Milei desautoriza a su vicepresidente, Victoria Villarruel, por apoyar los cánticos racistas de la selección
Milei desautoriza a su vicepresidente, Victoria Villarruel, por apoyar los cánticos racistas de la selección
Victoria Villarruel en el Congreso Nacional en Buenos Aires, en 2024.
MARIANA NEDELCU (REUTERS)
– El Ejecutivo toma distancia de sus expresiones en defensa de los futbolistas y la hermana del presidente se reúne con el embajador de Francia para evitar un nuevo conflicto diplomático
La defensa que hizo la vicepresidente Victoria Villarruel de los cantos racistas de jugadores argentinos contra sus pares franceses dibujó una fisura más entre las máximas autoridades del Gobierno de Javier Milei.
El vocero presidencial calificó como “un desafortunado comentario” a las expresiones de Villarruel. Luego, este viernes, el propio Milei definió que “no fue feliz” el mensaje de su vicepresidente y la cuestionó por generar un conflicto diplomático por “una cuestión deportiva”. Horas antes, la hermana del mandatario, Karina Milei, quien oficia como secretaria general de la Presidencia, se había entrevistado de urgencia con el embajador de Francia en el país para presentar las disculpas del caso y marcar diferencias con la postura de Villarruel. La vicepresidente fue completa y públicamente desautorizada por su propio Gobierno.
Todo comenzó con la difusión de un video publicado en redes sociales por el futbolista de la selección argentina Enzo Fernández, tras la obtención de la Copa América, con cánticos racistas dirigidos a algunos jugadores franceses y su ascendencia africana. Fernández luego se vio obligado a pedir disculpas, pero los repudios escalaron. La Federación Francesa de Fútbol presentó una queja y la FIFA anunció la apertura de un sumario.
La vicepresidente reaccionó con un mensaje cargado de nacionalismo. “La Argentina es un país soberano y libre. Nunca tuvimos colonias ni ciudadanos de segunda. Nunca le impusimos a nadie nuestra forma de vida. Pero tampoco vamos a tolerar que lo hagan con nosotros. Argentina se hizo con el sudor y el coraje de los indios, los europeos, los criollos y los negros […] Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir. Basta de simular indignación, hipócritas. Enzo yo te banco, Messi gracias por todo! ¡Argentinos siempre con la frente alta! ¡Viva la Argentinidad”, fue el texto que Villarruel publicó en sus redes sociales el miércoles por la noche.
Milei tiene previsto viajar a París la próxima semana, para la inauguración de los Juegos Olímpicos, y mantener una reunión bilateral con su par francés, Emmanuel Macron. Después de sucesivas controversias con autoridades de España y Brasil, entre muchas otras, un nuevo conflicto diplomático no parecía el mejor prólogo para el Gobierno. “El jefe”, como el presidente llama a su hermana, inició el jueves urgentes gestiones para “desactivar” cualquier colisión.
Saltando los canales institucionales y dejando de lado a la Cancillería, la secretaria general de la Presidencia se dirigió a la Embajada de Francia. Karina Milei mantuvo un encuentro de media hora con el embajador Romain Nadal y le transmitió que las palabras de la vicepresidente no representaban la postura del Gobierno.
El descrédito para Villarruel lo hizo explícito el vocero presidencial, Manuel Adorni. “La secretaria general de la Presidencia efectivamente fue a la embajada francesa a explicar que el desafortunado comentario [de Villarruel] fue a título personal y que no era la posición del Gobierno entremezclar cuestiones de pasiones deportivas con cuestiones diplomáticas”, dijo el funcionario este viernes, en su habitual conferencia de prensa. Para intentar dar por cerrado el asunto, dijo que “las relaciones con Francia están intactas”.
Por la noche, en una entrevista en un canal de Youtube, el presidente sentenció: “No fue un tuit feliz [el de Villarruel]. No podés por una cuestión deportiva generar un quilombo institucional en términos diplomáticos. Pero ya está, se arregló“, dijo, tras admitir el malestar que reinaba en la embajada francesa.
Hasta ahora soterrados por el oficialismo, los enfrentamientos y las tensiones entre Milei y Villarruel existen desde que asumió el actual Gobierno, en diciembre pasado. De entrada, la vicepresidente fue excluida por Javier y Karina Milei de la toma de decisión en los ministerios de Defensa y de Seguridad, en los que iba a tener injerencia, según habían acordado durante la campaña electoral. “No me agradó”, reconoció Villarruel.
La vicepresidente fue desautorizada también cuando, como titular de la Cámara de Senadores, aumentó los ingresos de los legisladores y su decisión fue revertida por el presidente. La última escenificación de las diferencias entre ambos había tenido lugar en Tucumán, hace dos semanas, cuando ella se ausentó en la firma del llamado Pacto de Mayo.
Los cantos racistas de los jugadores de la selección argentina terminaron siendo un gran dolor de cabeza para el Gobierno de Milei, encerrado en la ambivalencia. Cuando esta semana el ahora exsubsecretario de Deportes Julio Garro opinó que Lionel Messi, capitán del equipo, debía pedir públicamente perdón en nombre de sus compañeros, el Ejecutivo terminó apártandolo del cargo. Lo hizo con un comunicado oficial que daba valor de verdad absoluta a cualquier postura del seleccionado porque ganó campeonatos: “Ningún gobierno puede decirle qué comentar, qué pensar o qué hacer a la Selección argentina campeona del mundo y bicampeona de América”, fue el argumento de la Oficina del Presidente.
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