CRÓNICAS. Huracán Hazel
CRÓNICAS. Huracán Hazel
Lucía de García
Toronto.- Menudita, sonriente, así vi a Hazel McCallion alguna vez, cuando ingresaba a las oficinas del Municipio de Mississauga. Por entonces ya tenía fama de dinámica y eficiente, un “Huracán” que mantenía a la ciudad impecable y bella mientras impulsaba su desarrollo en forma planificada y sin deudas, pues con sabiduría asignaba y empleaba el gasto conforme los ingresos que la urbe recibía por impuestos y otros recursos.
Hazel nació en 1921 en Port Daniel, Provincia de Quebec, como la menor de cinco hermanos hijos de Amanda Maude Travers y Herbert Armand Journeaux. Por falta de dinero no cursó la universidad y optó por la Escuela de Secretariado de Negocios. Financió sus estudios jugando hockey profesional, deporte con el que se recreó hasta edad avanzada. Trabajó para la empresa Kellogg en Montreal y Toronto. Se casó con Sam McCallion, tuvieron tres hijos y se radicaron en la primorosa Streetsville, donde ingresó a la política y alcanzó la Alcaldía.
Luego de fusionar su pequeña urbe con Mississauga, entonces formada por pueblitos, fue electa Alcaldesa en 1978 y se mantuvo ininterrumpidamente en el cargo hasta 2014 cuando se jubiló. Durante esos 36 años Mississauga pasó de 280.000 habitantes a 644.000 beneficiarios de su labor tan extraordinaria que en las 12 veces que buscó la reelección, en dos de ellas no hizo campaña electoral indicando que su obra estaba a la vista y que esa era su mejor propaganda. En las otras, sus contendores, conscientes de que no podían vencerla en las urnas, confesaron que se postulaban sólo por hacerse conocer hasta reemplazarla.
Casi al año de haber asumido la Alcaldía de Mississauga, Hazel demostró su liderazgo cuando un tren cargado de químicos tóxicos descarriló y provocó una explosión. Inmediatamente dispuso la evacuación de los habitantes y garantizó la integridad de las viviendas con ayuda de la Policía de la Región de Peel. Resuelta la emergencia, los habitantes regresaron a sus hogares sanos y salvos, y encontraron que nadie había perdido ni siquiera un alfiler.
Al término de sus funciones la “Alcaldesa del pueblo”, como se le conocía por la amistad con los residentes de la ciudad que tanto amó, Mississauga se había convertido en la séptima urbe más grande del país. Siempre reconoció que su labor la hizo con el apoyo de excelente personal y consejeros. Sin embargo, “Huracán Hazel” no se retiró a descansar, asumió la Dirección de la Autoridad Portuaria de Toronto y una asesoría en la Universidad de Toronto.
Fue honrada, entre varios premios, con la Orden de Canadá. En 2016 la Provincia de Ontario señaló al día de su nacimiento, 14 de Febrero, como el “Día de Hazel McCallion”. Alistándose a continuar con sus funciones, el destino la obligó al reposo eterno el 29 de enero 2023.
En este Día del Amor y la Amistad, es oportuno exaltar la memoria de “Huracán Hazel”, nuestra querida Alcaldesa que constituye para todos los políticos del mundo un excelente ejemplo de firme ideología izquierdista, respeto, cariño y devoción al pueblo.
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