APRENDER A NADAR CUANTO ANTES, MEJOR
APRENDER A NADAR CUANTO ANTES, MEJOR
Por Fernando Umbides. Buenos Aires, Argentina
Muchos padres suelen esperar a que sus hijos sean mayores para inscribirlos en un curso de natación. Sin embargo, lo que la mayoría desconoce es que mientras más pequeños sean los niños, más rápido aprenderán a nadar y menos resistencias presentarán durante el aprendizaje ya que aún no se han instaurado los miedos.
Enumeraremos algunos de los grandes beneficios que brinda a los niños:
Mejora el sistema psicomotor
Al nadar, hay que mover brazos y piernas de manera que ambos se coordinen creando el movimiento de nado.
Percepción del espacio
Tendrán que mantenerse en los carriles de la piscina mientras nadan, lo cual le permite tener una mejor percepción del espacio a la vez que mejora su equilibrio.
Se aumenta su coeficiente intelectual
Cuando hablamos de la natación en niños es probable que pensemos en niños mayores, pero los pequeños también pueden beneficiarse mucho de ella. De hecho, los expertos afirman que los bebés que nadan en sus primeros tres años de vida tienen una mayor percepción del mundo lo cual estimula su mente, y en el futuro serán más creativos y observadores.
Se cree que la estimulación prenatal incrementa los puntos de coeficiente intelectual del futuro bebé.
Mejor salud
La natación presenta enormes beneficios en el sistema cardiorespiratorio pues fortalece sus pulmones y corazón. A la larga esto conlleva evitar enfermedades graves que podrían causarle daños irreversibles. Los ejercicios que se realizan en el agua permiten que tanto la oxigenación como el flujo de sangre sean más constantes.
Fortalece los músculos
Cualquier deporte mejora la musculación, pero la natación en particular trabaja un grupo de músculos más internos que se fortalecerán y evitarán lesiones.
Le crea seguridad
No es nada nuevo que hay muchas personas que le tienen miedo al agua. Este miedo está generado por lo desconocido, no saber cómo afrontarse a ello o qué habrá bajo nosotros. Cuando los niños desde pequeños se relacionan con el agua, se sienten seguros en este ambiente y es muy probable que tengan el mismo sentimiento antes otras situaciones a las que tengan que enfrentarse en el futuro. Una buena forma de trabajar la autoconfianza y la autoestima.
Autonomía e independencia
Los niños dependen de nosotros en todos los sentidos, así que allá donde van, vamos con ellos, y allá donde vamos, ellos vienen con nosotros. En el agua, la cosa cambia. Aprenden a moverse por sí mismos en un ambiente desconocido, una independencia responsable que le hará conocer que, como todo el mundo, tiene limitaciones pero también habilidades.
Mejora la respiración
Con la natación se trabajan mucho los pulmones, lo cual mejora su musculatura y, en consecuencia, potenciará la capacidad de la caja torácica en general.
Relajación
La natación es un ejercicio excelente contra el estrés y el nerviosismo no solo por el cansancio que genera sino también porque provoca una sensación de paz y tranquilidad como ningún otro deporte puede hacer.
Mejora en su alimentación
¿Qué te suele pasar después de nadar? ¡Que tienes hambre! Lo mismo sucede con los niños. La actividad física en el agua aumenta el apetito, así que para aquellos niños que tienen problemas para comer es ideal.
Aprenden a socializar
Las clases de natación siempre son en grupo, así que aprenderá a estar con otros niños, a trabajar en equipos cuando los ejercicios lo requieran y a darse cuenta de que todos somos diferentes pero a la vez, todos somos valiosos.
La lista de los beneficios de la natación podría convertirse en interminable, así que si aún no llevas a tu hijo a nadar, te animo a que lo hagas.
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