La ultraderecha de Javier Milei ataca el consenso contra la dictadura en Argentina
La ultraderecha de Javier Milei ataca el consenso contra la dictadura en Argentina
La gente hace fila afuera de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires antes de ingresar a un evento organizado por Victoria Villarruel, compañera de fórmula del candidato presidencial Javier Milei.
AGUSTIN MARCARIAN (REUTERS)
– El partido del candidato presidencial protagoniza un “homenaje a las víctimas del terrorismo” que para los organismos de derechos humanos amenaza “los acuerdos básicos” de 40 años de democracia
Algunos manifestantes golpearon con fuerza las vallas que cortaban el paso hacia la Legislatura, en un intento por derribarlas. “Como a los nazis, a donde vayan los iremos a buscar”, cantaban, en un mensaje dirigido a los responsables de los crímenes de lesa humanidad perpetrados en Argentina. El blindaje del edificio despertó malestar también con el alcalde de la ciudad, el opositor Horacio Rodríguez Larreta, a quien señalaron como cómplice de las ideas negacionistas que promueve Villarruel. La diputada cuestiona los juicios por delitos de lesa humanidad llevados a cabo, critica el trabajo de organismos de derechos humanos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo que aún buscan a los desaparecidos y anticipa que revisará las indemnizaciones recibidas por víctimas del terrorismo de Estado.
“El autoritarismo está afuera”, ha respondido Villarruel. La diputada de La Libertad Avanza fundó en 2006 el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, que ha organizado el evento. Su salto a la política se dio, justamente, desde ese espacio. La organización civil agrupa a los familiares de personas asesinadas por las guerrillas de los setenta y promueve la llamada teoría “de los dos demonios”, que equipara la violencia del Estado con la cometida por grupos armados. “Me gustaría que el Poder Judicial sea realmente independiente y juzgue a estas personas [los guerrilleros] tal como juzga a los agentes del Estado que han violado los derechos humanos”, dijo Villarruel en 2016.
“Parecía saldada esa discusión”, zanjó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura porteña, Victoria Montenegro, de la oficialista Unión por la Patria, en una entrevista televisiva tras conocerse la convocatoria hecha por la diputada de extrema derecha. “En Argentina no hubo dos demonios. Hubo un estado terrorista que secuestró, torturó y desapareció personas, se apropió de bebés”, afirmó, y agregó: “Estos discursos vienen a confundir. Que cada vida es única e irrepetible no está en duda. Pero hay una diferencia enorme entre el accionar de los grupos militantes y el rol que tiene el Estado”.
En Argentina, el repudio contra la dictadura y el reclamo de “Nunca Más” parecían consensos que no eran cuestionados, al menos en público. En 2013, por ejemplo, cuando el dictador Jorge Rafael Videla murió en la cárcel, su cadáver fue enterrado bajo una lápida sin nombre después de que varios cementerios rechazaran acoger sus restos. En España, en cambio, hasta 2019 el dictador Francisco Franco permaneció enterrado en un mausoleo construido por presos republicanos. El antiguo Valle de los Caídos –hoy Valle de Cuelgamuros– fue hasta entonces un sitio de procesión para nostálgicos de la dictadura y un espacio de exaltación del régimen antidemocrático. Eso, en Argentina, hubiese sido impensado.
El acto, y su repudio, han ocurrido en un momento en el que las Fuerzas Armadas, prácticamente sin influencia en la vida política argentina, tiene una imagen altamente positiva en la sociedad argentina, según un estudio de opinión pública hecho por la consultora Poliarquía; la Justicia, el Congreso y los partidos políticos registran las más bajas. Villarruel ha prometido que si La Libertad Avanza llega a la Casa Rosada el presupuesto militar pasará del 0,6% del PBI al 2% y lo conseguirá, dice, redireccionando los fondos de los ministerios que su compañero de fórmula pretende eliminar: Salud, Educación, Trabajo, Ambiente y Mujeres y diversidades.
La fórmula que forma con el ultra Javier Milei fue la más votada y obtuvo en las elecciones primarias de agosto un tercio de los votos. Las posibilidades de que lleguen a la Casa Rosada alertan a los organismos de derechos humanos que este lunes se han manifestado en el exterior. Dentro de la Legislatura, Carlos Enrique Pisoni, hijo de militantes de izquierda desaparecidos, ha incidido en la preocupación: “Esto es un revanchismo. No podemos tener, a 40 años de la democracia, a una vicepresidenta que no defienda los valores de la democracia. Dice un montón de barbaridades que no podemos naturalizar”.
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