Puja política por las clases en Argentina
Puja política por las clases en Argentina
Buenos Aires contra el presidente. A la Corte por cierres
BUENOS AIRES 17 ABR – Este es un fin de semana de tensiones políticas y judiciales en Argentina, en medio del incremento de los contagios de Covid-19, con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en dura discrepancia con la administración nacional, al punto de recurrir a la Corte Suprema para que se anule un decreto de restricciones y suspensión de clases.
Tras reunirse con el presidente Alberto Fernández (peronismo, centro-izquierda), el jefe de Gobierno de la capital argentina, Horacio Rodríguez Larreta (PRO, centro-derecha), reiteró hoy que continuará trabajando durante el fin de semana para que los alumnos estén el lunes en las aulas.
Lareta dijo que le enviará información y documentación científica al presidente para que revea su decisión. La ciudad sostiene que los alumnos en las aulas no generan un riesgo de contagio, porque se cumplen burbujas de distanciamiento y se controla a docentes y personal auxiliar.
Pero Fernández y su equipo argumentan que las reuniones de las madres y padres al llevar a los pequeños a los colegios, los traslados hacia las escuelas y el riesgo de que los niños porten el virus a sus casas potencia la expansión del Covid-19.
“Esta pandemia hay que gestionarla con evidencia y con datos, por eso quiero detenerme en dos comentarios que el presidente hizo en su conferencia de prensa, con datos que son inexactos. El primero tiene que ver con las vacunas. Yo repito lo que dije: hoy estamos viviendo esta situación porque el Gobierno nacional no cumplió con las vacunas que prometió”, atacó Larreta, en un año de legislativas en Argentina.
“Dijeron (el gobierno nacional, NDR) que en diciembre iban a haber 20 millones de vacunas y hoy solo hay 7 millones de vacunas en el país y, en la Ciudad, ya mañana nos quedamos sin dosis para seguir vacunando a los grupos de riesgo. Si hubiesen cumplido, hoy la situación sería muy distinta”, disparó luego.
“Entiendo la preocupación del Jefe de Gobierno de Buenos Aires, y la comparto, pero yo tengo una responsabilidad y la voy a hacer cumplir”, replicó Fernández al ratificar las medidas anunciadas para restringir la circulación en el Aarea Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), incluida la vuelta a la virtualidad en las escuelas por dos semanas (hasta el 30 de abril).
Las restricciones “no son antojadizas y tienen que ver con el rigor de las estadísticas”, dijo el mandatario. “No voy a dejar que el descuido arrastre al conjunto social a una pandemia que a todos nos duele. Desde que volvieron las clases la curva ascendió precipitadamente”, insistió.
Un mes atrás, Argentina acumulaba unos 45.498 casos de contagios semanales, mientras que la semana pasada la cifra se triplicó a 122.468, según datos del ministerio de Salud, un incremento que impulsan sobre todo Buenos Aires y su periferia.
“Fernández y Larreta protagonizaron una cumbre áspera, sin acuerdos institucionales, que tuvo como saldo una frágil tregua política que está a merced de la segunda ola del Covid-19”, escribió el portal Infobae.
“A mí, la rebelión no. En el estado de derecho las leyes se cumplen, ¿de acuerdo?”, añadió Fernández, en referencia a los anuncios de los gremios y asociaciones gastronómicas que dijeron que no acatarán el decreto que obliga a cerrar sus negocios durante dos semanas a las 19.
Diez minutos antes de entrar a la reunión con Fernández, Rodríguez Larreta presentó una demanda ante la Corte para garantizar las clases presenciales. La Ciudad inició una acción declarativa de inconstitucionalidad para que se le impida al Estado Nacional llevar adelante “cualquier acto que implique poner en ejecución el decreto cuestionado”. Apunta solo a la decisión sobre las escuelas.
Según la presentación, el decreto presidencial viola la autonomía de la Ciudad e implica una virtual intervención federal. Un dilema sobre el que deberá expedirse la Corte, aunque de cara al lunes, padres, estudiantes y docentes aún no saben qué pasará.
Fuentes del tribunal de alzada han deslizado que no está previsto un “trámite exprés y rápido” para tratar esa presentación aunque los acontecimientos son dinámicos y van cambiando a cada minuto.
Es que en los plazos judiciales hay un mínimo de tiempo que insume el armado del expediente interno, el giro al Procurador General de la Nación, la circulación por las vocalías de los cinco miembros para tener una definición. Incluso, el planteo de Buenos Aires podría tornarse abstracto, ya que el decreto tiene una vigencia de tan solo dos semanas.
Según Infobae, expertos juristas descartan una reunión urgente entre los miembros de la Corte (son cinco en Argentina).
Pero podría intervenir un juez de primera instancia en la cuestión, ya que Buenos Aires y la oposición están también preparando amparos individuales desde distintas escuelas.
Así, mientras se lucha contra el virus en franca expansión, con el riesgo de saturación hospitalaria, arden las redes sociales respaldando a unos y otros, con un show mediático en continuado y chicanas y pujas políticas interminables. La fatídica “grieta” dela que tanto se habla en Argentina.
En ese aquelarre, el riesgo de muerte, en un país con su economía arrasada, es un fantasma al acecho.
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