Tren de Aragua: la historia de la poderosa banda criminal de Venezuela que opera en Colombia y otros países de Latinoamérica
Tren de Aragua: la historia de la poderosa banda criminal de Venezuela que opera en Colombia y otros países de Latinoamérica
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La red delictiva nació en una cárcel venezolana en el estado de Aragua. Foto: Jaime Pérez Munévar
– La organización criminal de Venezuela, el Tren de Aragua, ha mantenido enfrentamientos con el ELN y las AGC.
El Tren de Aragua, la poderosa banda del crimen organizado de Venezuela y Latinoamérica nacida en una cárcel, a lo largo de los años, pasó de ser un grupo de delincuentes a una organización criminal altamente estructurada y violenta.
Sus inicios fueron encabezados desde la cárcel del estado de Aragua por Héctor Rustherford Guerrero Flores, apodado “Niño Guerrero”, que logró expandir su influencia a cinco estados de Venezuela hasta que la organización delictiva tejió una red de influencia que se extendió a fronteras de otros países.
Solo fue hasta septiembre de 2023, que las autoridades desmantelaron la base de operaciones en la cárcel venezolana Tocorón; sin embargo, la cúpula del Tren de Aragua logró escapar, asegurando así que “Niño Guerrero” continuara liderando las actividades delictivas desde la clandestinidad.
El Tren de Aragua actualmente tiene células permanentes en Colombia, Perú y Chile. A Colombia, esta banda criminal llegó por la frontera con Norte de Santander, incursión que desencadenó enfrentamientos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), para conseguir el control de los pasos fronterizos clandestinos, vitales para el tráfico de drogas, de migrantes y el contrabando.
Todo ocurrió en 2018, cuando la migración de venezolanos a Colombia buscando un mejor futuro y huyendo de la tiranía de los chavistas, estaba en su auge. Este paso masivo permitió al Tren de Aragua moverse fácilmente en territorio colombiano hasta llegar a Bogotá. En Colombia, esta estructura se expandió hasta hacer presencia en zonas urbanas con alta población de migrantes venezolanos, como la capital del país.
Esta estructura criminal lo conforman pequeños grupos que se dedican a la extorsión, el secuestro, la trata de personas con fines de explotación sexual, el tráfico de migrantes, el contrabando, la minería ilegal, el tráfico de drogas al por menor, la ciberdelincuencia, el robo y el homicidio, según el lugar en el que se encuentren establecidos.
Por ejemplo, en Bogotá, el aumento de violencia se atribuyó a esta organización, según alertó la Defensoría el pasado mes de febrero.
“La expansión de la violencia en Bogotá, originada por disputas entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y el grupo criminal ‘Tren de Aragua’, es la principal causa por la que emitimos la Alerta Temprana 004 del 2024. Es una forma de advertir a las autoridades sobre el riesgo que aumenta para un número importante de habitantes de nueve localidades de la capital colombiana”, indicó en ese entonces el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis.
En Bogotá, la extorsión registró un aumento de 22% el año pasado, según la fundación Paz y Reconciliación (Pares), delito que se le atribuye a bandas de crimen organizado como el “Tren de Aragua”, además de otras estructuras venezolanas como “Satanás” y “Los Maracuchos”.
Así como en Colombia, el Tren de Aragua se ha establecido en otras capitales como Lima (Perú) y Santiago (Chile). A lo largo de los años, entre 2018 y 2023, el Tren de Aragua viene operando desde Colombia, Perú y Chile, además de operaciones en Ecuador, Bolivia y Brasil.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades a nivel internacional por contener su avance, el Tren de Aragua sigue cometiendo crímenes tanto de Venezuela como de los países vecinos.
Además, la falta de reconocimiento del presidente Nicolás Maduro, quien niega reportes sobre la incidencia de la banda criminal en América Latina ha facilitado su expansión y alimentado su poderío.
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