Francisco en Mosul, frente al dolor de la guerra
Francisco en Mosul, frente al dolor de la guerra

El papa Francisco en Mosul, Irak, en medio de la destrucción y muerte de la guerra
“Irak acuna la civilización, azotada por una tormenta inhumana”, afirmó el Pontífice
MOSUL, 07 MAR – El papa Francisco en su tercer día en Irak, llegó este domingo a Mosul y entre los escombros y signos de la devastación de la guerra afirmó que “Irak acuna a la civilización, golpeada por una tormenta inhumana”.
El Sumo Pontífice, conmovido en esta castigada ciudad, en el norte de Irak, rezó por las víctimas de la guerra y los conflictos armados. “Aquí en Mosul las trágicas consecuencias de la guerra y las hostilidades son demasiado evidentes”, recalcó.
“Qué cruel que este país, cuna de la civilización, haya sido azotado por una tormenta tan inhumana, con antiguos lugares de culto destruidos y miles y miles de personas, musulmanes, cristianos, yazidíes que han sido aniquilados por el terrorismo”, afirmó Francisco.
También lamentó que “otras personas fueron desplazadas, a la fuerza o asesinados”.
“Hoy, a pesar de todo, reafirmamos nuestra convicción de que la fraternidad es más fuerte que el fratricidio, que la esperanza es más fuerte que la muerte, que la paz es más fuerte que la guerra”, enfatizó luego.
Las ruinas de la guerra todavía son visibles en la Plaza de las Iglesias, por ejemplo, y las calles y los templos de la ciudad llevan las marcas de la devastación. Mosul lucía hoy blindado, con calles vacías y una presencia masiva de militares y policías.
“El trágico retroceso de los discípulos de Cristo, aquí y en todo el Medio Oriente, es un daño incalculable no solo para las personas y comunidades afectadas, sino para la misma sociedad que dejan atrás”, alertó el papa.
“Un tejido tan rico en diversidad se ve debilitado por la pérdida de cualquiera de sus miembros, por pequeño que sea. Como en una de esas artísticas alfombras, un pequeño hilo roto puede dañar el conjunto”, amplió.
Luego, el Papa se reunió en Qaraqosh con la comunidad cristiana que en 2014 fue expulsada por el Estado Islámico (ISIS) y que solo ha regresado recientemente.
“Con gran tristeza miramos a nuestro alrededor y vemos otros signos, los signos del poder destructivo de la violencia, el odio y la guerra. Cuántas cosas han sido destruidas! Y cuántas hay que reconstruir! Este encuentro nuestro demuestra que el terrorismo y la muerte nunca tienen la última palabra”, advirtió Francisco.
“La última palabra es de Dios, incluso en medio de los estragos del terrorismo y la guerra, podemos ver, con los ojos de la fe, el triunfo de la vida sobre la muerte”, completó esperanzador.
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