LA NUIT DU 12. Francia-Bélgica, 2022. Un film de Dominik Moll.115 minutos
LA NUIT DU 12. Francia-Bélgica, 2022. Un film de Dominik Moll.115 minutos
Bastien Bouillon y Bouli Lanners en LA NUIT DU 12
Por Jorge Gutman
LA NUIT DU 12. Francia-Bélgica, 2022. Un film de Dominik Moll.115 minutos
Con una filmografía de relevantes títulos, entre otros Harry, un ami qui vous veut du bien (2000), Lemming (2005), Le Moine (2011) y Seules les bêtes (2019), el director alemán Dominik Moll radicado en Francia, retorna con La Nuit du 12. El film obtuvo varias distinciones en los premios César de este año incluyendo al del mejor film y mejor realizador, sin duda merecidos por su óptima calidad.
El fascinante thriller psicológico considera un tema preocupante; según se hace saber en los créditos iniciales Francia registra aproximadamente 800 homicidios por año de los cuales un 20 por ciento de los mismos no llegan a ser resueltos, como el acontecido con Maud Maréchal, una joven que fue quemada viva en mayo de 2013.
Inspirado en ese suceso, el guión del realizador y Gilles Marchand basado en el libro de no ficción “18.3 Une année a la PJ” de Pauline Guéna considera de manera ficcional un horrendo crimen acaecido el 12 de octubre de 2016 y que llevó tres años en ser investigado sin que el mismo haya quedado elucidado.
La historia comienza en la citada fecha cuando en plena noche Clara (Lula Cotton Frapier) de 21 años de edad deja la casa de su mejor amiga Stéphanie (Pauline Serieys); caminando por un oscuro sendero un hombre encapuchado la aborda y después de preguntarle su nombre la rocía con gasolina prendiéndole fuego.
Después de que el cuerpo calcinado de Clara es descubierto comienza el proceso investigativo con un equipo encabezado por el joven detective Yohan Vives (Bastien Bouillon) quien ha asumido la dirección de la policía judicial de Grenoble, acompañado del veterano inspector Marceau (Bouli Lanners). Es así que comienza la ardua tarea de esclarecer el feminicidio.
A partir del interrogatorio realizado a Stéphanie acerca de la personalidad de Clara, se llega a saber de las relaciones íntimas mantenidas con gente de su edad y de ese modo, a la manera de las obras de suspenso de Agatha Christie, aparece un buen número de sospechosos muy bien caracterizados, aunque ninguno de los mismos aporta una prueba evidente de ser el criminal.
El gran mérito del filme reside en el procedimiento adoptado en esta exhaustiva búsqueda de ubicar al homicida donde la forma de los interrogatorios adopta un modo distintivo para cada uno de los involucrados con la víctima.
Tanto Lanners -premio César a la revelación actoral- como Bouillon -premio César al mejor actor de reparto- y Serieys ofrecen una muy convincente caracterización de sus respectivos roles; asimismo se distinguen Anouk Grinberg como una jueza que considera que es un deber irrefutable de la sociedad el localizar a los asesinos y Mouna Soualem dando vida a una investigadora que aparece en escena tres años después del asesinato.
Sin descuidar el trasfondo humano que emana de esta historia, el cineasta con la rigurosidad de un documentalista ilustra con encomiable realismo cómo la vida privada de una persona puede generar injustificados prejuicios como así mismo desnuda una sociedad inclinada a la violencia que generalmente apunta a la mujer.
Aunque el desenlace de la película, tal como aconteció en la realidad, puede frustrar a los amantes de policiales que buscan saber quién es el asesino, el excelente drama policial de Moll se sigue con marcado interés manteniendo una satisfactoria intriga hasta la escena final.
LES MIENS. Francia, 2022. Un film de Roschdy Zem. 85 minutos
Roschdy Zem y Sami Bouajila en LES MIENS
En su sexta incursión ubicándose detrás de la cámara Roschdy Zem, además de participar como actor, brinda un relato dramático inspirado en su propia experiencia cuando un hermano suyo sufrió un accidente que lo convirtió en una persona desinhibida y hostil afectando el equilibrio familiar.
El guión del cineasta compartido con la directora y actriz Maiwenn presenta a una familia francesa originaria de Marruecos donde a primera vista se aprecia que hay un lazo de unión a pesar de las divergencias que pueden surgir. Todo empieza con una comida celebrando un cumpleaños en donde se hallan reunidos los hermanos Ryad (Zem), Moussa (Sami Bouajila), Salah (Rachid Bouchareb), Adil (Abel Jafri) y la hermana Samia (Meriem Serbah); ellos están acompañados por los tres hijos de Moussa, la esposa de Salah como así también por Emma (Maïwenn), la compañera de Ryad.
El drama acontece cuando estando en un club nocturno Moussa se desvanece y sufre una fuerte herida en la cabeza; después de haber sido hospitalizado por un tiempo y posteriormente dado de alta, su tambaleante comportamiento demuestra que mentalmente no se halla totalmente restablecido del daño producido. A ese hecho concurre la circunstancia que antes de su accidente su segunda mujer lo dejó con la intención de no regresar y que debido a su actual condición ha perdido el calificado puesto que ocupaba como director de finanzas de una empresa.
Como secuela del traumatismo craneal Moussa deviene una persona ruda y agresiva hacia los que lo rodean, sobre todo hacia uno de sus hijos y especialmente a Ryad a quien le critica en no haber prestado la debida atención a su familia por estar absorbido por su trabajo de anfitrión en un popular programa televisivo de deporte. Esa actitud es también reprobada por Emma quien ha estado conviviendo con Ryad por dos años y se encuentra desalentada al no haber logrado que su pareja se inclinara a formar su propia familia.
A través del desarrollo de esta historia no faltan los reproches, recriminaciones, discusiones y altercados que se producen en el núcleo familiar, debido en parte a la falta de comunicación en los momentos requeridos. No obstante es loable el empeño volcado por los miembros de la familia en apoyar y cuidar de Moussa durante su curación, con especial énfasis por parte de la abnegada hermana Samia y de Ryad tratando de confortarlo como asimismo reconectarse con los suyos.
En el trabajo más personal de su filmografía que conduce a un luminoso desenlace, Zem narra una emotiva e íntima historia de las relaciones dinámicas que se establecen entre los miembros de una numerosa familia. Lo cierto es que Les Miens permite generar la empatía con sus personajes muy bien descriptos y caracterizados por el solvente elenco que el realizador ha logrado reunir, incluyéndose a sí mismo.
PAMFIR. Ucrania-Francia-Polonia-Chile, 2022. Un film escrito y dirigido por Dmytro Sukholytkyy-Sobchuk. 106 minutos
Roschdy Zem y Sami Bouajila en LES MIENS
Aunque esta película es una coproducción entre 4 países, decididamente es ucraniana teniendo en cuenta la dirección, elenco y el equipo técnico. Previo al análisis crítico es necesario aclarar que el film fue realizado antes del brutal conflicto bélico que afecta a Ucrania desde febrero de 2022 y no existe insinuación alguna de lo que sobrevendría en el país por la invasión rusa.
Después de su incursión en varios cortos, en su primer largometraje el director ucraniano Dmytro Sukholytkyy-Sobchuk aborda a un individuo arrinconado en un medio hostil y peligroso del cual no es fácil escapar.
El relato del realizador se desarrolla en la región de Bucovina en Ucrania, ubicada en la zona fronteriza con Rumania. En su comienzo los lugareños se preparan para la fiesta de Malanka, el carnaval regional de naturaleza pagana que anualmente se realiza en algunos pueblos del país. Después de una ausencia de 7 años retorna Leonid (Oleksandr Yatsentyuk), un ex boxeador más conocido con el apodo de Pamfir quien ha estado trabajando en Polonia. El reencuentro con su mujer Olena (Solomiya Kyrylova) y su hijo adolescente Nazar (Stanislav Potyak) no puede ser más auspicioso dada la alegría que su llegada genera donde se evidencia el sólido lazo de familiar. Eso incluye también a su hermano Victor (Ivan Sharan) que se dedica a realizar las máscaras que se habrán de utilizar para el carnaval; Pamfir igualmente reencuentra a su madre (Olena Khokhlatkina), aunque de ningún modo entra en contacto con su padre (Miroslav Makoviychuk) con quien está distanciado dado que antes de su partida mantuvo con él una disputa despojándole un ojo.
En tanto que Olena profesa la religión cristiana, ella desea que Nazar participe del coro de la iglesia, al que el muchacho acepta con reluctancia. El conflicto generador del drama sobreviene cuando Nazar prende fuego al templo a fin de que su padre no regrese a Polonia como tenía planeado hacerlo. Como consecuencia del grave incidente, Pamfir está obligado a pagar los daños producidos por su hijo y para obtener el dinero necesario eso lo fuerza a ejercer, como lo hiciera antes de su partida, la actividad de contrabandista de mercancías con destino a la frontera de Rumania. El hombre, que en el pasado había prometido a su mujer de no volver a involucrarse en esa delictiva tarea, enfrenta serios tropiezos al arriesgar su vida a manos de Oreste (Petro Chychuk), el gángster local; asimismo eso implicará también exponer en un serio riesgo a su hijo y a su hermano. El relato alcanza la máxima tensión durante la fiesta carnavalesca animada por sus habitantes arropados de paja y con sus rostros enmascarados.
Con una sólida puesta escénica, el novel cineasta ilustra la flagrante corrupción de las autoridades oficiales en combinación con los mafiosos del lugar dentro de un ambiente despiadadamente violento y cruel. Sin saber con exactitud si lo expuesto responde fielmente a lo que acontece en ese rincón del mundo, lo cierto es que la migración de ucranianos hacia Europa, parecería confirmar que en el lugar donde transcurre la acción no existe la posibilidad de obtener un empleo capaz de cubrir las necesidades mediante un trabajo digno y honrado; es así que en este humano drama familiar Pamfir anhela a que su hijo viva en un mundo mejor y alejado de las miserias circundantes.
Mediante este western thriller mostrando sugestivos detalles de la cultura ucraniana, Dmytro Sukholytkyy-Sobchuk ha logrado un film que a pesar de algunos altibajos permite captar el interés de la audiencia.
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