CRONICAS. Glasgow: renace la esperanza
CRONICAS. Glasgow: renace la esperanza
Por: Lucía P. de García
TORONTO.- Con un año de retraso debido al Covid 19, desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre Glasgow es sede de la Cumbre del Clima COP26, auspiciada por Naciones Unidas y organizada por Gran Bretaña e Italia. Tras el obligatorio Protocolo de Kioto oficializado en 2005 y el no vinculante Acuerdo de París 2015, las naciones más poderosas, industrializadas y contaminantes no han cumplido sus tareas. Sus dañinas prácticas ambientales y sus afanes guerreros proyectan para 2030 un aumento de temperatura global alrededor de 2,7 grados C, sobrepasando la máxima esperada de 1,5 grados C, lo cual haría que los habitantes del planeta pasemos de enfrentar el cambio climático a vivir la catastrófica emergencia climática.
Las máximas autoridades de la ONU y de las entidades científicas señalan que envés de disminuir la contaminación, se ha incrementado; incluso afirman que la pandemia del Covid 19 es consecuencia de la pérdida de biodiversidad. Por estas razones han venido insistiendo ante los gobiernos que eliminen definitivamente las emisiones de carbono y combustibles fósiles; muden hacia vehículos y tecnología eléctrica; enrumben los recursos fiscales a una economía verde; terminen con la deforestación y siembren bosques y selvas por doquier.
Parece que su llamado ha sido escuchado. Previa la inauguración de la Cop26, los miembros del G20 comunicaron que durante su reunión de la semana anterior en Roma, decidieron equilibrar el sistema tributario internacional grabando a las multinacionales con un impuesto mínimo de al menos el 15%, y repartir vacunas para inmunizar al 70% de la población.
Con este primer paso renace la esperanza mundial y reconforta especialmente a los ambientalistas que están en Glasgow participando en la Cumbre Paralela COP26: los jóvenes que critican a los gobiernos porque, pese a tener el poder de implantar soluciones efectivas, sólo dan discursos y no escuchan el angustioso clamor de la actual generación, que será la que herede y enfrente las consecuencias de su indiferencia. Los prestigiosos miembros de organizaciones como Greenpeace, Amigos de la Tierra, Extinction Rebellion y otras, que llegaron a la reunión tras marchar por el Reino Unido arengando a favor del medioambiente. Los representantes de los pueblos originarios, los únicos que con su conocimiento, forma de vivir en armonía con la naturaleza y su cuidado a la Madre Tierra, son un ejemplo a seguir.
Tras hacer un mea culpa como humanidad por dañar gravemente al medioambiente y por haber emprendido una guerra contra la Creación, los líderes religiosos del mundo urgen escuchar el grito de protesta de la Madre Tierra y exhortan a la COP26 a emitir decisiones que eviten nuestra propia extinción mediante la práctica del amor a la naturaleza. En el cielo, el astronauta Thomas Pesquet se suma a esta noble causa con un video que envía desde la Estación Espacial Internacional.
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