THE BOY AND THE HERON. Japón, 2023. Un film escrito y dirigido por Hayao Miyazaki.124 minutos
THE BOY AND THE HERON. Japón, 2023. Un film escrito y dirigido por Hayao Miyazaki.124 minutos
Una escena de THE BOY AND THE HERON
Por Jorge Gutman
THE BOY AND THE HERON. Japón, 2023. Un film escrito y dirigido por Hayao Miyazaki.124 minutos
Después de 10 años de ausencia en donde Hayao Miyazaki deslumbró con The Wild Rises ahora presenta su última creación The Boy and the Heron. El gran pionero y maestro de la animación japonesa sigue fascinando con su creatividad en una historia basada en parte en recuerdos de su niñez.
El guión que transcurre durante la Segunda Guerra presenta a Mahito (voz de Soma Santoki), un niño de 11 años que queda aterrado cuando una bomba explota en el hospital en que trabaja su madre Hisako quien perece en el incendio producido. Al poco tiempo él y su padre Shoichi (voz de Kimura Takuya) que es ingeniero trabajando para una compañía que fabrica aviones, se trasladan desde Tokio a una zona campestre donde vivirán con su nueva esposa Natsuko (voz de Kimura Yoshino) que es el vivo reflejo de Hisako.
Mahito no puede olvidar a su madre cuya tragedia le produce una profunda pena y mantiene la esperanza de volver a verla. Tratando de adaptarse en su nuevo hogar su existencia cobra un giro diferente cuando es perseguido agresivamente por una garza gris (voz de Masaki Suda) quien le dice que su madre no está realmente muerta. Sorprendido, el chico llega a infiltrarse en una abandonada torre donde habita el ave quien tratará de ayudarlo a través de un mundo nuevo. A partir de ese momento el relato cambia de tono adquiriendo el carácter de una fantasía donde Mahito presencia un curioso reino poblado entre otros personajes por gigantescos periquitos y una joven pirata.
En esta historia el realizador transcribe las experiencias del chico que al ir madurando le permiten conocerse mejor, apaciguar su dolor y afrontar mejor el mundo en que le toca vivir. Lo que realmente impresiona es cómo Miyazaki refleja la violencia del mundo actual que no difiere mayormente del universo paralelo vivido por Mahito, por lo que globalmente considerado el film trasunta una sensación pesimista.
En el aspecto visual no existen palabras que expresen plenamente la magia que el genial octogenario realizador logra en cada plano secuencia de animación imbuida de brillantes colores. Así como aconteció con su film precedente cuando Miyazaki señalaba que sería su película póstuma, aquí nuevamente lo reitera; ojalá que The Boy and the Heron no constituya su despedida del cine a fin de que se pueda seguir disfrutando de su excepcional maestría artística.
Queda como balance una obra estéticamente bella a la vez que emotiva y profundamente humana capaz de satisfacer no solamente a quienes se inclinan por los filmes animados sino asimismo a un público más amplio; por lo tanto merece la incondicional recomendación de quien escribe estas líneas.
MONSTER. Japón, 2023. Un film de Hirokazu Kore-eda. 126 minutos.
Soya Kurokawa y Hinata Hiiragi en MONSTER
Inclinado a abordar temas vinculados con las características que asume el comportamiento familiar, en este caso Hirokazu Kore-eda se refiere a la relación entre una madre y su hijo, aunque la intrincada y compleja historia planteada en Monster considera varios tópicos adicionales. Acostumbrado a preparar sus propios guiones, en este caso Kore-eda se vale del concebido por Yuhi Sakamoto; eso en parte puede explicar que este film no alcance la envergadura dramática lograda en previos trabajos que lo han consagrado internacionalmente como uno de los más prestigiosos cineastas.
La historia que está ambientada en la ciudad japonesa de Suwa introduce a Saori (Sakura Ando) una mujer viuda y madre de Minato (Soya Kurokawa), un chico de 10 años que cursa el quinto grado de educación elemental. El niño evidencia ciertos problemas de conducta que lo tornan extraño al manifestar que podría poseer un cerebro de cerdo; a todo ello, suele tener ideas raras sobre las reencarnaciones, desaparece súbitamente y a su vez manifiesta a su madre que en la escuela es objeto de bullying y que Horii (Eita Nagayama), su profesor de educación física, lo considera un monstruo. De inmediato Saori se dirige a la escuela quejándose ante la directora Makiko (Yuko Tanaka) por la actitud del docente. No obstante las disculpas ofrecidas por el inculpado Michitoshi lo cierto es que para salvar la imagen de la institución él llega a ser despedido.
El relato cobra un giro diferente cuando la versión de lo acontecido es ofrecida por el profesor, en donde se detecta que Minato no es tan inocente como lo supuso su madre y que lo que se expuso anteriormente difiere por completo de lo que aconteció en el ámbito escolar. A su vez, la historia se complica más cuando se asiste a la versión ofrecida por Minato y su compañero Yori (Hinata Hiiragi).
Adoptando el método utilizado por Akira Kurosawa en Rashomon (1950), Kore-eda trata de emularlo mediante la exposición de hechos que difieren según quien los cuente. Pero en este caso el realizador deliberadamente oculta información y eso motiva a que finalmente no quede convincentemente aclarado el crucigrama propuesto, quedando la duda de si Minato es la víctima o el victimario y quién es en última instancia el monstruo de esta historia. Con todo, a través de su exposición el film permite reflexionar sobre la cultura de la cancelación, a raíz del despido del profesor para acallar la opinión pública, como asimismo deja entrever cierta crítica a la homofobia en virtud de los prejuicios existentes por la sólida amistad de Minato con Yori donde ambos dejan entrever sus genuinos sentimientos. A pesar de las objeciones señaladas respecto a su coherencia el film destila un considerable humanismo en sus principales personajes y en tal sentido Kore-eda sigue demostrando que es un remarcable director de jóvenes actores como es el caso de Soya Kurokawa y el de Hinata Hiiragi quienes acarrean sólidamente gran parte del relato.
Consideración especial merece la excelente banda sonora compuesta por el recientemente fallecido músico Ryuichi Sakamoto, que configura un notable complemento con lo que el film expone.
EILEEN. Estados Unidos, 2023. Un film de William Oldroyd. 95 minutos
Thomasin McKenzie en EILEEN
En 2016 el director teatral y de ópera William Oldroy impresionó con su primer largometraje Lady Macbeth, un sobrio drama muy bien tratado y magníficamente actuado por Florence Pugh en el rol protagónico. Sin embargo Eileen, su segundo trabajo que tuvo su estreno mundial en Sundance, no despierta el mismo entusiasmo en la medida que lo que el realizador enfoca en su primera hora de metraje, se diluye por competo en los subsiguientes minutos.
El realizador se ha basado en la novela homónima de Ottessa Moshfegh publicada en 2016, con un guión preparado por la autora del libro y Luke Goebel, ubicando la acción en la década del 60 en los suburbios de Boston. Allí reside Eileen Dunlap (Thomasin McKenzie), una joven de 24 años junto con su padre Jim (Shea Whigham), un ex policía viudo. Ella es una chica retraída que trabaja como secretaria en una penitenciaria juvenil de varones, donde ve transcurrir su vida de manera rutinaria a la vez que sufre los embates de su padre alcohólico que en estado de ebriedad suele utilizar su arma para asustar a los chicos del vecindario. Asimismo, Eileen nutre su imaginación con fantasías sexuales en donde un guardia de la prisión (Owen Teague) intima con ella, como asimismo en ciertas ocasiones vislumbra estar armada y matar a su progenitor.
La labor rutinaria de Eileen se altera cuando llega al centro penitenciario Rebecca Saint John (Anne Hathaway), una psicóloga de aproximadamente cuarenta años quien ha sido contratada para tratar a los jóvenes presidiarios; ella asemeja ser una mujer mundana, muy bien vestida y ciertamente atractiva que contrasta por completo con la personalidad de Eileen. En su primer día de trabajo estando acompañada por Eileen son testigos de una escena no muy agradable que tiene lugar cuando una madre (Marin Ireland) visita en la cárcel a su hijo Leo (Sam Nivola) que ha sido convicto por haber asesinado a su padre policía.
A través de la comunicación mantenida entre Eileen y Rebecca, la joven se encuentre más animada y fascinada por la personalidad de la psicóloga emergiendo un sentimiento de atracción romántica hacia ella, circunstancia que evoca al excelente film Carol (2015) de Todd Haynes; eso queda reflejado cuando ambas danzan juntas en un bar nocturno y sobre todo cuando Eileen es invitada por Rebecca a que celebren en su hogar la víspera de Navidad. Arreglada de punta en blanco y utilizando un atuendo de fiesta perteneciente a su difunta madre, Eileen llega a la casa de Rebecca. En un comienzo la velada transcurre plácidamente hasta el instante en que la anfitriona le solicita un favor especial, que no se habrá de develar en qué consiste para no malograr la intriga de quienes deseen presenciar este film; lo único que se puede anticipar es que lo que se aprecia de aquí en más es un relato de horror bajo la apariencia de un engañoso thriller psicológico.
No hay nada más frustrante para el espectador cuando después de haber asistido a una muy interesante descripción de las personalidades de las dos protagonistas femeninas, repentinamente las mismas se modifican por completo. Por añadidura en el segmento final de esta historia las escenas se suceden vertiginosamente conduciendo a un desenlace que además de abrupto es completamente irreal y por lo tanto decepcionante. Si bien son destacables las sólidas interpretaciones de McKenzie y de Hathaway así como igualmente se distinguen en roles de apoyo las de Ireland y Whigham, el problema reside en que es difícil identificarse con lo que sus personajes terminan siendo, por más que los mismos respondan a lo que la autora vuelca en su novela.
En suma, es de lamentar que lo que el film prometía en un principio se haya esfumado con una provocativa e incongruente resolución.
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