La Corte manda un duro mensaje al Gobierno
La Corte manda un duro mensaje al Gobierno
– Ricardo Lorenzetti, ministro de la Corte Suprema de Justicia, de Argentina, aseguró que los integrantes del tribunal de alzada no cederán ante las presiones, luego de que la semana pasada el oficialismo impulsara una movilización al Palacio de Tribunales exigiendo cambios en la desprestigiada justicia local.
BUENOS AIRES 8 FEB – “Quiero dejar en claro que la Corte no va a ceder a ninguna presión como nunca hemos cedido”, afirmó Lorenzetti entrevistado en radio Mitre, en una inusual aparición pública.
No obstante, marcó diferencias entre los dirigentes que participaron en la marcha, y dijo que hay algunos con intereses legítimos para reformar el Poder Judicial y que eso “es algo entendible”.
“Lo que no se puede aceptar es que una persona que tiene una causa judicial o un procesamiento o que ha cometido un delito y es investigada, pida que el juez que lo investiga renuncie. Eso es una base en el estado de derecho y el juez tiene que tener la estabilidad necesaria”, explicó.
Según el presidente Alberto Fernández, el problema dela Justicia en Argentina “es muy agudo”.
“Creo que en la Corte Suprema hay un problema de funcionamiento muy serio. Cuando en el año 2003 reconstruimos la Corte Suprema con (el presidente) Néstor Kirchner, no buscamos jueces que fueran afines a nosotros”, resaltó semanas atrás. “La Argentina sintió que aquella Corte Suprema pasaba a tener otra calidad. Desde el momento en que el gobierno de (Mauricio) Macri (su antecesor, NDR) propuso nombrar en comisión a dos jueces de la Corte, empezó a degradarse la calidad. Y cuando uno mira el funcionamiento actual, el tema es muy preocupante. El Estado tiene el servicio de salud, de educación, de seguridad y el servicio de Justicia. El servicio de justicia está funcionando muy mal, por lo menos en lo que concierne a los temas federales. Muy mal”, disparó el presidente.
Días atrás, el dirigente social Luis D’ Elía -cercano al gobierno de Alberto Fernández (peronista, centro izquierda)- y el juez Juan Ramos Padilla, con el apoyo de varios sindicalistas -algunos con causas judiciales abiertas en su contra- impulsaron una protesta con diversas consignas, que incluían un pedido de renuncia a los integrantes de la Corte.
Luego la oposición armó una manifestación en defensa dela Corte bajo la consigna de “democratizar” la justicia.
“La garantía que tenemos que dar a la población es que la Corte es independiente y aplica la Constitución, la ley, con serenidad y con templanza; no reaccionamos frente a cualquier coyuntura”, insistió Lorenzetti.
Luego respondió a las afirmaciones de la vicepresidenta y ex mandataria, Cristina Kirchner, que aseguró que los golpes de Estado moderno son perpetrados por los jueces a través de la teoría del “lawfare”, como se llama el ataque contra rivales políticos utilizando indebidamente los procedimientos legales y las acusaciones en causas.
“Respeto la opinión de todos”, dijo Lorenzetti, pero aludió a la situación de Lula Da Silva en Brasil para responder. “Yo tengo una relación estrecha académica con la Corte brasileña. Y en el caso de Lula, el juez que resolvió tanto la acusación inicial por el Lava Jato y luego una nulidad presentada por los abogados y en ningún momento hablaron de ‘lawfare’. Ni Lula ni el juez”, explicó.
“Y eso es lo que hacemos nosotros, nosotros que tenemos que trabajar en base al derecho; si hay pruebas o no hay pruebas, si hay defensas o no hay defensas, lo demás son opiniones”, remarcó Lorenzetti.
“Para mí el ‘lawfare’ no existe. Yo no tengo ninguna duda al respecto. Nosotros en la Corte hemos tenido siempre la misma conducta. Yo he dictado fallos con una línea de principios que sigo sosteniendo ahora, no voy a cambiar mi opinión por una coyuntura política. Las mismas decisiones que tomamos ahora las hemos adoptado con los 4 presidentes que hemos tenido”, completó.
La Corte Suprema de Argentina vive una situación insólita desde hace meses, tras la renuncia de uno de sus miembros, Highton de Nolasco, pues quedó integrada por cuatro jueces, con lo que el desempate de opiniones a veces resulta imposible en votación.
Mientras el gobierno no designe al quinto integrante del tribunal, los ministros intentarán buscar acuerdos, lo que requiere un fuerte trabajo interno en los casos que no haya consenso, dijo Lorenzetti.
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