POOR THINGS. Gran Bretaña, 2023. Un film de Yorgos Lanthimos. 141 minutos
POOR THINGS. Gran Bretaña, 2023. Un film de Yorgos Lanthimos. 141 minutos
Emma Stone y Mark Ruffalo en POOR THINGS
Por Jorge Gutman
POOR THINGS. Gran Bretaña, 2023. Un film de Yorgos Lanthimos. 141 minutos
Yorgos Lanthimos es un realizador griego bien conocido internacionalmente por su importante filmografía que se distingue por la audaz narrativa. Es así que no resulta sorprendente que con Poor Things el cineasta nuevamente ofrezca otra muestra de cine radical en donde resalta el empoderamiento femenino.
El guión de Tony McNamara ha sido adaptado de la novela homónima publicada en 1992 del escritor escocés Alisdair Gray, en donde el realizador le brinda un toque especial al nutrirla de un singular contenido irreverentemente macabro. Dado que el film adopta el tono de una fantasía erótica, no adquiere mayor relevancia el hecho de que lo apreciado en pantalla carezca de un carácter estrictamente realista.
El fantasioso relato que transcurre en 1880 durante la época victoriana comienza exponiendo a una joven en estado de gravidez que se lanza al río Támesis. Habiéndose ahogado, ella es rescatada del agua por Godwin Baxter (Willem Dafoe), un cirujano no muy cuerdo que con su deformado rostro remite de algún modo al monstruo de Frankenstein. Con la ayuda de Max McCandles (Ramy Youssef), un estudiante de medicina, Godwin logra resucitarla, reemplazando su cerebro con el del feto aún vivo que tenía en su vientre. Es así que Bella Baxter (Emma Stone), cobra nueva vida con su cuerpo original pero con la mentalidad de una niña. Si en un principio el propósito del científico es mantener cautivo al objeto de su creación, su amor por ella a la manera de un padre sustituto hace que la deje partir sin saber si la volverá a ver. En consecuencia, ella parte con Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), el abogado libertino de Godwin, con quien experimentará el placer del sexo, entregándose a él a través de un impetuoso encuentro íntimo. Juntos viajarán por varias ciudades incluyendo Lisboa, Alejandría, París, hasta regresar a Londres, en donde Bella va madurando al ir captando los códigos sociales y culturales de la época. Aunque Duncan trata de manipularla, ella demostrará que es capaz de disfrutar de la vida libremente, haciendo valer su condición de mujer y sin reconocer las diferencias de género prevalecientes en el mundo patriarcal que la rodea.
A todas luces, Lanthimos no escatima en ofrecer escenas osadas desafiando las convenciones imperantes, como cuando para lograr dinero Bella se prostituye en un burdel regenteado por una madama (Kathryn Hunter). Pero el tono provocativo del cineasta tiende a reafirmar la emancipación de la mujer desafiando el conjunto de valores puritanos de la época victoriana caracterizada por la fuerte represión del instinto sexual.
Con el antecedente de haber brindado una remarcable interpretación en el drama histórico The Favourite (2018), en este caso Emma Stone nuevamente se asocia con el realizador ofreciendo su mejor trabajo profesional. La actriz se impregna por completo en la psicología de un complejo personaje demostrando la gradual metamorfosis experimentada de una mujer de mentalidad infantil hacia otra completamente arrojada en defender sus legítimos derechos sin prejuicio alguno que la doblegue. Su actuación no empalidece las muy acertadas composiciones del veterano Dafoe y de Ruffalo en sus respectivos personajes: en el marco de un esmerado elenco, donde además de Youssef y Hunter también participan Christopher Abbott, Suzy Bemba, Jerrod Carmichael, Vicki Pepperdine, Margaret Qualley y Hanna Schygulla.
Es posible que la ingeniosidad de la historia expuesta nutrida de un especial sentido del humor, pueda resultar impenetrable para cierto público; de todos modos eso no desmerece los valores de esta excéntrica comedia negra de Lanthimos que visualmente deslumbrante deja una sensación de radiante frescura.
MAESTRO. Estados Unidos, 2023. Un film de Bradley Cooper. 129 minutos
Carey Mulligan y Bradley Cooper en MAESTRO
A la lista de remarcables filmes presentados durante el año en curso tales como Oppenheimer, Fallen Leaves, Anatomy of a Fall, Past Lives y Killers of the Flower Moon, entre otro títulos, es necesario añadir Maestro al que puede calificarse como una maravillosa sinfonía cinematográfica.
Si bien el actor Bradley Cooper demostró su talento como realizador en A Star is Born (2018), aquí lo ratifica plenamente abordando la carrera profesional del gran compositor, director musical pianista y autor de música de filmes Leonard Bernstein así como su relación con su amada Felicia Montealegre con quien compartió 27 años de vida conyugal.
El guión esbozado por el realizador compartido con Josh Singer en un breve prólogo filmado en color presenta a Bernstein (Cooper), apodado Lenny, en los últimos años de su vida tocando en el piano una melancólica melodía durante una entrevista que le es efectuada, en donde recuerda a su querida esposa. Con una filmación en blanco y negro, la acción retrocede en el tiempo donde Bernstein compartiendo la cama con el clarinetista David Oppenheim (Matt Borner) es despertado en la mañana del 14 de noviembre de 1943 por un llamado telefónico; en el mismo se le solicita que como director adjunto de la Orquesta Filarmónica de New York dirija ese día un concierto en el Carnegie Hall en reemplazo del célebre director Bruno Walter imposibilitado de realizarlo debido a una inesperada enfermedad. A pesar de no disponer del necesario tiempo de ensayo, realiza ese concierto recibiendo una clamorosa ovación del público asistente como así también por parte de la crítica especializada; en la medida que el concierto ha sido transmitido por radio, su éxito se intensifica por la audiencia que lo ha escuchado. De allí en más el joven músico de 25 años se convierte en el primer director americano reconocido mundialmente.
En 1946 en una reunión ofrecida por Shirley (Sarah Silverman), la hermana de Lenny, mientras él entretiene a los asistentes tocando el piano llega como invitada la joven estudiante de teatro Felicia Montealegre (Carey Mulligan). De inmediato surge una marcada simpatía entre ambos que prontamente deviene en una febril historia de amor, aunque no exenta de adversidades.
A través de una elipsis y volviendo nuevamente la filmación en colores, años después se observa al matrimonio junto con sus vástagos Jamie (Maya Hawke), Alexander (Sam Nivola) y Nina (Alexa Swinton) conformando una sólida unión familiar.
Con mucha sutileza Cooper destaca cómo la bisexualidad de Leonard no impide que ese matrimonio perdure en la medida que Felicia lo acepta tal cual es. En tal sentido resulta interesante la escena cuando Jamie en una conversación con su padre le cuenta lo que oyó acerca de su doble orientación sexual; él aduce que no hay nada al respecto y que los rumores son producidos por quienes lo envidian. Pero cuando en 1976 el compositor abandona a Felicia por haberse relacionado con Tom Cothran (Gideon Glick), director musical de una emisora de San Francisco, se produce una ruptura en la pareja pero el amor todo lo puede para que al poco tiempo se produzca la reconciliación matrimonial.
Como es de esperar, la música de Bernstein ocupa un lugar importante en la banda sonora incluyendo fragmentos de la ópera A quiet Place y la obertura de la opereta Candide del compositor. Con todo, una de las secuencias más gloriosas y trascendentes del film acaece en la catedral de Ely en Inglaterra, donde Bernstein ejecuta la parte final del último movimiento de la majestuosa Segunda Sinfonía (“Resurrección”) de Mahler. Ahí el Cooper actor se convierte en el fogoso Bernstein demostrando el ardor de su sangre al estar embriagado con la música del inmortal autor austro-bohemio; cuando al terminar la interpretación la audiencia aplaude a rabiar, antes de saludar al público, Bernstein se dirige a abrazar fuertemente a la conmovida Felicia quien encontrándose en el transepto de la basílica contempló a su marido dirigiendo con brío a la orquesta.
Cuidando de no desbordar en un edulcorante sentimentalismo, es remarcable cómo Cooper ha logrado en su tramo final ilustrar con suma delicadeza la enfermedad terminal de Felicia y la manera en que Lenny evidencia su pena al ser consciente de su inminente pérdida.
En su condición de actor es admirable el desempeño de Cooper quien además de mostrar un gran parecido físico con Bernstein transmite acertadamente las distintas facetas del excepcional compositor tanto como el hombre extravertido, radiante, fogoso frente a la orquesta, como así también sus momentos de depresión al tratar de conciliar su ambigüedad sexual con el gran amor de su vida; en lo estrictamente musical, Cooper contó con la valiosa asistencia del eximio maestro Yannick Nézet-Séguin para que pudiera genuinamente transmitir lo que sentía Bernstein frente a los músicos de la orquesta. No menos remarcable es la brillante composición de Mulligan expresando la fortaleza, devoción y el apoyo incondicional de una mujer hacia el hombre que ama tanto en su vida íntima como profesional, permitiendo de ese modo la perdurabilidad conyugal.
La destreza de Cooper como realizador se manifiesta no solo en lo que concierne al desempeño del magnífico elenco sino que además se destaca por haber brindado máxima fluidez al relato en el marco de un estilo clásico de narración. A ello habrá que agregar la notable fotografía, el inmejorable diseño de producción y muy en especial la valiosa cooperación del equipo de maquillaje ilustrando cómo la fisonomía de los protagonistas evidencia el natural cambio durante las varias décadas en que transcurre el relato.
CONCRETE UTOPIA. Corea del Sur, 2023. Un film de Um Tae-hwa. 130 minutos
Una escena de CONCRETE UTOPIA
Dentro de los denominados filmes catastróficos, Concrete Utopia es un drama de ciencia ficción con connotaciones morales. El director surcoreano Um Tae-hwa demuestra afianzada solidez a través de la historia que concibió juntamente con el co-guionista Lee Sin-ji.
La historia está ambientada en Seúl donde un estruendoso terremoto causó escombros en la ciudad quedando solamente intacto un bloque de departamentos. En uno de los mismos habita el matrimonio integrado por la enfermera Myung-hwa (Park Bo-young) y su marido Min-sung (Park Seo-Jun), un ex oficial público. Después de observar desde la ventana de una de las habitaciones los escombros, llega a su departamento una mujer junto con su pequeña criatura pidiéndoles ser alojadas por haber perdido su vivienda; inmediatamente decenas de personas igualmente se agolpan solicitando protección y comida. La situación se torna desesperante cuando los alimentos así como los medicamentos necesarios comienzan a escasear y sin que aparezca una misión de rescate.
La situación alcanza su climax cuando los residentes del complejo eligen como su delegado a Yeong-tak (Lee Byung-hun) quien determina que solamente los residentes del edificio tienen derecho a permanecer allí, prohibiendo que la gente ajena tenga acceso al inmueble. Dado que el edificio queda prácticamente sitiado a la manera de un cuartel policial se produce un clima de violencia brutal entre los residentes preparados para proteger su vivienda y los desamparados que no encuentran donde cobijarse frente al rigor del invierno.
El realizador infunde notable realismo generando una gran dosis de tensión en la lucha desplegada entre ambos bandos, aunque podría haber aligerando el nivel de brutalidad desplegada. Dentro de lo que podría considerarse como una crítica social, el film permite reflexionar sobre lo qué puede acontecer frente a situaciones extremas y hasta dónde pueden prevalecer los sólidos principios morales y éticos de una sociedad cuando la generosidad y solidaridad humana quedan extinguidas.
Dentro de un calificado elenco en donde por el mayor grado de participación se destacan Byung-hun y Seo-jun este drama de supervivencia se ve realzado por la muy buena puesta escénica de Um Tae-hwa y por la remarcable fotografía de Cho Hyoung-rae contrastando la calidez de los espacios interiores de los departamentos del inmueble con las imágenes exteriores de una ciudad derruida por el fatídico sismo.
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