México: Más cremaciones disparan el smog
México: Más cremaciones disparan el smog
– Durante pandemia, se dispararon tóxicos en ambiente
Los crematorios de cadáveres trabajaron a destajo durante la pandemia de Covid-19 en México para atender la demanda y ante la baja capacidad de espacios en los cementerios, pero esto provocó que, en el epicentro de la crisis sanitaria, se disparara hasta un 76% la contaminación en el ambiente.
Un estudio elaborado por especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) llegó a esta conclusión al indicar que en total se tuvieron que incinerar 47.217 cuerpos adicionales entre 2019 y junio de 2021, pero además ello ocurrió en forma inadecuada.
Los investigadores de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología del IPN, uno de los dos más grandes ateneos públicos de México, señalaron que “el deficiente proceso de cremación que se lleva a cabo en la ciudad está relacionado directamente a la mala calidad del aire”.
El informe titulado “Estimación del incremento de las emisiones de contaminantes a la atmósfera producto del proceso de cremación”, arrojó que las cremaciones produjeron 1.542 millones de kilos de ácido clorhídrico, 70 millones de mercurio, 1,4 millones de kilos de plomo y 0,793 microgramos de dioxinas y furanos.
El problema es que los contaminantes no fueron medidos en su totalidad por las autoridades porque las normas sólo permiten monitorear tres tóxicos (partículas suspendidas, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno), a diferencia de otros países como Estados Unidos, Colombia o la Unión Europea, algo que sí se hizo durante el estudio.
Los expertos señalaron que durante la cremación se emiten no sólo tres contaminantes, sino algunos otros, derivados de la combustión del féretro o del cadáver, como el mercurio, el plomo, las dioxinas y los furanos.
“Además de regular las emisiones, es necesario supervisar las tecnologías utilizadas, que deben incluir sistemas para tratar los gases”, señaló el reporte.
El estudio indicó que la falta de monitoreo de emisiones después de la emergencia sanitaria es preocupante y puede seguir impactando en la salud de los 21 millones de habitantes de la capital y sus alrededores.
“Todos estos contaminantes seguirán emitiéndose a la atmósfera, suelo y agua de la capital” luego de la pandemia, dijeron los investigadores, al calificar esta circunstancia como “grave”.
La agencia meteorológica de Organización de las Naciones Unidas reveló en septiembre del 2021 que “las restricciones a la circulación y los cierres provocados por el Covid-19 provocaron un drástico pero efímero descenso de las principales emisiones contaminantes atmosféricas en 2020, especialmente en las zonas urbanas”.
Sin embargo, indicó que esta disminución “no fue homogénea en todas las regiones ni en todos los tipos de sustancias contaminantes”.
En la capital mexicana, la drástica reducción del tránsito de vehículos durante los largos meses de confinamiento redujo los niveles de contaminación pero ahora se observa que este problema no fue generalizado, por el aporte de los gases tóxicos de los crematorios.
A diferencia de 2019, en 2020 las autoridades de la Ciudad de México no registraron contingencias atmosféricas.
La Dirección de Monitoreo Atmosférico registró una mejor calidad del aire en general y una concentración menor de partículas menores a 2,5 micras en la temporada seca-caliente, en la que en años anteriores se han registrado altos niveles de contaminación por las actividades en la urbe y las condiciones climáticas.
Las concentraciones de partículas en 2020 fueron de 22,5 miligramos por metro cúbico en marzo, de 24,4 en abril y de 24,8 en mayo, cuando en los años anteriores se habían registrado concentraciones de 25 a 30.
La baja circulación de autos y el cierre de la mayoría de comercios o industrias provocó una reducción en la contaminación (del aire) de todos los contaminantes primarios, según las autoridades metropolitanas.
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