DEPORTE Y TRABAJO, UN PAR IDEAL
DEPORTE Y TRABAJO, UN PAR IDEAL
Por Fernando Umbides
Buenos Aires, Argentina
Conciliar vida laboral, personal y deportiva se convierte en muchas ocasiones en un rompecabezas difícil de completar. Imposible encontrar un hueco en la agenda del día a día para hacer deportes, y más en jornadas laborales extensas.
Pero las personas que realizan ejercicio físico habitualmente desarrollan la capacidad para actuar de manera entusiasta y afrontan de una forma más positiva su día a día. Y es que hacer ejercicio ayuda a mejorar las habilidades físicas, mentales e incluso afectivas.
Vamos a romper con el “no tengo tiempo”, “mañana empiezo” o el “el gimnasio está muy lejos” y empezar a realizar actividades físicas que nos ayuden a prevenir daños y agotamiento físico y mental.
Con tan sólo dedicar 20 o 30 minutos diarios en hacer deporte (antes, durante o después de trabajar), conseguiremos ciertos beneficios que nos harán sentirnos mejor con nosotros mismos y más motivados con nuestros proyectos personales y profesionales.
HAY TRES MOMENTOS PARA PRACTICAR DEPORTE O IR AL GIMNASIO
Hacer ejercicio bien temprano antes de ir al trabajo
De las tres opciones, la primera. La más dura sin duda, pues a todos nos gustaría poder quedarnos un par de horitas más entre las sábanas, pero es un esfuerzo que merecerá la pena. La producción de endorfinas contribuirá a que tu día sea más positivo, pues hablamos de la hormona responsable de la alegría. Sin embargo, en función del tipo de rutina que tengas, podría afectar a tu jornada de trabajo, pues un entrenamiento demasiado duro acarreará un cansancio excesivo. Si te gusta entrenar a esta hora, no hagas ejercicios muy duros que te dejen muy cansado.
Otra de las ventajas de entrenar antes de ir a trabajar es que por la mañana le sacamos un mayor partido al entrenamiento. Esto se debe a que, recién levantado, tu cuerpo está cargado de energía y descansado a nivel muscular. Y, si además de estar en forma quieres perder también algo de peso, estás de suerte porque por la mañana el organismo propicia la quema de grasas. Verdaderamente, entrenar temprano parece una buena opción. Además, levantarte antes y aprovechar el día hará que te sientas más activo y le sumes horas a la jornada.
Al mediodía. En el break de tu jornada laboral
En algunos empleos, probablemente, podrás disfrutar del lujo de comer durante casi dos horas. Debido a esto, hay a quienes les sobra tiempo y aprovechan, por ejemplo, para ir al gimnasio. Si eres de esas personas, debes saber que ésta no es precisamente la mejor franja horaria para hacer ejercicio físico. Y es que, si vamos al gimnasio en mitad de la jornada laboral, es probable que el cansancio que hemos generado a lo largo de la mañana influya negativamente sobre nuestro rendimiento y que las prisas por ducharse y volver arreglados al trabajo nos quite el componente de relax después del ejercicio, ¡y sería una pena!
Aun así, si no tienes más opciones, es verdad que es una vía que hará que sientas que aprovechas cada momento muerto del día. Cada uno conoce su cuerpo y su rendimiento laboral según las horas. Pero, te recomiendo que emplees el mediodía en relajarte y ponerte al día con tus compañeros o amigos.
¿Qué tal ir al gimnasio después de trabajar?
Esta es la última de las opciones. También la más peligrosa en términos de posible cancelación, pues tras un largo y pesado día de trabajo, muchas veces nuestras ganas se esfuman y renunciamos al gimnasio para descansar. No obstante, hacer ejercicio después de trabajar resulta un buen remedio para desconectar y olvidar los problemas que hayas podido tener durante todo el día. Además, si al final te decides por este horario, dormirás mucho mejor, ya que el ritmo cardiaco se regula a través del ejercicio y es infalible para acabar con las noches de insomnio.
Es cierto que esta es una opción que se reserva para quienes no tienen muchas obligaciones esperándoles en casa. Pero, si puedes, ¡aprovecha y muévete!
A modo de conclusión, podemos decir que, a simple vista, la opción más viable es madrugar un poquito más todas las mañanas. De este modo, evitarás cualquier tipo de excusa que se te pueda ocurrir y aprovecharás la energía con la que te despiertas para tener el resto del día libre.
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