LONGLEGS. Canadá-Estados Unidos, 2024. Un film escrito y dirigido por Ozgood Perkins. 101 minutos
LONGLEGS. Canadá-Estados Unidos, 2024. Un film escrito y dirigido por Ozgood Perkins. 101 minutos
Maika Monroe en LONGLEGS
Por Jorge Gutman
LONGLEGS. Canadá-Estados Unidos, 2024. Un film escrito y dirigido por Ozgood Perkins. 101 minutos
Considerado como un adepto realizador en el género de terror, tal como lo ha demostrado en Gretel & Hansel (2020), el realizador Ozgood Perkins – hijo de Anthony Perkins- retorna con Longlegs. Enfocando nuevamente el horror, este relato decididamente perturbador puede ser apreciado siempre y cuando se deje a un lado el criterio lógico.
El prólogo de dos minutos que transcurre en los años 70 y está filmado en un recuadro establece el tono de lo que acontecerá posteriormente. La historia central desarrollada por Perkins se ubica en un suburbio residencial del oeste de Estados Unidos en la década de los 90 donde prolifera un misterioso asesino en serie denominado Longlegs (Nicolas Cage), cuyos crímenes parecen estar motivados entre otras razones por influencias satánicas. Curiosamente, no hay evidencia de que este malhechor esté presente cuando acontece el homicidio en casas de familia y que generalmente se produce en fechas determinadas. Para aclarar el misterio el FBI ha reclutado a Lee Harker (Maika Monroe), una joven con cierta habilidad psíquica, quien trabajará bajo las órdenes del afable agente Carter (Blair Underwood).
En su investigación Lee cree intuir hacia dónde el homicida se dirige y en principio al visitar la residencia de las familias asesinadas verifica que no hay indicio de que las casas hayan sido violadas, descubriendo en cambio misivas codificadas con la firma “Longlegs”. Es así que surge la intriga de saber cómo se produjeron las matanzas; ¿hay una persona cómplice que actúa en nombre de Longlegs o acaso los asesinatos responden a una intervención demoníaca?
La situación cobra mayor suspenso cuando se sabe que Longlegs conoce a Lee y dónde ella reside. A medida que la joven intensifica su tarea, va cobrando en ella turbadores recuerdos de su infancia como asimismo la relación mantenida con su frágil y religiosa madre (Alicia Witt) que juega un significativo rol en el desarrollo de la trama. Para crear el ominoso clima de horror el realizador se vale de demoníacas imágenes, símbolos ocultos y elementos supernaturales que alteran la realidad; en tal sentido, la notable fotografía de Andrés Arochi y el logrado diseño de sonido de Eugenio Battaglia contribuyen a crear la atmósfera inquietante capaz de estremecer a la audiencia.
La objeción que merece esta historia es que a medida que se va revelando el misterio y la conexión que vincula a Lee con el asesino, su atracción inicial se ve atenuada por la ausencia de un razonamiento plausible que resiste credibilidad; asimismo se agrega un desenlace gratuitamente violento, grotesco y chocante que deja una sensación inconfortable.
Además del remarcable diseño de producción es elogiable la actuación de Maika Monroe quien auténticamente transmite el trauma vivido por la joven detective, socialmente distante y afectada por los resabios de su pasado. Igualmente Nicolas Cage, completamente irreconocible, ratifica su solidez actoral ofreciendo una brillante interpretación como el psicópata criminal, asemejándose en cierto modo a lo que en un rol parecido Anthony Hopkins ofreció en The Silence of the Lambs (1991).
Dicho lo que precede, el film de Perkins sin llegar a un nivel de gran conmoción seguramente contentará a los amantes del género
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L’ÉTÉ DERNIER. Francia, 2023. Un film escrito y dirigido por Catherine Breillat. 104 minutos
Samuel Kircher y Léa Drucker en L’ÉTÉ DERNIER
Después de haber realizado en 2013 Abus de faiblesse, la transgresora realizadora y guionista Catherine Breillat retorna con L’été dernier, una osada comedia dramática basada en el exitoso film danés Queen of Hearts (2019) de May El-Thoukhy. Sin alcanzar el nivel de calidad de la versión original, su escabroso tema es adecuadamente tratado por la realizadora.
La historia se centra en Anna (Léa Drucker), una exitosa abogada de treinta y tantos años de edad que vive con Pierre (Olivier Rabourdin), su marido empresario y varios años mayor que ella y dos niñas asiáticas que han sido adoptadas dado que biológicamente Anna no puede tener hijos. Sin apremios económicos, la familia habita en una suntuosa residencia ubicada en los suburbios de París y cercana a un lago. Tal como se aprecia en la secuencia inicial, como empeñosa profesional Anna se ocupa de defender judicialmente los abusos que puedan sufrir los menores, recurriendo en ciertos casos a solicitar la intervención de los servicios sociales cuando lo considera necesario.
La rutina normal se altera cuando en el verano en que transcurre la acción llega temporalmente al hogar Theo (Samuel Kircher), el desaprensivo hijo de 17 años de Pierre; producto de un matrimonio anterior y que su madre no puede controlarlo. En un principio la convivencia con el recién llegado no resulta cordial debido a su rebelde comportamiento; con todo, cuando Anna descubre que el muchacho ha efectuado robos en el hogar, ella le promete de no denunciarlo a su padre con tal de que cambie de actitud; es así que la convivencia se vuelve tolerable.
Gradualmente va surgiendo una etapa de compañerismo entre ella y Theo que se convierte en atracción sexual y que la misma se consuma durante un viaje de negocios de Pierre; ambos llegan a un acuerdo de que ese prohibido affaire permanecerá en un absoluto secreto. Arriesgando el bienestar de su familia así como el de su profesión, esta mujer prosigue dando rienda suelta al apasionado amor con su hijastro. La situación deviene en escándalo cuando el muchacho revela a su padre la verdad y la adúltera esposa fuertemente lo niega señalando que Theo es un empedernido mentiroso.
Mediante una realización convencional Breillat se adentra en la psicología de sus dos protagonistas sin tratar de juzgarlos ni menos aún de culparlos. A través de la magnífica composición de Ducker, la realizadora consigue retratar a una mujer que imposibilitada de refrenar su deseo contraría lo que aboga en su profesión al mantener un vínculo con un menor a pesar de ser consensuado. Por su parte Kircher que había gratamente impresionado en Le Lycéen (2022) confirma su dominio actoral expresando los sentimientos de un adolescente incapaz de controlar sus emociones debido a la fuerza impulsiva del sexo.
Dado lo que antecede Breillat sin ofrecer una respuesta moral al escabroso tema obtiene un relato erótico no desprovisto de interés que se desmejora con un segmento final completamente inconsistente, contradiciendo lo anteriormente expuesto.
GOYO. Argentina, 2024. Un film escrito y dirigido por Marcos Carnevale. 107 minutos. Disponible en Netflix
Nancy Dupláa y Nicolás Furtado en GOYO
Además de las complacientes películas destinadas para un público casero, Netflix, el gigante de las plataformas de streaming, también aporta filmes de calidad superior como es el caso de Goyo, una conmovedora historia escrita y dirigida por Marcos Carnevale.
El realizador que deparó agradables comedias como lo fueron entre otras Elsa y Fred (2005), Viudas (2011) e Inseparables (2016), en esta ocasión aborda el delicado tema del Síndrome de Asperger a través de una tragicomedia de visos románticos.
Las personas con asperger, recibiendo apoyo adecuado pueden llevar una vida satisfactoria y además en ciertos casos demuestran poseer un nivel superior de inteligencia. Es así que Carnevale, habiendo tomado contacto con personas involucradas en el tratamiento y otros aspectos vinculados con este tipo especial de autismo, ha permitido que su guión destile máxima autenticidad.
La historia se desarrolla en Buenos Aires donde el asperger Gregorio Villanueva (Nicolás Furtado) -apodado Goyo – a pesar de ser consciente de su especial condición vive a gusto con su hermano y experto chef Matute (Pablo Rago) y su hermana Saula (Soledad Villamil), una concertista de piano que deleita interpretando el Concierto para Piano N° 1 de Chopin (ejecutado por la pianista Natalia Antonella Soriano).
Habiendo sido estudiante de Bellas Artes y obtenido en España un doctorado en Arte, Goyo trabaja como un remarcable guía en el Museo Nacional de Bellas Artes de la ciudad. A través de las minuciosas explicaciones que realiza a los visitantes sobre los cuadros exhibidos demuestra poseer un nivel de conocimiento excepcional en la materia y además una memoria prodigiosa recordando fechas sobre los diferentes trabajos con especial referencia a Van Gogh en una de las pinturas del museo, a quien mucho admira; además del trabajo habitual, en el tiempo libre se dedica a pintar en su hogar.
Paralelamente el guión introduce a Eva Montero (Nancy Dupláa) quien recientemente ha sido contratada en el Museo como guardia de seguridad. Ella es madre de dos hijos, el adolescente y díscolo Cuti (Balthazar Murillo) y el menor Tato (Milo Zeus Lis) con quien se lleva excelentemente, pero no obstante es una mujer sufrida a causa de estar separada de Miguel (Diego Alonso), un marido abusador y decididamente violento.
Cuando Goyo avizora en el Museo a Eva, despierta en él una atracción que nunca había experimentado hasta ese entonces por el sexo opuesto. Además de efectuar a través de su memoria una pintura de su persona, estimulado por Matutee aleccionándolo cómo acercarse a ella, Goyo logrará que Eva simpatice con él.
Si a primera vista resultaría un tanto difícil admitir que un neuro divergente y una mujer de manifiesta edad superior puedan unir sus corazones, el tratamiento realizado por Carnevale valiéndose de su excelente guión en la descripción de dichos personajes, permite que el relato de estos dos solitarios adquiera plena convicción. Mucho más que una tradicional película romántica su desenlace queda apropiadamente abierto.
A nivel interpretativo resulta admirable la caracterización de Nicolás Furtado que en todo momento pareciera que no actúa sino que realmente es un joven neurodivergente; sin duda alguna que el actor merecería ser un serio candidato al Oscar. Asimismo es elogiable la composición de Dupláa como una persona dotada de amplia ternura que castigada en su matrimonio encuentra en Goyo el solaz para una vida más apacible. Además de la homogénea colaboración de los actores mencionados en roles de apoyo, la veterana Cecilia Roth efectúa su aporte como la distanciada madre que aunque tardíamente, tratará de comprender y recomponer la relación con su hijo.
Considerando el tema de la inclusión, tal como lo había tratado en Anita (2009) con el Síndrome Dawn, Carnevale ofrece un film de notable sensibilidad que penetra hondamente en el corazón de la audiencia.
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