol protagónico del film.
Es apreciable la buena descripción que Levinson ha logrado de sus personajes al propio tiempo que obtuvo de sus actores una notable solvencia profesional para caracterizarlos y hacerles absolutamente creíbles. Washington reviste con completa convicción, los atributos de un individuo que a pesar de que en algunos aspectos se lo muestra engolosinado en sí mismo dejando en un segundo plano a su pareja, al propio tiempo revela su humanismo a través del esfuerzo que volcó en ella para rescatarla de su drogadicción; una escena antológica es la que el actor brinda durante diez minutos en la arenga furiosa que efectúa su personaje tras haber leído por internet una crítica del film publicada en Los Angeles Times. En cuanto a Zendaya, la premiada intérprete de la serie televisiva Euphoria, ella transmite la vivencia emocional de una mujer que aunque dominada por el protagonismo de su novio, no ha dejado de amarlo en los cinco años de convivencia.
Queda como balance un drama marital en donde bien podría aplicarse el conocido refrán “porque te quiero te aporreo” a través de las sucesivas escenas de odio-amor-odio. La objeción a esta historia es que si bien en principio resulta atrayente, a la postre pone a prueba la paciencia del espectador debido a situaciones constantemente repetitivas que terminan extenuando; eso se intensifica aún más teniendo en cuenta que su desarrollo tiene lugar en un único escenario donde la película adquiere la naturaleza de una obra teatral filmada.
Más allá de ciertos altibajos narrativos, Levinson permite que su ejercicio experimental explore la complejidad del amor conyugal, el proceso creativo del arte, el egocentrismo de los actores, además de cuestionar solapados aspectos racistas de los críticos de cine y lanzar algunos mordaces dardos a la industria del séptimo arte hollywoodense.
PALMER. Estados Unidos 2020. Un film de Fisher Stevens. Disponible en las plataformas de itunes y Apple TV+
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Justin Timberlake en PALMER
Un hombre que intenta redimirse en la vida a través de una segunda oportunidad es lo que encara el realizador Fisher Stevens en Palmer. Aunque el espectador no encontrará nada nuevo en el presente drama, su buena realización y la lograda composición de su dúo de actores protagónicos justifican su visión.
El popular cantante y compositor Justin Timberlake anima a Eddie Palmer, un ex futbolista que recientemente ha salido de la cárcel en libertad condicional después de haber cumplido una condena de 12 años. Es así que retorna a una pequeña ciudad de Luisiana para convivir con su adorable abuela Vivian (June Squibb) que lo ha criado y lo acoge con los brazos abiertos. Dispuesto a comenzar una nueva etapa de su vida logra encontrar un trabajo como empleado de limpieza en la escuela local.
Frente a la casa donde habita se halla estacionada una casa rodante donde reside Shelly (Juno Temple) una toxicómana que es madre de Sam (Ryder Allen), un niño de 8 años; el pequeño debe tolerar los exabruptos de su progenitora que a su vez tiene un novio (Dean Winters) que la trata con violencia. Cuando ella repentinamente desaparece dejando a su hijito abandonado, él es recibido afectuosamente por Vivian y a su vez Sam se siente gratamente reconfortado en su nuevo hogar. Si bien al principio Palmer lo trata con indiferencia, cuando la anciana repentinamente muere se encarga de cuidar al pequeño y con el transcurso de los días en este endurecido individuo se va manifestando su instinto de protección paternal; en tal sentido, Palmer se convierte en decidido defensor de Sam porque su afeminamiento lo hace pasible de la burla y acoso de sus compañeros de clase. El cariño que Palmer siente hacia Sam que a su vez se lo retribuye, así como la presencia de Maggie (Alisha Wainwright) la abnegada maestra del niño que descubre en Palmer su arista más sensible, le permitirá al ex convicto encontrar el camino hacia la redención.
El guión de Cheryl Guerriero reúne en principio todos los ingredientes de un clásico melodrama que de ningún modo desborda lacrimógenamente gracias a la sutil dirección de Stevens. Con completa persuasión Timberlake caracteriza al individuo capaz de descubrir su potencialidad como excelente padre sustituto. A su lado, el pequeño gran actor Allen causa admiración por su excelente interpretación; su espontaneidad, vivacidad y la elocuencia que transmite hacen pensar que Sam no es un personaje ficticio sino absolutamente verdadero.
He aquí un film que sin pretensión alguna es capaz de destilar calidez y ternura permitiendo que se lo contemple placenteramente sin sentimiento de culpa.
THE DIG. Gran Bretaña, 2019. Un film de Simon Stone. Disponible en Netflix
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Carey Mulligan y Ralph Fiennes en THE DIG
Para los lectores que aún no han tenido oportunidad de visitar el prestigioso Museo Británico de Londres, uno de los más importantes del mundo, resulta muy conveniente ver The Dig en donde se relata la historia de uno de los tesoros más importantes albergados por esta institución.
El director Simon Stone valiéndose del guión de Moira Buffini basado en el libro de John Preston narra un acontecimiento verdadero aunque no está libre de algunas licencias propias de cualquier relato de ficción.
La trama que se desarrolla en 1939, poco antes de que se inicie la Segunda Guerra, gira en torno de una terrateniente apasionada por la arqueología y su relación con un arqueólogo amateur. Ella es Edith Pretty (Carey Mulligan), una joven viuda y madre monoparental de Robert (Archie Barnes) quien presume que en los túmulos de los amplios terrenos que posee en su residencia de Sutton Hoo en Suffolk, al norte de Londres, pueden encontrarse algunos vestigios de la época de los vikingos. A fin de realizar la excavación pertinente, a sugerencia del Museo de Ipswich ella contrata a Basil Brown (Ralph Fiennes), un estudioso y experto explorador aunque sin formación académica.
El eje central del relato se centra en los esfuerzos de este infatigable rastreador, injustamente menospreciado por sus colegas, quien trabajando con la ayuda de un reducido equipo intuye que podrá descubrir algo importante. Asimismo, la narración ilustra el afectuoso vínculo del amable desenterrador con Edith y sobre todo con su solitario hijo. La gran revelación se produce con el colosal hallazgo de un buque hundido provisto de tesoros que data del medioevo.
A todo ello en esta historia se incorporan otros personajes, entre ellos una joven pareja de arqueólogos integrada por Peggy Preston (Lily James) y su reciente marido Stuart Piggott (Ben Chaplin), Rory Lomax (Johnny Flynn) que es el joven primo de Edith y está próximo a alistarse en la fuerza aérea británica, además de un presumido representante del Museo Británico (Ken Scott) que desea que Edith ceda a la institución la valiosa embarcación descubierta. A decir verdad, estos personajes no agregan mucho al tema principal donde -por ejemplo- poco importa la subtrama de los amoríos de Peggy quien desilusionada de su matrimonio se entrega a los brazos de Rory. Asimismo, si bien el conflicto bélico que se avecina constituye el escenario de fondo, ese acontecimiento no agrega mayor impacto dramático al relato principal
En esencia, Stone ofrece un drama de época muy bien recreado, poniendo especial énfasis en la humanización de sus principales personajes que están caracterizados magníficamente por Fiennes y Mulligan. El veterano actor de Schindler’s List, aporta nuevamente su reconocido oficio confiriendo total genuinidad a su personaje como si se tratara de un real explorador. No menos ponderable es la prestación de la afianzada intérprete revelada en An Education (2009) componiendo a la frágil mujer de quebrantada salud cuyo presentimiento de que existía algo valioso debajo de los montículos de tierra finalmente se vio cristalizado con el histórico descubrimiento. La alquimia existente entre ambos actores está muy bien lograda en la cálida amistad establecida entre un maduro hombre casado y una madre monoparental de diferentes edades y antecedentes sociales.
En los créditos finales se aclara que durante el conflicto bélico, el Tesoro de Sutton Hoo estuvo resguardado en una estación de metro de Londres y recién se exhibió en el Museo Británico nueve años después del fallecimiento de Edith acaecido en 1942 aunque sin mencionar a su descubridor Basil Brown. Sólo en los últimos años se ha reconocido el aporte que él efectuó a la arqueología donde ahora su nombre aparece junto al de Edith en la exposición permanente de la prestigiosa institución cultural.
HERSELF. Ireland-Gran Bretaña. U.K, 2019). Director: Phyllida Lloyd. Disponible en Amazon Prime Video
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Clare Dunne y Ian Lloyd Anderson en HERSELF
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