ANATOMIE D’UNE CHUTE / ANATOMY OF A FALL. Francia, 2023. Un film de Justine Triet. 150 minutos.
ANATOMIE D’UNE CHUTE / ANATOMY OF A FALL. Francia, 2023. Un film de Justine Triet. 150 minutos.
Sandra Hũller en ANATOMIE D’UNE CHUTE
Por Jorge Gutman
ANATOMIE D’UNE CHUTE / ANATOMY OF A FALL. Francia, 2023. Un film de Justine Triet. 150 minutos.
Con el inmejorable antecedente de haber logrado la Palma de Oro en el Festival de Cannes, este film de la realizadora Justine Triet reúne todos los elementos necesarios para gratificar a la audiencia.
Con el impecable guión de Triet compartido con Arthur Harari, Anatomie d’une chute intriga a lo largo de su desarrollo y a modo de un crucigrama concentra su interés hasta la escena final. La historia está ambientada en los Alpes de Francia, en las cercanías de la ciudad de Grenoble donde viven el matrimonio integrado por Sandra (Sandra Hũller) su marido Samuel (Samuel Theis) y el hijo Daniel (Milo Machado Graner) de 11 años.
En un breve prólogo Sandra que es una distinguida escritora alemana es entrevistada por una periodista; a través de una elipsis se observa a Daniel quien habiendo salido con su perro para un pequeño paseo en el nevado paraje al regresar comprueba que su padre está caído, ensangrentado y muerto en el exterior del chalet donde habita la familia. Al llamar a su madre, Sandra acude desesperada para enfrentarse con el dramático cuadro de su esposo.
En esta primera parte del film comienza a surgir la duda si acaso el deceso de Samuel ha sido producto de un accidente, un suicidio, o un crimen provocado por alguien. En la investigación forense realizada al no haber ninguna persona que entró a la casa, queda entonces Sandra como sospechosa de haber provocado la muerte de su esposo. A todo ello, el niño transita desde la completa confianza depositada en su madre hacia la duda que lo agobia.
De allí en más se asiste en su primera parte a un proceso judicial en el que Sandra es defendida por un competente abogado amigo (Swan Arlaud) a la vez que ella es implacablemente acusada por el procurador fiscal (Antoine Reinartz)
Si bien el relato se desarrolla linealmente, hay una larga escena que retrotrae a la noche anterior al deceso de Samuel. Al haberse descubierto un video que él había grabado en ese entonces, se evidencia una fuerte pelea conyugal. Es así que la historia adquiere un matiz decididamente más interesante que el juicio en sí mismo al revelar la descomposición existente en la relación matrimonial. El vínculo comenzó a agrietarse cuando años atrás a causa de un accidente involuntario de Samuel se produjo una considerable lesión en el niño provocándole una ceguera parcial. En todo caso en la referida disputa conyugal se puede apreciar cómo el éxito profesional de Sandra como escritora a la vez que mujer independiente es objeto de celos por parte de Samuel en la medida que él como escritor nunca ha llegado a destacarse; el desequilibrio profesional entre ambos motiva a que Samuel haya quedado resentido y en estado vulnerable. A todo ello Daniel es el atento y penoso testigo de lo que acontece con sus padres.
Sin anticipar el veredicto del jurado, lo cierto es que se asiste a un apasionante drama conyugal. En el mismo Triet minuciosamente expone diferentes situaciones que lentamente se van desgranando como consecuencia de la muerte de Samuel y en donde se reflejan ciertas implicaciones de carácter ético y moral.
Además de la excelente realización en donde Triet reafirma su condición de consumada directora, el film se valoriza por la remarcable descripción de sus principales personajes que han sido muy bien caracterizados por el sólido elenco encabezado por Hũller; la recordada intérprete de Toni Erdmann (2016) vuelve a destacarse representando a una compleja y enigmática mujer frustrada en su matrimonio. Asimismo queda resaltada la talentosa actuación de Machado Graner expresando la emoción de un menor frente a una madre que quiere y asimismo sensiblemente dolorido por la desaparición de su progenitor.
Acertadamente, la cineasta deja abierto el desenlace de esta intrigante historia donde la melancolía de la escena final se asocia con la banda sonora que permite oír un bello preludio de Chopin.
THE KILLER. Estados Unidos, 2023. Un film de David Fincher. 118 minutos
Michael Fassbender en THE KILLER
Teniendo en cuenta que a lo largo de su carrera David Fincher ha brindado notables películas como lo han sido entre otros títulos Seven (1995) Zodiac (2007) y The Social Network (2010), creó considerable expectativa su reciente film The Killer; sin embargo en este caso se está frente a un trabajo menor que aunque bien hecho no alcanza a suscitar gran entusiasmo.
La película guionizada por Andrew Kevin Walker que está basada en la serie homónima de novelas gráficas de Alexis Nolent e ilustrada por Luc Jacamon se centra en un asesino a sueldo.
En la primera escena se observa al sicario sin nombre (Michael Fassbender) en una oficina vacía de un edificio de París mientras se prepara para cumplir un trabajo encomendado. En tanto aguarda el momento de cumplir dicho encargo, monologa con una voz soporífera dando cuenta acerca de la naturaleza de su ocupación y los detalles que debe tener en consideración para no comprometer su labor con su vida personal. Después de largos 20 minutos llega el momento de entrar en acción pero al hacerlo comete un error al no haber ejecutado a la persona asignada; su falta le resultará muy cara dado que su pareja (Sophie Charlotte) es brutalmente atacada.
De aquí en más, el asesino tratará de vengar a su amada tratando de localizar a quien o quienes han dado la orden de embestirla y quien cumplió esa tarea. Con información que logra recoger y cambiando continuamente de identidad se verá al asesino arribar a Santo Domingo saliendo al encuentro de un taxista local (Gabriel Polanco), proseguirá su viaje a New Orleans para encontrar al abogado (Charles Parnell) que le encomendó el trabajo como así también a su secretaria (Kerry O’Malley), continuará su derrotero a Florida, posteriormente a New York y luego a Chicago donde ubicará a una asesina rival (Tilda Swinton) para finamente llegar nuevamente a Santo Domingo.
No es preciso adelantar qué es lo que acontece con cada persona a la que él logra hallar sino simplemente señalar que a pesar de unas cuentas escenas de acción que generan cierta tensión, a la postre el relato se vuelve monotemático debido a un endeble guión; eso impide que se llegue a explorar como debiera la psicología del asesino, a diferencia de lo que Jean-Pierre Melville logró con una temática similar en su brillante film Le Samourai (1967) con Alain Delon.
Ciertamente la correcta realización de Fincher y la muy buena caracterización de Fassbinder del personaje protagónico permiten que el film pueda verse como un moderado entretenimiento a lo largo de sus casi dos horas, aunque sin que quede retenido en la memoria del espectador.
KILLERS OF THE FLOWER MOON. Estados Unidos, 2023. Un film de Martín Scorsese. 206 minutos.
Robert De Niro y Leonardo DiCaprio en KILLERS OF THE FLOWER MOON
Quienquiera descubrir un film monumental, épico, político y a la vez extraordinario, lo hallará en Killers of the Flower Moon. En esta ocasión el legendario realizador Martin Scorsese se supera a sí mismo abordando con admirable vitalidad un desgraciado evento que tuvo lugar en la tribu indígena Osage en el estado de Oklahoma.
El célebre cineasta conjuntamente con el guionista Eric Roth adaptaron el libro de no ficción Killers of the Flower Moon: The Osage Murders and the Birth of the FBI de David Grann publicado en 2017. En todo caso, el guión deja en la parte final del relato la intervención del FBI para en cambio enfatizar la descripción de los personajes perpetradores de la tragedia sufrida por el pueblo Osage.
La acción se ubica tal como aconteció durante la década de 1920, en Fairfax, al noroeste del estado de Oklahoma. En ese lugar los autóctonos habitantes descubren que en su reserva se encuentran pozos petrolíferos; consecuentemente, tras haber sido humillados y marginados por los blancos, la aparición del oro negro les permite llevar un nivel de vida considerablemente más elevado. Entre la población blanca se halla Bill Hale (Robert De Niro), un poderoso magnate que se hace llamar “rey” y que aunque no tiene corona es dueño de grandes campos explotando la ganadería; su comportamiento deja traslucir la buena cordialidad que mantiene con los nativos de la zona.
El relato cobra impulso con la llegada al lugar de Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio) un veterano de la Primera Guerra que es el sobrino y protegido de Bill y que está procurando un empleo; el tío le ofrece trabajo pero sujeto a ciertas condiciones. La intención de Bill, es asociarlo a sus negocios y en última instancia que colabore en su propósito de apropiación de las tierras indígenas. En principio Bill concibe un siniestro plan que consiste en que Ernest seduzca y logre casarse con la joven aborigen Mollie (Lily Gladstone) para llegar a heredar la fortuna de su familia y finalmente compartir el botín obtenido.
Con gran meticulosidad Scorsese describe a los personajes del entorno en que transcurre la acción. Por una parte, el relato expone el vínculo existente entre el tío y su sobrino; así el cinismo de Bill logra fácilmente engatusar a Ernest, quien no siendo brillante es objeto de un lavado de cerebro de tal magnitud que ciegamente se somete a sus órdenes. Paralelamente, habiendo contraído enlace con Molly se aprecia la situación compleja en la que Ernest se encuentra dado que está realmente enamorado de ella y además ambos llegan a tener dos hijas; sin que existan diálogos al respecto se observa el incondicional amor de Mollie hacia su marido que la hace confiar totalmente en él, a pesar de que se produce la muerte de sus familiares.
La situación alcanza convincente tensión a medida que van sucediendo extrañas desapariciones y exterminación de nativos, en tanto que los sobrevivientes son despojados de sus tierras; eso motiva a que una delegación indígena logre una entrevista con el presidente Calvin Coolidge para informarle lo que está aconteciendo; en consecuencia el mandatario delega la investigación al recientemente creado FBI; el organismo designa al funcionario Tom White (Jesse Piemmons) para que se ocupe de investigar, ubicar y capturar a los autores de los crímenes cometidos.
Es realmente admirable la manera profunda en que Scorsese va elaborando esta historia que adopta un estilo clásico hasta finalizar con un sobresaliente desenlace.
Además de la excelente realización de Scorsese, la indiscutible riqueza del film reside en la actuación de sus tres protagonistas. Siendo la décima vez en que De Niro colabora con el realizador, no hay duda que existe entre ambos una extraordinaria compenetración; así el actor destella dando vida a un mafioso criminal que actuando al margen de la ley es capaz de engatusar y manipular con su desfachatez y frescura dando la apariencia de un hombre afable a fin de no despertar sospechas de sus viles acciones. DiCaprio quien a su vez participa por sexta vez en un film de Scorsese, ofrece el trabajo más importante de su carrera; él refleja la ambición y el contundente patetismo de su personaje quien influido por su tío llega incluso a traicionar a su amada esposa al punto de casi envenenarla con la dosificación adulterada de insulina para la diabetes que ella padece. No menos importante es la remarcable interpretación de Gladstone como la indefensa mujer que por amor a su marido prefiere no admitir o cerrar sus ojos sobre su comportamiento; claramente Scorsese logra que Molly represente la voz de la conciencia moral dentro de un entorno putrefacto.
Frente a la magistral filmografía del gran realizador, resulta difícil de afirmar con certeza si acaso esta película es la mejor de su carrera; lo que en cambio no cabe duda alguna es que la historia que él relata desnudando el racismo, la banalidad del mal, la impunidad, la codicia, así como el sentimiento de culpa y redención de los asesinos, adquiera trascendental resonancia.
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